Por: Dr. Félix Muñoz
“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén - 2 Ped 3:15-18”.
Escrito en el 66-67 d.C. La carta advertía a los creyentes y los exhortaba a permanecer firmes y a crecer en su fe, posiblemente fue escrita desde roma al igual que la primera carta, pero el enfoque es distinto. Pedro sabía que le quedaba poco tiempo y plasma su corazón pada advertir a los creyentes lo que sucedería cuando él no estuviera presente haciendo énfasis en los falsos maestros, les recordó punto por punto la verdad del evangelio y la clave para el crecimiento.
En el pasaje contenido en 3:17-18, se expone el doble propósito de la Epístola, a saber, advertir a sus lectores contra “el error” de los doctores falsos, y exhortarlos a crecer en el experimental “conocimiento de nuestro Señor y Salvador”. La base en que descansa este conocimiento se declara (1:12-21), a saber, el testimonio inspirado de los apóstoles y de los profetas. El peligro existente, como antiguo, estaba por surgir de maestros falsos, pronto a aparecería entre ellos, como también Pablo (a quien hace referencia en 3:15- 16) testificó en la misma región. El gran antídoto es “el pleno conocimiento de nuestro Señor y Salvador”, por el cual conocemos a Dios el Padre, participamos de su naturaleza, nos escapamos de las contaminaciones del mundo, y tenemos entrada en el reino de Cristo. El aspecto de Cristo presentado no es tanto el de sus padecimientos pasados, como el del futuro Salvador reinante, su poder presente, y su futuro reino nuevo. Este aspecto se toma como el más adecuado para contrarrestar las falsas teorías de aquellos que deberían “negar” el señorío y la segunda venida, los mismos dos puntos que Pedro atestigua como apóstol y testigo ocular (su “poder” y su “venida”); también, para contrarrestar el ejemplo malo de ellos en la práctica, blasfemando el camino de la verdad, despreciando la ley y el orden, esclavos de la codicia y de los deseos sucios de la carne, mientras que se jactan de la libertad cristiana, y—lo peor de todo—apóstatas de la verdad.
El conocimiento de Cristo, siendo como es el conocimiento del “camino de la justicia”, “el camino justo”, es el antídoto de las malas prácticas de ellos. Por tanto, “el predicador de la justicia”, Noé, y el “justo Lot”, se tienen por ejemplos de los que escapan de la destrucción que alcanzó a los “injustos”; y Balaam, para ilustrar los funestos resultados de la “injusticia” que caracterizaba a los doctores falsos. Así la Epístola forma un todo relacionado, unidas las partes íntimamente por una relación mutua con la primera epístola, y el fin correspondiendo al principio; 1 Ped 3:14-18 con 2 Ped 1:2, “la gracia” y “la paz” en relación con “el conocimiento de nuestro Salvador”; 1 Ped 3:17 con 2 Ped 1:4, v.10, v.12; 3:18, “creced en la gracia y el conocimiento”, con lo más amplio de 1 Ped 1:5–8; y 2 Ped 2:21, 3:13, “justicia”, 1 Ped 1:1; 3:1 con 2 Ped 1:13, 1 Ped 3:2 con 2 Ped 1:19.
Los gérmenes de las herejías carpocraciana y gnóstica ya existían, pero se habla de la manifestación efectiva de las mismas como futura (2 Ped 2:1-3) esta Epístola fue escrita antes del desarrollo de las herejías gnósticas del fin del primer siglo y del principio del segundo. La descripción es demasiado general para identificar las herejías con cualquiera particular de las formas subsecuentes de herejía, pero se les aplica a todas.
Esta epístola es del todo distinta de la primera en su propósito, pero aun así con todo se puede trazar una relación. El descuido contra el abuso de la libertad cristiana de 1 Pedro 2:16, con 2 Pedro 2:19, “prometiéndoles libertad, siendo ellos mismos siervos de corrupción”; también la amonestación contra el orgullo (1 Ped 5:5-6, con el 2 Ped 2:18), “hablando arrogantes palabras de vanidad”.
El contexto habla sobre:
I) El desarrollo de la fe (1:3-21).
a. Su crecimiento (1:3-11).
b. Su fundamento (1:12-21).
II) Exponiendo los falsos maestros (2:1-22).
a. Su conducta (2:1-3).
b. Su condena (2:4-9).
c. Sus características (2:10-22).
III) La esperanza del creyente (3:1-18).
a. Desprecio y burla de los falsos (3:1-7).
b. Pacientes en su promesa (3:8-9).
c. Disolución (3:10-13) unos esperaban otros no.
d. Diligentes en todo (3:14-18).
Observando todo el panorama en su contexto podemos entender ahora con claridad el mensaje expuesto. Pedro está exhortando a los lectores a no ser como los falsos maestros que anteriormente mencionó (2 Ped 2:13; 3:11, 3:14).
“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición - 2 Ped 3:15-16”.
Y considerad que la longanimidad de nuestro Señor es para salvación. Su retardo en el juicio tiene como motivo dar a los hombres una amplia oportunidad de salvación. Al considerar la maldad de los hombres en constante aumento, a menudo nos maravillamos que el Señor pueda soportarla más. Su paciencia es asombrosa. Pero hay una razón para ella. No quiere la muerte de los malvados. Anhela ver a las personas apartarse de sus caminos de maldad para que sean salvos. Como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito. En esta alusión a Pablo surgen varios puntos interesantes:
1. Primero, Pedro se refiere a Pablo como nuestro amado hermano, y esto a pesar de que Pablo había reprendido públicamente a Pedro en Antioquía por actuar de manera insincera (Hch. 2:11–21). Evidentemente, Pedro había aceptado la reprensión de manera humilde. Todos deberíamos ser capaces de aceptar la corrección sin abrigar resentimientos.
2. Pedro reconoció que a Pablo le había sido dada sabiduría divina al escribir sus Epístolas. Esto es, desde luego, indicativo de que Pedro consideraba inspirados los escritos de Pablo.
3. Los lectores de Pedro habían evidentemente leído una o más de las Epístolas de Pablo. Esto puede significar que las Epístolas les habían sido dirigidas a ellos de manera directa, o que estaban siendo circuladas por la región. ¿Cuál de las cartas de Pablo dice que la longanimidad de nuestro Señor es para salvación? En Romanos 2:4 se lee: « ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?».
En todas sus epístolas Pablo hacía referencia a las grandes verdades acerca de las que Pedro ha estado tratando en sus dos cartas; verdades como el nuevo nacimiento, la deidad de Cristo, Su vida de padecimiento sin pecado, Su muerte vicaria, Su resurrección, Su ascensión, Su regreso, el Día del Señor, y el estado eterno. Algunas verdades de la Biblia son difíciles de entender, como la Trinidad, la elección y el libre albedrío del hombre, el misterio del sufrimiento, etc. No debería perturbarnos el encontrar cuestiones en la Biblia que están más allá de nuestra comprensión. La palabra de Dios es infinita e inagotable. Al estudiarla, debemos estar dispuestos a dar crédito a Dios de que sabe cosas que nunca podremos sondear en su verdadera hondura.
Pedro no está criticando los escritos de Pablo cuando se refiere a que hay algunas cosas difíciles de entender. No es el estilo de Pablo lo que es difícil de entender, sino los temas de los que trata. Barnes escribe: «Pedro no se refiere a la dificultad de comprender lo que Pablo quería comunicar, sino a la dificultad de penetrar en las grandes verdades que enseñaba». En lugar de aceptarlas de manera sencilla y por la fe, los indoctos e inconstantes tuercen algunas de estas verdades difíciles para su propia perdición. Algunas sectas falsas, por ejemplo, tuercen la ley transformándola en camino de salvación en lugar de reveladora del pecado. Otras hacen del bautismo la puerta al cielo. Lo hacen no sólo con los escritos de Pablo, sino también con las demás Escrituras. Observemos que Pedro pone aquí los escritos de Pablo al mismo nivel que las demás Escrituras, es decir, del AT y de aquellas porciones del NT entonces disponibles. Reconoce que las Epístolas Paulinas formaban parte de las Escrituras sagradas inspiradas.
La paciencia de Dios permite la salvación de aquellos cuyo favor él retarda su venida. (2 Ped 3:20; Gén 6:3) retomando la imagen del juicio por medio del diluvio (2 Ped 3:5-7). Antiguamente, decir que el escrito de alguien era “difícil de entender” no era insulto (como sucede hoy a menudo), significaba que el escrito era complejo y brillante. Los maestros judíos decían que el mensaje de las Escrituras podía ser “distorsionado” si estas se malinterpretaban. Los gnósticos del siglo II, muchos judíos del primer siglo y, probablemente, grupos cristianos ya estaban distorsionando las Escrituras, algunos inclusive restándole importancia al juicio futuro (tal vez por alegorizarlo).
A fines del siglo I, en otro escrito cristiano (I Clemente) se afirmó la inspiración de las cartas de Pablo; aunque seguramente los primeros escritos de Pablo no fueron coleccionados antes de la muerte de Pedro, este pudo haber tenido noticias de ellos debido a sus viajes entre las iglesias. Aunque Josefo y otros escritores aseveraban que el judaísmo tenía un canon cerrado, algunos grupos judíos (como la comunidad de Qumrán y las comunidades en la diáspora que utilizaban varias versiones de la LXX) parece haber tenido una idea bastante clara de donde terminaban las Escrituras y donde comenzaban otros escritos edificantes. Aunque algunos eruditos han utilizado razonablemente esta declaración que identifica los escritos de Pablo como Escritura para respaldar una fecha postpetrina 2 de Pedro, no hubiera sido imposible para el verdadero Pedro considerar los escritos de Pablo como Escritura si él aceptaba el apostolado de Pablo, y de aquí la posibilidad de que algunos de sus escritos fueran proféticamente inspirados. Sin embargo, mucho de lo que era proféticamente inspirado nunca llego a ser Escritura. Si Pedro escribió esas palabras, ellas reflejan un admirable discernimiento para su época.
Hay varias palabras clave en el texto que arrojan luz a lo que se desea comunicar, y las cuales es importante observar, luego de hacer énfasis en la paciencia divina para salvación, trae a Pablo al tema, reconociendo la sabiduría que Dios en su gracia le dio para sus escritos en los cuales habla sobre el mismo tema que Pedro les comunica, la primera palabra luego de sus afirmaciones es que sus escritos son “difíciles de entender”, tal palabra del gr. “dusnoetos” significa: “dificultad de percepción”, compuesta de “dus” que es “duro” y de “noeo” que es “dificultad”. En si quiere decir: “no tan fáciles de explicar”, cabe a relucir dos cosas, 1. Que solo por la iluminación del entendimiento por el Espíritu es que pueden ser comprendidas y 2. Los indoctos e inconstantes torcían la verdad a causa de la ausencia de ese mismo Espíritu en su vida. Es interesante ver como Pedro hace alusión sobre las cartas Paulinas, a) algunas son difíciles, y b) compara sus cartas con otros escritos inspirados “como también las otras Escrituras”. Dando entender que esos inconstantes e indoctos torcían ambas. Al Pedro hacer mención de la palabra “Escrituras” alude con esto que las cartas de Pablo son parte de las mismas, tal palabra viene del gr. “grafe” y significa “documento” alude al “contenido/su esencia”. En si le va valor a las palabras que Pablo plasmó, reconociéndolas como inspiradas por Dios y en acorde a todo el A.T. en el mismo A.T se habla del fin de los falsos maestros/profetas (Deut Cap. 13, Ezq 13:3, Jer 14:7-14 etc!), en base a tal juicio divino es que Pedro basa su afirmación, sobre aquellos que tuercen las Escrituras, que tenía claro que la palabra profética más segura eran las mismas (2 Ped 1:19-21), y torcer su contenido era característico de aquellos que no tenían el Espíritu (Jud 1:19, 1 Jn 2:19-27), por lo tanto estaban perdidos, “El falso maestro no solo está perdido porque tuerce el contenido Escritural, lo tuerce porque ya estaba perdido” – Dr. FM. Pedro hace la afirmación de que tuercen las escrituras para su propia “perdición”, tal palabra del gr. “apoleia” significa “ruina/desperdicio” derivada de “apollomia” que es “desecho”, compuesta de “apo” lo cual enfatiza la intensidad del verbo y de “ollumi” que es “quitado”, son personas que su entendimiento está reprobado, tal es la evidencia de su falta de regeneración (Rom 1:26-32), los sensuales que no tienen al Espíritu (Jud 1:19) son aquellos que no tienen la facultad de convencer con la verdad por falta de la misma en sus vidas, y seducen con palabras huecas, llamativas e inspiracionales que exaltan el ego, no a la rendición y humillación a Cristo, es interesante ver, que todo aquel que en su condición caída no goza de la libertad de Cristo por el Espíritu, son personas con mente reprobada, y por consecuente ya tienen su juicio en contra, por su falta de participación en la gracia de Dios por el Hijo, mejor dicho, por no estar la verdad, son incapaces de poder compartir la misma. Si nota, la comparación hecha sobre tales reprobados está al nivel de adúlteros, fornicarios etc.!, da entender que “los falsos maestros en este caso indoctos e inconstantes están en ese escalón, son como adúlteros por su adulterio a la Palabra descontextualizándola y llenándola de preservativos, son como fornicarios por que venden la palabra fácilmente así como al mismo placer se entregan los paganos, fácilmente, son como idolatras porque hacen del “yo” el centro de la religión creando con ello un dios falso e imaginario, una egolatría llena de altivez, cada vez más lejos de la humilde persona y perfecta obra de Cristo”. – Dr. FM.
“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén – 2 Ped 3:17-18”.
Los creyentes han de estar constantemente en guardia contra el peligro del error. El conocimiento de que siempre habrá falsos maestros que corromperán e imitarán la verdad debería mantenernos alertas. Es fácil para los incautos ser arrastrados por el error de los inicuos, y perder el equilibrio espiritual. Una vez más Pedro enseña que el progreso continuado en las cosas divinas es una gran protección contra el peligro de los falsos maestros. Ha de darse un crecimiento doble: en la gracia y en el conocimiento. La gracia es la demostración práctica del fruto del Espíritu. El crecimiento en la gracia no es un conocimiento intelectual creciente ni una actividad infatigable: es una semejanza en creciente aumento al Señor Jesús. Conocimiento significa familiarización con el Señor por medio de la palabra. Crecer en el conocimiento significa un estudio progresivo de y sujeción a Sus palabras, obras y caminos. Pero Pedro no puede concluir su Epístola con una exhortación a los santos. El punto culminante ha de ser la gloria al Salvador. Y así encontramos esta cautivadora doxología: A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. Ésta, a fin de cuentas, es la razón última de nuestra existencia: glorificarle. Y por ello no podría haber ninguna nota final más apropiada para esta Epístola.
Los lectores de Pedro deben resistir a los falsos maestros por medio de su crecimiento en Cristo, esos falsos hace mención en (2 Ped 2:1-3). Al final del capítulo 1, Pedro se refería a los profetas del AT como hombres que hablaron no por su propia cuenta, sino impelidos por el Espíritu Santo. Ahora menciona que además de los verdaderos profetas en el periodo del AT, hubo también falsos profetas. Y así como habrá maestros genuinos en la era cristiana, habrá asimismo falsos maestros. Estos falsos maestros toman posición en el interior de la iglesia. Se presentan como ministros del evangelio. Esto es lo que hace el peligro tan grande. Si se presentasen de manera directa y proclamasen que son ateos o agnósticos, la gente se pondría en guardia. Pero son maestros del engaño. Llevan la Biblia y emplean expresiones ortodoxas —aunque las emplean para significar algo totalmente diferente—. El presidente de un seminario teológico liberal reconocía la estrategia de la siguiente forma:
Las iglesias con frecuencia cambian de convicciones sin renunciar a puntos de vista a los que estaban anteriormente consagrados, y sus teólogos encuentran por lo general la forma de preservar la continuidad con el pasado por medio de reinterpretaciones.
W. A. Criswell describe así al falso maestro:
… un hombre cortés, afable, erudito, que pretende ser amigo de Cristo. Predica en el púlpito, escribe libros eruditos, publica artículos en las revistas religiosas. Ataca el cristianismo desde dentro. Hace de la iglesia y de la escuela guarida de toda ave inmunda y aborrecible. Leuda la masa con la doctrina de los saduceos.
¿Dónde se encuentran estos falsos maestros? Por citar quizá los lugares más evidentes, se encuentran en:
El protestantismo liberal y en el neo ortodoxo. El catolicismo romano liberal. El unitarismo y universalismo. El russellismo («Testigos de Jehová»). El mormonismo. La Ciencia Cristiana La Escuela Unida del Cristianismo El cristadelfianismo. El armstrongismo, G-12, El movimiento apostólico y profético, algunos movimientos neo-pentecostales, Redimidos Hermosillo y Palabra de fe. (Entre otras).
Aunque profesan ser ministros de justicia, introducen encubiertamente herejías destructoras del alma junto con verdadera doctrina bíblica. Es una mezcla deliberadamente engañosa de lo falso y de lo verdadero. Primariamente, suministran un sistema de negaciones. Aquí hay algunas de las negaciones que se pueden encontrar entre algunos de los grupos que se acaban de relacionar: Niegan la inspiración verbal, plenaria, de la Biblia, la Trinidad, la deidad de Cristo, Su nacimiento de mujer virgen, y Su muerte como Sustituto de los pecadores. Son especialmente vehementes en su negación del valor de Su sangre derramada. Niegan la resurrección corporal, el castigo eterno, la salvación por la gracia por medio de la fe en el Señor Jesucristo, y la realidad de los milagros en la Biblia. Otras falsas enseñanzas comunes en la actualidad son:
La teoría de la Kenosis —la herejía de que Cristo se vació a Sí mismo de los atributos de la deidad—. Esto significa que habría podido pecar, cometer errores, etc. La fantasía de que «Dios ha muerto»; la evolución, la salvación universal, el purgatorio, las oraciones por los muertos, etc. El pecado final de los falsos maestros es que incluso llegan a negar al Dueño que los compró. Aunque puedan decir cosas agradables acerca de Jesús, y se puedan referir a Su «divinidad», Su elevada ética, Su espléndido ejemplo, no llegan a confesarlo como Dios y solo Salvador. Nels Ferré escribió: «Jesús nunca fue o llegó a ser Dios… Llamar a Jesús Dios es poner un ídolo en lugar de la Encarnación». El Obispo Metodista G. Kennedy coincidía en lo anterior:
Confieso con franqueza que la declaración (de que Cristo es Dios) no me complace y que parece lejos de ser satisfactoria. Yo preferiría que se dijese que Dios estaba en Cristo, porque creo que el testimonio del Nuevo Testamento tomado como un todo está en contra de la doctrina de la deidad de Jesús, aunque creo que da un testimonio abrumador de la divinidad de Jesús.
De esta y otras maneras, los falsos maestros niegan al Dueño que los compró. Aquí deberíamos detenernos para recordarnos que aunque estos falsos maestros a quien se refiere Pedro habían sido comprados por el Señor, nunca habían sido redimidos. El NT distingue entre compra y redención. Todos son comprados, pero no todos redimidos. La redención se aplica sólo a los que reciben a Jesucristo como Señor y Salvador, acogiéndose al valor de Su sangre derramada (1 Ped 1:18-19). En Mateo 13:44 el Señor Jesús es presentado como un hombre que vendió todo lo que tenía para comprar un campo. En el versículo 38 de aquel mismo capítulo, el campo es designado de manera concreta como el mundo. De modo que por Su muerte en la cruz, el Señor compró el mundo y todo y todos en el mundo. Pero no redimió a todo el mundo. Aunque Su obra fue suficiente para la redención de toda la humanidad, es sólo efectiva para aquellos que se arrepienten, creen y le aceptan. El hecho de que estos falsos maestros nunca habían nacido de nuevo queda indicado por su destino. Atraen sobre sí mismos destrucción repentina. Su parte es el castigo eterno en el lago de fuego. 2:2 de Pedro predice que atraerán un gran número de seguidores. Lo hacen echando a un lado las normas bíblicas de moralidad y alentando la indulgencia de la carne. Aquí tenemos dos ejemplos:
El Obispo Anglicano John A. T. Robinson escribió:
… No hay nada que por sí mismo pueda ser siempre etiquetado como «malo». Uno no puede, por ejemplo, comenzar desde la posición de que las «relaciones sexuales prematrimoniales» o el «divorcio» sean cosas malas o pecaminosas en sí mismas. Puede que así sea en noventa y nueve por ciento de los casos, o incluso en el cien por cien, pero no son cosas intrínsecamente malas, porque el único mal intrínseco es la falta de amor.
En el libro Called to Responsible Freedom, publicado por el Consejo Nacional de las Iglesias (de los EE.UU.), se aconseja a los jóvenes:
Así, en el sentido personal e individual, lo que justifica y santifica la sexualidad no es la posición matrimonial externa de las personas ante la ley, sino lo que siente el uno por el otro en sus corazones. Midiéndolo por este criterio, asirse de las manos puede ser desde luego una cosa muy mala, mientras que el juego sexual íntimo puede ser correcto y bueno.
Como resultado de esta clase de conducta, enseñada y asimismo practicada por falsos maestros, el camino de la verdad queda denigrado. Los incrédulos adquieren un profundo menosprecio contra el cristianismo. Estos falsos maestros son codiciosos, tanto en el ámbito sexual como en el financiero. Han escogido el ministerio como profesión lucrativa. Su gran objetivo es conseguir muchos seguidores y con ello aumentar sus ingresos. Hacen mercadería de la gente con palabras fingidas. Darby dijo: «El diablo nunca es más satánico que cuando lleva una Biblia». Y así estos hombres, con una Biblia en la mano, se hacen pasar por ministros de justicia, hacen cantar himnos evangélicos bien conocidos, y emplean expresiones escriturarias. Pero todo esto es un camuflaje para enseñanzas heréticas y una moralidad corrompida. A estos quintacolumnistas religiosos les espera una terrible condenación. El juicio pronunciado sobre ellos hace tiempo no se tarda; se ha estado armando para la degollina. Su perdición no se duerme: ha estado bien despierta, lista para saltar como una pantera.
En contraste con los profetas inspirados de (2 Ped 1:20-21), los falsos profetas eran aquellos que expresaban visiones provenientes de su propia mente, y no del corazón de Dios. En muchos escritos veterotestamentarios que los describen como tales, ellos falsamente prometen paz a los pecadores destinados al juicio (Jer 23:16-32; Ezq 13:3-10). Los filósofos sinceros se quejaban de que la filosofía era ridiculizada por culpa de los pseudofilósofos.
Los judíos y representantes de otras religiones minoritarias también sufrieron debido a la publicidad negativa que seguía a los desviados y engañadores miembros de sus grupos (Rom 2:23-24). Lo mismo era verdad en el cristianismo primitivo. Viajeros divinos, profetas falsos y maestros de moral típicamente cobraban o solicitaban fondos y, por lo mismo, frecuentemente eran acusados de tener motivos monetarios indignos de su profesado llamamiento. Los falsos maestros en la iglesia estaban explotando a creyentes en Cristo económicamente. Del mismo modo que los políticos demagogos que agradaban las masas, haciéndose “todo a todos” (Pablo uso esa ilustración para levar su mensaje 1 Cor 9:19-23), y la mayoría de los filósofos y moralistas se quejaban de que la adulación no hacía bien a los oyentes; aunque se hablara con gentileza, un verdadero maestro debía corregir las faltas con valentía. Por eso, el desprecio por los adulones es una característica más común de la literatura moral antigua (Prv 28:23; 29:5).
Pedro sigue con un juego de palabras clave en su comunicado, dirigiéndose a la iglesia “Así que vosotros, oh amados”, y a la misma iglesia le comunica “sabiendo esto de antemano” del gr. “proginosko” es “prever” compuesta de “pro” que es “antes” y de “ginosko” que es “saber” alude “tomar en cuenta algo antes de que suceda en base al conocimiento y experiencia”, en ambas partes los creyentes receptores de este mensaje habían participado, 1) conocían de los falsos maestros y sus herejías carpocraciana y gnóstica, y 2) habían experimentado dolor a causa ellos y sus males. En este caso en base al conocimiento/discernimiento que tenían debían ser cuidadosos y guardarse, la palabra “guardaos” del gr. “fulasso” es “vigilar/aislarse” en sí, esta palabra aludía a un custodio por un oficial de la guardia, estar en guardia vigilando a esa persona que no se escape/que permanezca aislado. Pedro da entender con los falsos maestros que de igual forma, como un oficial vigilaba a las personas a su cargo para que éstas estuvieran en su lugar aislados correspondiente debemos hacer con los doctores falsos, no solo manda a vigilar a los falsos sino también a vigilar no ser víctimas de la consecuencia de sus enseñanzas, por eso expone que no seamos arrastrados por el “error”, la palabra error viene del gr. “plane” y significa “fraude”, en si el efecto que causa es desviarse por ser engañado, esta palabra aludía a una persona que vagaba fuera de un camino a causa de promesas falsas, aquí Pedro nos trae a luz el proceder de los falsos doctores, hacer promesas falsas, es clave de ellos, porque actúan como su padre, en mentira. Dios jamás actuaria o llevaría actuar a un creyente en error, porque el mismo de Él no proviene, todo lo que Dios hace o lleva hacer es en base a su propia esencia y atributos, entonces, todo aquello que esté lejano a la persona de Cristo, su obra y carácter es error, por ello expone que el error viene de los “inicuos”, inicuo del gr. “athesmos” es “criminal”, una persona que rompe leyes, en si es aquel que anda sin firmeza. Los falsos son como su mismo carácter interno, sin ley, sin firmeza bajo la planta de sus pies, inconstantes, sin capacidad moral ni el poder para ejecutarlo, y sus doctrinas son de igual peso que su interior, sin firmeza y sin moral, “ninguna falsa enseñanza jamás podrá producir el fruto de vida de Cristo en aquel que la profesa (Gál 5:22-24)” – Dr. FM. Por ello debemos ser cuidadosos, ya que el propósito de la doctrina sana es crecer, no quedar estático. A causa de su error de vida y doctrinas falsas (sin ley) es que corrompían las Escrituras mal formando su contenido para hacer caer al firme, estar en Cristo es firmeza, sin él no, entonces se puede entender la naturaleza de cada falso maestro, muerte.
Pedro presenta un gran contraste, hay una evidencia única que sobrepasa cualquier creencia, y es que cualquier persona que sigue una doctrina falsa queda imposibilitado de crecer como Cristo, pero quien sigue una doctrina sana sucede lo contrario. “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” la única fuente de Gracia para el hombre es Jesús (Jn 1:14-17; Efe 2:8-9), y esa es la base del sano crecimiento, por ello afirma que debemos crecer en la “gracia”, la palabra gracia del gr. “jaris” en este texto es “la influencia divina sobre el corazón y su reflejo de vida”, es el favor inmerecido, sustantivo de “jairo” que es “causa de alegría/gratitud”, una persona que responde a lo que Dios le mostro de sí mismo, el contraste comienza en que la persona que crece correctamente su enfoque será cumplir su propósito de vida por el cual fue creado, amar, glorificar y servir a Dios en la persona del Hijo, la fuente de todo. Por ello la falsa enseñanza está imposibilitada de hacer crecer a la imagen del Hijo, porque carece de ley divina y gracia para llevarla a cabo. El “conocimiento” en el cual el creyente debe crecer viene del gr. “gnosis” y es “razón” en si es algo que conforme las evidencias manifestadas se debe reflexionar para seguir la dirección de ello, es analizar las realidades expresadas, en este caso de Jesús. Lo que verdaderamente llevara a un crecimiento sano es ajustar las realidades a las evidencias expresadas en la persona y obra de Cristo, fuera de ello no hay crecimiento, se debe conocer quién es Él, y como Él opera para crecer correctamente, todo eso es conforme la Escrituras. Pedro culmina dando “gloria” a Dios porque en Cristo está el conocimiento necesario para ser como Dios desea que seamos, conocer a Cristo contrarresta toda falsedad doctrinal, en sí, gloria del gr. “doxa” es “honra” con esto alude que el conocimiento verdadero de Dios llevara al creyente a un reconocimiento de su carácter manifestado, lo cual es el magno y eterno contraste opuesto a la mentira. Conocer a Cristo correctamente conforme las Escrituras (Lc 24:27, vv. 44-45) llevara al creyente a conocer toda mentira.
Hay carios principios de aplicación. En estos textos.
1) Todo lo que tenemos en las Escrituras (La biblia) es la palabra de Dios inspirada y perfectamente organizada para nuestro bienestar esto incluye las cartas Paulinas.
a. Para conocer la voluntad y carácter de Dios.
b. Para conocer a Cristo.
c. Para poder vivir en conformidad al Espíritu.
d. Para conocer la verdad.
e. Para no ser víctimas de la mentira.
f. solo se puede entender bajo la iluminación del Espíritu al entendimiento.
g. Todo debe ir en su contexto propio, fuera de ello es error.
2) Las Escrituras muestran a Cristo, el cual es el estándar/medida del crecimiento.
a. Toda enseñanza debe ir dirigida a ser como Jesús, de no ser así es falsa.
b. Toda enseñanza debe estar sujeta a todos los escritos de la Biblia, de no ser así se descontextualiza y es error.
c. Toda enseñanza debe estar enfocada en servir, amar y glorificar a Dios en temor y reverencia, de no ser así es falsa por su carencia de vida práctica.
“El creyente responsable estudia, analiza y se sujeta a las Escrituras por el Espíritu, con el fin de ser como Cristo” – Dr. Fm