Panorama Bíblico NT


Evangelio de Mateo

Autor: Este Evangelio es conocido como el Evangelio de Mateo, porque fue escrito por el apóstol del mismo nombre. El estilo del libro es exactamente lo que se habría esperado de un hombre que una vez fue recaudador de impuestos. Mateo tiene un gran interés en la contabilidad (18:23-24; 25:14-15). El libro es muy ordenado y conciso. En vez de escribir en orden cronológico, Mateo ordena este Evangelio a través de seis argumentos.

Como cobrador de impuestos, Mateo posee una habilidad que hace sus escritos aún más interesantes para los cristianos. Se esperaba que los recaudadores de impuestos fueran capaces de escribir en una clase de taquigrafía, lo que esencialmente significa que Mateo pudo haber registrado las palabras de una persona mientras hablaba, palabra por palabra. Esta habilidad significa que las palabras de Mateo no solo están inspiradas por el Espíritu Santo, sino que deben representar una transcripción actual de algunos de los sermones de Cristo. Por ejemplo el Sermón del Monte, como se registra en los capítulos 5-7, es casi con certeza una perfecta grabación de ese gran mensaje.

Fecha de su Escritura: Como apóstol, Mateo escribió este libro en el período temprano de la iglesia, probablemente alrededor del 50 a.C. Esta fue una época en que la mayor parte de los cristianos eran judíos convertidos, por lo que es comprensible que Mateo se enfocara en la perspectiva judía en este evangelio.

Propósito de la Escritura: Mateo intenta probar a los judíos que Jesucristo es el Mesías prometido. Más que en ningún otro evangelio, Mateo cita el Antiguo Testamento para mostrar cómo Jesús da cumplimiento a las palabras de los profetas judíos. Mateo describe en detalle el linaje de Jesús desde David, y utiliza muchas formas de lenguaje con que las que los judíos debían haberse sentido cómodos. El amor y preocupación de Mateo por su pueblo es evidente a través de su meticulosa manera de contar la historia del Evangelio.

Versos Clave: Mateo 5:17, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”

Mateo 5:43-44, “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.”

Mateo 6:9-13, “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.”

Mateo 16:26, “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”

Mateo 22:37-40, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”

Mateo 27:31, “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.”

Mateo 28:5-6, “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.”

Mateo 28:19-20, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

Breve Resumen: En los dos primeros capítulos, Mateo expone el linaje, nacimiento, y los primeros años de la vida de Cristo. De ahí, el libro habla del ministerio de Jesús. La descripción de las enseñanzas de Cristo están dispuestas alrededor de “discursos,” tales como el Sermón del Monte en los capítulos del 5 al 7. El capítulo 10 incluye la misión y propósito de los discípulos; el capítulo 13 es una colección de parábolas; el 18 trata de la iglesia; el capítulo 23 comienza con un discurso sobre la hipocresía y el futuro. Los capítulos 21 al 27 hablan del arresto, tortura, y ejecución de Jesús. El capítulo final, describe la Resurrección y la Gran Comisión.

Conexiones: Puesto que el propósito de Mateo es presentar a Jesucristo como el Rey Mesías de Israel, él cita el Antiguo Testamento más que cualquiera de los otros tres evangelios escritos. Mateo cita más de 60 veces pasajes proféticos el Antiguo Testamento, demostrando cómo Jesús les dio cumplimiento. Él comienza su Evangelio con la genealogía de Jesús, trazando Su ascendencia hasta Abraham, el progenitor de los judíos. Desde ahí, Mateo cita extensivamente a los profetas, usando frecuentemente la frase “como fue dicho por el (los) profeta(s)” (Mateo 1:22-23, 2:5-6, 2:15, 4:13-16, 8:16-17, 13:35, 21:4-5). Estos versos se refieren a profecías del Antiguo Testamento referentes a Su nacimiento virginal (Isaías 7:14) en Belén (Miqueas 5:2), Su regreso de Egipto después de la muerte de Herodes (Oses 11:1), Su ministerio a los gentiles (Isaías 9:1-2, 60:1-3), Sus curaciones milagrosas tanto del cuerpo como del alma (Isaías 53:4), Su hablar en parábolas (Salmos 78:2), y Su entrada triunfal en Jerusalén (Zacarías 9:9).

Aplicación Práctica: El Evangelio de Mateo es una excelente introducción a las enseñanzas centrales del cristianismo. El estilo lógico del esquema, permite la fácil localización de la discusión de varios tópicos. Mateo es especialmente útil para entender por qué la vida de Cristo fue el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.

La audiencia a quien se dirigía Mateo eran sus compatriotas judíos, muchos de los cuales –especialmente los fariseos y saduceos – tercamente se rehusaron a aceptar a Jesús como su Mesías. A pesar de siglos de haber leído y estudiado el Antiguo Testamento, sus ojos estaban ciegos a la verdad de quién era Jesús. Jesús mismo les reprocha la dureza de sus corazones y su negativa a reconocer a Aquel que supuestamente ellos habían estado esperando (Juan 5:38-40). Ellos querían a un Mesías bajo sus propios términos, uno que cumpliera sus propios deseos e hiciera lo que ellos querían que Él hiciera. ¿Con cuánta frecuencia nosotros buscamos a Dios bajo nuestros propios términos? ¿No lo rechazamos al atribuirle solo aquellos atributos que encontramos aceptables, aquellos que nos hacen sentir bien –Su amor, misericordia y gracia- mientras que rechazamos aquellos que encontramos objetables –Su enojo, justicia e ira santa? No nos atrevamos a cometer el mismo error de los fariseos, creando un Dios a nuestra imagen y luego esperar que Él viva de acuerdo a nuestros estándares. Tal dios no es mas que un ídolo. La Biblia nos da información más que suficiente acerca de la verdad, naturaleza e identidad de Dios y Jesucristo, como para justificar nuestra adoración y nuestra obediencia.

Evangelio de Marcos

Autor: Aunque el Evangelio de Marcos no nombra a su autor, es unánime el testimonio de los padres de la iglesia primitiva, que Marcos fue el autor. Él era un compañero del Apóstol Pedro, y evidentemente su hijo espiritual (1 Pedro 5:13). Él recibió de Pedro información de primera mano sobre los eventos y enseñanzas del Señor, y preservó esa información de manera escrita.

Es generalmente aceptado, que Marcos es el Juan Marcos del Nuevo Testamento (Hechos 12:12). Su madre fue una cristiana rica y prominente en la iglesia de Jerusalén, y probablemente la iglesia se reunía en su casa. Marcos se unió a Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, pero no en el segundo, debido a un fuerte desacuerdo entre los dos hombres (Hechos 15:37-38). Sin embargo, cerca del final de la vida de Pablo, él llamó a Marcos para que estuviera con él. (2 Timoteo 4:11).

Fecha de su Escritura: El Evangelio de Marcos fue posiblemente uno de los primeros libros escritos del Nuevo Testamento, probablemente en el 57-59 d.C.

Propósito de la Escritura: Mientras que Mateo fue escrito principalmente para sus compatriotas judíos, el Evangelio de Marcos parece estar dirigido a los creyentes romanos, particularmente a los gentiles. Marcos escribió como un pastor a los cristianos que previamente habían escuchado y creído el Evangelio (Romanos 1:8). Él deseaba que ellos contaran con una historia biográfica de Jesucristo como el Siervo de Dios y Salvador del mundo, a fin de fortalecer su fe cuando se enfrentaban a una severa persecución, y para enseñarles lo que significaba ser Sus discípulos.

Versos Clave: Marcos 1:11, “Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”

Marcos 1:17, “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.”

Marcos 10:14-15, “Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

Marcos 10:45, “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

Marcos 12:32-33, “Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.”

Marcos 16:6, “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.”

Marcos 16:15, “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”

Breve Resumen: Este Evangelio es único, porque enfatiza las acciones de Jesús más que Su enseñanza. Está escrito con sencillez, moviéndose rápidamente de uno a otro episodio en la vida de Cristo. No comienza con una genealogía como en Mateo, porque los gentiles no estarían interesados en Su linaje humano. Después de la introducción de Jesús en Su bautismo, Jesús comienza su ministerio público en Galilea y llama a los primeros cuatro de Sus doce discípulos. Lo que sigue es el registro de la vida de Jesús, Su muerte y resurrección.

El relato de Marcos no es solo un conjunto de historias, sino una narrativa escrita para revelar que Jesús es el Mesías, no solo para los judíos, sino también para los gentiles. En una profesión dinámica, los discípulos, dirigidos por Pedro, reconocen su fe en Él (Marcos 8:29-30), aunque fracasan en comprender plenamente Su Mesianidad hasta Su resurrección.

Mientras seguimos Su viaje a través de Galilea, las áreas circundantes, y luego hasta Judea, nos damos cuenta de Su ritmo de trabajo. Él tocó las vidas de mucha gente, pero dejó una marca indeleble en Sus discípulos. En la transfiguración (Marcos 9:1-9), Él le mostró a tres de ellos, un avance de Su futuro regreso en poder y gloria, y nuevamente se reveló ante ellos como lo que Él era.

Sin embargo, en los días previos a Su viaje final a Jerusalén, los vemos desconcertados, temerosos y dudando. Cuando Jesús fue arrestado, Él se quedó solo después que todos huyeron. En las horas siguientes a los falsos juicios, Jesús proclamó valientemente que Él era el Cristo, el Hijo del Bendito, y que Él regresaría triunfante (Marcos 14:61-62) Los eventos culminantes que rodearon la crucifixión, muerte, sepultura y resurrección, no fueron presenciados por la mayoría de Sus discípulos. Pero varias mujeres fieles atestiguaron Su pasión. Después del Sabbath, temprano por la mañana del primer día de la semana, ellas fueron a la tumba con especias aromáticas para la sepultura. Cuando vieron que la piedra había sido removida, ellas entraron a la tumba. Lo que vieron no fue el cuerpo de Jesús, sino un ángel con una túnica blanca. El gozoso mensaje que recibieron fue, “¡Ha resucitado!” Las mujeres fueron las primeras evangelistas, al difundir las buenas nuevas de Su resurrección. Este mismo mensaje ha sido difundido por todo el mundo en los siglos siguientes y a nosotros hasta nuestros días.

Conexiones: En razón de que el auditorio a quien Marcos se dirigía eran los gentiles, él no cita tan frecuentemente el Antiguo Testamento como lo hace Mateo, quien escribió principalmente para los judíos. Él no comienza con una genealogía que vincule a Jesús con los patriarcas judíos, sino que en vez de ello comienza con Su bautismo, el principio de Su ministerio terrenal. Pero aún allí, Marcos cita una profecía del Antiguo Testamento referente al mensajero –Juan el Bautista- quien exhortaría a la gente a “preparar el camino del Señor” (Marcos 1:3; Isaías 40:3) mientras esperaban la llegada de su Mesías.

Jesús se refiere al Antiguo Testamento en varios pasajes de este Evangelio. En Marcos 7:6, Jesús reprende a los fariseos por su adoración superficial a Dios con sus labios, mientras sus corazones estaban lejos de Él, y se refiere a su propio profeta, Isaías, para condenarlos por la dureza de su corazón (Isaías 29:13). Jesús se refiere a otra profecía del Antiguo Testamento, la cual iba a ser cumplida esa misma noche, mientras los discípulos serían dispersados como ovejas sin pastor, cuando Jesús fue arrestado y condenado a muerte (Marcos 14:27; Zacarías 13:7). Él se refiere nuevamente a Isaías, cuando limpia el Templo de los cambistas de monedas (Marcos 11:15-17; Isaías 56:7; Jeremías 7:11) y a los Salmos cuando Él explicó que Él era la Piedra Angular de nuestra fe y de la Iglesia (Marcos 12:10-11; Salmos 118:22-23).

Aplicación Práctica: Marcos presenta a Jesús como el Siervo de Dios sufriente (Marcos 10:45) y como Aquel que vino a servir y sacrificarse por nosotros, en parte para inspirarnos a hacer lo mismo. Debemos ministrar como Él lo hizo, con la misma grandeza de humildad y devoción para servir a los demás. Jesús nos exhortó a recordar que para ser grande en el reino de Dios, debemos ser los siervos de todos (Marcos 10:44). El auto-sacrificio debe trascender a nuestra necesidad de reconocimiento o recompensa, así como Jesús estuvo dispuesto a ser humillado al poner Su vida por las ovejas.



Evangelio de Lucas

Autor: El Evangelio de Lucas no identifica a su autor. Aunque de Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3, claramente se deduce que el mismo autor escribió tanto Lucas como Hechos, dirigidos ambos al “excelentísimo Teófilo,” posiblemente un dignatario romano. La tradición de los primeros días de la iglesia es que Lucas, un médico y compañero cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y Hechos (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11). Esto haría de Lucas el único gentil que participó con libros de las Escrituras.

Fecha de su Escritura: El Evangelio de Lucas fue escrito probablemente entre el 58 y el 65 d.C.

Propósito de la Escritura: Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y Marcos- el propósito de este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba,” (Hechos 1:1-2). El Evangelio de Lucas es único en cuanto a la meticulosidad de su historia –una “narración ordenada” (Lucas 1:3) consecuente con la mentalidad médica de Lucas –quien con frecuencia da detalles que otros narradores omiten. La historia de Lucas sobre la vida del Gran Médico, enfatiza Su ministerio –y compasión por- gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de impuestos, pecadores, y otros considerados como marginados en Israel.

Versos Clave: Lucas 2:4-7, “Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.”

Lucas 3:16, “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”

Lucas 4:18-19, 21, “‘El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.’ Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”

Lucas 18:31-32, “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido.”

Lucas 23:33-34, “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

Lucas 24:1-3, “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.”

Breve Resumen: Llamado el más bello libro jamás escrito, Lucas comienza por decirnos acerca de los padres de Jesús; el nacimiento de Su primo, Juan el Bautista; el viaje de María y José a Belén, donde Jesús nace en un pesebre; y la genealogía de Cristo a través de María. El ministerio público de Jesús, revela Su perfecta compasión y perdón a través de las historias del hijo pródigo, el hombre rico y Lázaro, y el buen samaritano. Mientras que muchos creen en este amor sin prejuicios que sobrepasa todos los límites humanos, muchos otros –especialmente los líderes religiosos- desafían y se oponen a las pretensiones de Jesús. Los seguidores de Cristo son animados a evaluar el costo del discipulado, mientras Sus enemigos buscan Su muerte en la cruz. Finalmente, Jesús es traicionado, juzgado, sentenciado y crucificado. ¡Pero la tumba no puede detenerlo! Su Resurrección asegura la continuación de Su ministerio de buscar y salvar a los perdidos.

Conexiones: Como gentil, las referencias de Lucas al Antiguo Testamento son relativamente pocas, comparadas con el Evangelio de Mateo, y la mayoría de las referencias del Antiguo Testamento están en las palabras dichas por Jesús, más que en la narración de Lucas. Jesús utiliza el Antiguo Testamento para defenderse contra los ataques de Satanás, respondiéndole con “Escrito está” (Lucas 4:1-3); para identificarse a Sí mismo como el Mesías prometido (Lucas 4:17-21); para recordar a los fariseos su imposibilidad de guardar la Ley y su necesidad de un Salvador (Lucas 10:25-28, 18:18-27); y para confundir su conocimiento cuando trataban de engañarlo y probarlo (Lucas 20).

Aplicación Práctica: Lucas nos muestra un hermoso retrato de nuestro compasivo Salvador. Jesús no se sentía “incomodado” por los pobres y los necesitados; de hecho, ellos eran un importante objetivo en Su ministerio. En los tiempos de Jesús, Israel era una sociedad muy consciente de sus clase sociales. Los débiles y los oprimidos eran literalmente incapaces de mejorar su suerte en la vida, y estaban especialmente abiertos al mensaje de “el reino de Dios se ha acercado” (Lucas 10:9). Este es un mensaje que debemos llevar a todos aquellos a nuestro alrededor que necesitan desesperadamente escucharlo. Aún en países comparativamente prósperos –tal vez especialmente por ello- la necesidad espiritual es tremenda. Los cristianos deben seguir el ejemplo de Jesús y llevar las buenas nuevas de salvación a los espiritualmente pobres y necesitados. El reino de Dios se ha acercado y el tiempo se acorta cada día.

Evangelio de Juan

Autor: Juan 21:20-24 describe al autor como “el discípulo a quien amaba Jesús,” y por razones tanto históricas como internas, se entiende que es Juan el Apóstol, uno de los hijos de Zebedeo (Lucas 5:10).

Fecha de su Escritura: Del descubrimiento de ciertos fragmentos de papiros fechados alrededor del 135 d.C., se deduce que el libro tuvo que haber sido escrito, copiado y haber circulado antes de esa fecha. Y mientras que algunos piensan que fue escrito antes de la destrucción de Jerusalén (70 d.C), es más aceptada la fecha de su escritura entre el 85-90 d.C.

Propósito de la Escritura: Juan 20:31 cita el propósito de la siguiente manera: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” A diferencia de los tres Evangelios sinópticos, el propósito de Juan no era presentar una narrativa cronológica de la vida de Cristo, sino manifestar Su deidad. Juan no solo estaba buscando fortalecer la fe de la segunda generación de creyentes, así como atraer a otros a la fe; sino que también buscaba corregir una falsa enseñanza que se estaba difundiendo. Juan enfatizaba que Jesucristo era “el Hijo de Dios,” totalmente Dios y totalmente hombre; contrario a la falsa doctrina que veía al “Espíritu-Cristo” viniendo sobre el Jesús humano en Su bautismo, y abandonándolo en la crucifixión.

Versos Clave: Juan 1:1,14, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios... Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Juan 1:29, “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”

Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Juan 6:29, “Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.”

Juan 10:10, “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Juan 10:28, “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Juan 11:25-26, “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”

Juan 13:35, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

Juan 14:6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Juan 14:9, “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”

Juan 17:17, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”

Juan 19:30, “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”

Juan 20:29, “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”

Breve Resumen: El Evangelio de Juan selecciona solo siete milagros como señales para demostrar la deidad de Cristo e ilustrar Su ministerio. Algunas de estas señales y narraciones solo se encuentran en Juan. El suyo es el más teológico de los cuatro Evangelios y con frecuencia da la razón tras los eventos mencionados en los otros Evangelios. Él comparte mucho acerca de la proximidad del ministerio del Espíritu Santo después de la ascensión de Cristo. Hay ciertas palabras o frases que Juan usa frecuentemente que muestran los repetitivos temas de su Evangelio: creer, atestiguar, Consolador, vida – muerte, luz – tinieblas, Yo soy... (como el “Yo Soy” que es Jesús), y amor.

El Evangelio de Juan presenta a Cristo, no desde Su nacimiento, sino desde “el principio” como “el Verbo” (Logos) quien, como Deidad, está involucrado en cada aspecto de la creación (1:1-3) y quien más tarde se hizo carne (1:14) a fin de poder quitar nuestros pecados, como el Cordero de Dios sin mancha (Juan 1:29). Juan elige las conversaciones espirituales que muestran que Jesús es el Mesías (4:26) y para explicar cómo es uno salvado por Su muerte vicaria en la cruz (3:14-16). Jesús irrita repetidamente a los líderes judíos al corregirlos (2:13-16); al sanar en Sábado, y al adjudicarse características pertenecientes a Dios (5:18; 8:56-59; 9:6, 16; 10:33). Jesús prepara a Sus discípulos ante la proximidad de Su muerte y para el ministerio que llevarán a cabo después de Su resurrección y ascensión (Juan 14-17). Entonces Él muere voluntariamente en la cruz, tomando nuestro lugar (10:15-18), pagando totalmente nuestra deuda por el pecado (19:30) para que todo el que confíe en Él como su Salvador del pecado, sea salvo (Juan 3:14-16). Él entonces resucita de los muertos, convenciendo hasta al más escéptico de Sus discípulos, de que Él es Dios y Señor (20:24-29).

Conexiones: La imagen que Juan expone de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, se aprecia más enfáticamente en los siete “Yo Soy” de las declaraciones de Jesús. Él es el “Pan de vida” (Juan 6:35), proporcionado por Dios para alimentar las almas de Su pueblo, así como Él proveyó el maná del cielo para alimentar a los israelitas en el desierto (Éxodo 16:11-36). Jesús es la “Luz del mundo” (Juan 8:12), la misma Luz que Dios prometió a Su pueblo en el Antiguo Testamento (Isaías 30:26, 60:19-22), y la cual llegará a su culminación en la Nueva Jerusalén, cuando Cristo, el Cordero sea su Luz (Apocalipsis 21:23). Dos de las declaraciones del “Yo Soy,” se refieren a Jesús, como el “Buen Pastor” y la “Puerta de las ovejas.” Aquí vemos claras referencias de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, el Pastor de Israel (Salmos 23:1; 80:1; Jeremías 31:10; Ezequiel 34:23) y, como la única Puerta dentro del redil, el único camino para la salvación.

Los judíos creían en la resurrección y, de hecho, usaban la doctrina para tratar de engañar a Jesús para hacer declaraciones que pudieran usar en Su contra. Pero Su declaración en la tumba de Lázaro “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25) debe haberlos escandalizado. Él estaba declarando ser la causa de la resurrección y el poseedor del poder sobre la vida y la muerte. Nadie más que Dios Mismo podría pretender tal cosa. Similarmente, Su declaración de ser el “camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6) lo relacionaban indiscutiblemente con el Antiguo Testamento. Él es el “Camino de Santidad” profetizado en Isaías 35:8; Él estableció la “Ciudad de la Verdad” de Zacarías 8:3 cuando Él, quien es la “verdad” misma, estaba en Jerusalén y las verdades del Evangelio fueron predicadas ahí por Él y Sus apóstoles; y como “la Vida,” Él afirma Su deidad, el Creador de la vida, Dios encarnado (Juan 1:1-3). Finalmente, como la “Vid verdadera” (Juan 15:1, 5) Jesús se identifica a Sí Mismo con la nación de Israel, quien es llamada la viña del Señor en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Como la vid Verdadera del viñedo de Israel, Él se presenta a Sí Mismo como el Señor del “Israel verdadero” –todos aquellos que vinieran a Él en fe, porque “... no todos los que descienden de Israel son israelitas,” (Romanos 9:6).

Aplicación Práctica: El Evangelio de Juan continúa cumpliendo su propósito de contener mucha información valiosa para el evangelismo (Juan 3:16 es tal vez el verso más conocido, aún si no es entendido apropiadamente por muchos), y con frecuencia utilizado en estudios bíblicos. En los encuentros registrados entre Jesús y Nicodemo, y la mujer en el pozo (capítulos 3-4), podemos aprender mucho del modelo del evangelismo personal de Jesús. Sus palabras de consuelo a Sus discípulos antes de Su muerte (14:1-6,16, 16:33) aún son de gran consuelo en las ocasiones cuando la muerte reclama a nuestros seres amados en Cristo, como lo es Su “oración como sumo sacerdote” por los creyentes en el capítulo 17. Las enseñanzas de Juan concernientes a la deidad de Cristo (1:1-3,14; 5:22-23; 8:58; 14:8-9; 20:28, etc.) son muy útiles en la lucha contra las falsas enseñanzas de algunos de los cultos que ven a Jesús como menor a la plenitud de Dios.

Libro de Hechos

Autor: El Libro de Hechos no identifica específicamente a su autor. De acuerdo a Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3, es claro que el mismo autor escribió ambos libros. La tradición, desde los primeros días de la iglesia, ha sido que fue Lucas, un compañero del apóstol Pablo, quien fue el autor tanto Lucas como de Hechos (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11).

Fecha de su Escritura: El Libro de Hechos fue escrito probablemente entre el 61 y el 64 d.C.

Propósito de la Escritura: El libro de Hechos fue escrito para tener un registro de la historia de la iglesia primitiva. El énfasis del libro es la importancia del día de Pentecostés, y el ser investidos de poder para ser testigos eficaces de Jesucristo. Hechos registra a los apóstoles siendo testigos de Cristo en Jerusalén, Judea, Samaria, y el resto del mundo circundante. El libro arroja luz sobre el don del Espíritu Santo, quien da poder, guía, enseña y actúa como nuestro Consejero. Al leer el libro de Hechos, somos iluminados y animados por los muchos milagros que fueron realizados durante este tiempo por los discípulos Pedro, Juan y Pablo.

El libro de Hechos enfatiza la importancia de la obediencia a la Palabra de Dios y la transformación que ocurre como resultado de conocer a Cristo. También hay muchas referencias sobre aquellos que rechazaron la verdad que los discípulos predicaban acerca del Señor Jesucristo. El poder, la avaricia, y muchos otros vicios del diablo son evidenciados en el libro de Hechos.

Versos Clave: Hechos 1:8: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Hechos 2:4, “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”

Hechos 4:12, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

Hechos 4:19-20, “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.”

Hechos 9:3-6, “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.”

Hechos 16:31, “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”

Breve Resumen: El libro de Hechos proporciona la historia de la iglesia cristiana y la expansión del Evangelio de Jesucristo, así como la creciente oposición al mismo. Aunque muchos siervos fieles fueron usados para predicar y enseñar el Evangelio de Jesucristo, Saulo, cuyo nombre fue cambiado a Pablo, fue el que tuvo más influencia. Antes de ser convertido, Pablo se complacía en perseguir y matar a los cristianos. La dramática conversión de Pablo en el camino a Damasco (Hechos 9:1-31) es un punto culminante del libro de Hechos. Después de su conversión, él se fue al extremo opuesto en su amor por Dios y en predicar Su Palabra con poder, fervor y el Espíritu del Dios vivo y verdadero. Los discípulos recibieron el poder del Espíritu Santo para ser Sus testigos en Jerusalén (capítulos 1-8:3), Judea y Samaria (capítulos 8:4-12:25), y hasta lo último de la tierra (capítulos 13:1–28). Incluidos en la última sección, están los tres viajes misioneros de Pablo (13:1-21:16), sus juicios en Jerusalén y Cesarea (21:17-26:32) y su viaje final a Roma (27:1-18:31).

Conexiones: El libro de Hechos actúa como una transición entre el Antiguo Pacto de la observancia de la ley y el Nuevo Pacto de gracia y fe. Esta transición es apreciada en muchos eventos claves del libro de Hechos. Primero, hubo un cambio en el ministerio del Espíritu Santo, cuya función principal en el Antiguo Testamento era el “ungimiento” externo del pueblo de Dios, entre ellos Moisés (Números 11:17), Otoniel (Jueces 3:8-10), Gedeón (Jueces 6:34), y Saúl (1 Samuel 10:6-10). Después de la resurrección de Jesús, el Espíritu vino a vivir en el corazón de los creyentes (Romanos 8:9-11; 1 Corintios 3:16), guiándolos y llenándolos de poder desde dentro. El Espíritu que mora en el hombre, es un don de Dios para aquellos que vienen a Él en fe.

La conversión de Pablo fue un ejemplo dramático de la transición del Antiguo al Nuevo Pacto. Pablo admitió que, antes de conocer al Salvador resucitado, él era el más celoso de los israelitas, siendo irreprensible “en cuanto a la justicia de la ley” (Filipenses 3:6), llegando a ser tan extremista como para perseguir a aquellos que enseñaban la salvación por gracia a través de la fe en Cristo. Pero después de su conversión, él se dio cuenta de que todos sus esfuerzos legalistas eran inútiles, diciendo que él los tenía “por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.” (Filipenses 3:8b-9). Ahora nosotros también vivimos por fe, no por las obras de la ley, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).

La visión de Pedro del lienzo en Hechos 10:9-15, es otra señal de la transición del Antiguo Pacto –en este caso, de las exclusivas leyes dietéticas de los judíos –a la unidad del Nuevo Pacto de judíos y gentiles en una sola iglesia universal. Los animales “limpios” simbolizando a los judíos, y los animales “inmundos” simbolizando a los gentiles, fueron declarados ambos “limpios” por Dios a través de la muerte sacrificial de Cristo. Dejando de estar bajo el Antiguo Pacto de la ley, ahora ambos están unidos en el Nuevo Pacto de la gracia, a través de la fe en la sangre derramada de Cristo en la cruz.

Aplicación Práctica: Dios puede hacer cosas extraordinarias a través de personas ordinarias, cuando Él los llena de poder a través de Su Espíritu. Esencialmente, Dios tomó a un grupo de pescadores y los utilizó para poner al mundo de cabeza (Hechos 17:6). Dios tomó a un asesino aborrecedor de cristianos y lo cambió en el evangelista cristiano más grande, el autor de casi la mitad de los libros del Nuevo Testamento. Dios utilizó la persecución para producir la difusión más acelerada de una “nueva fe” en la historia del mundo. Dios puede y hace lo mismo a través de nosotros –cambiando nuestros corazones, llenándonos de poder por el Espíritu Santo, y dándonos una pasión por difundir las buenas nuevas de salvación a través de Jesucristo. Si tratamos de hacer estas cosas en nuestras propias fuerzas, fracasaremos. Al igual que los discípulos en Hechos 1:8, debemos esperar ser llenos del poder del Espíritu, y entonces ir en Su poder, a cumplir con la Gran Comisión (Mateo 28:19-20).

Carta de Romanos

Autor: Romanos 1:1 identifica al autor de la carta de Romanos como el apóstol Pablo. Romanos 16:22 indica que Pablo utilizó la ayuda de un hombre llamado Tercio para transcribir sus palabras.

Fecha de su Escritura: El libro de Romanos fue escrito probablemente entre el 56-58 d.C.

Propósito de la Escritura: Como en todas las epístolas de Pablo a las iglesias, su propósito en escribirlas, era para proclamar la gloria del Señor Jesucristo mediante la enseñanza de la doctrina y la edificación y el ánimo para los creyentes que recibieran su carta. Una preocupación en particular para Pablo, eran aquellos para quienes escribió esta carta fue –aquellos que estaban en Roma que eran “amados de Dios y llamados a ser santos” (Romanos 1:7)- Por ser él mismo un ciudadano romano, él tenía una pasión única por aquellos en la asamblea de creyentes en Roma. Puesto que él, hasta este momento, no había visitado la iglesia en Roma, esta carta también servía como su presentación ante ellos.

Versos Clave: Romanos 1:16, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”

Romanos 3:9-11, “¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: ‘No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.’”

Romanos 3:21, “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas.”

Romanos 3:23, “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”

Romanos 5:8, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”

Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Romanos 8:9, “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”

Romanos 8:28, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Romanos 8:37-39, “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Romanos 10:9-10, “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”

Romanos 12:1, “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”

Romanos 12:19, “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.”

Romanos 16:17, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.”

Breve Resumen: Pablo estaba entusiasmado con la idea de poder ministrar al fin en esta iglesia, y todos estaban bien enterados de este hecho (Romanos 1:8-15). La carta a los Romanos fue escrita desde Corinto justo antes del viaje de Pablo a Jerusalén para llevar las ofrendas que le habían sido entregadas para los pobres de allá. Él había intentado ir a Roma y posteriormente a España (Romanos 15:24), pero sus planes fueron interrumpidos cuando fue arrestado en Jerusalén. Eventualmente él iría a Roma pero como prisionero. Febe, quien era un miembro de la iglesia en Cencrea cerca de Corinto (Romanos 16:1), es quien probablemente llevó la carta hasta Roma.

El libro de Romanos es principalmente una obra de doctrina y puede ser dividido en cuatro secciones: la necesidad de justicia, 1:18—3:20; la justificación provista, 3:21—8:39; la justicia vindicada, 9:1—11:36; la justicia practicada, 12:1—15:13. El tema principal de esta carta es obviamente – la justificación. Guiado por el Espíritu Santo, Pablo primeramente condena a todos los hombres por su pecaminosidad. Él expresa su deseo de predicar la verdad de la Palabra de Dios a aquellos que estaban en Roma. Era su esperanza que ellos permanecieran en el camino correcto. Señala enérgicamente que no se avergüenza del evangelio (Romanos 1:16), porque es el poder mediante el cual todos son salvados.

El libro de Romanos nos habla acerca de Dios, quién es Él y lo que Él ha hecho. Nos habla de Jesucristo, de lo que Él logró con Su muerte. Nos dice acerca de nosotros mismos, de lo que éramos sin Cristo y lo que somos después de haber confiando en Cristo. Pablo señala que Dios no demandó que los hombres hubieran ya enderezado sus vidas antes de venir a Cristo. Mientras que aún éramos pecadores, Cristo murió en la cruz por nuestros pecados.

Conexiones: Pablo utiliza a varios personajes y eventos del Antiguo Testamento como ilustraciones de las gloriosas verdades en el libro de Romanos. Abraham creyó y fue justificado por su fe, no por sus obras (Romanos 4:1-5). En Romanos 4:6-9, 6-8 Pablo se refiere a David quien reitera la misma verdad: “Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” Pablo usa a Adán para explicar a los Romanos la doctrina de la herencia del pecado y usa la historia de Sara e Isaac, el hijo de la promesa, para ilustrar el principio de que los cristianos son los hijos de la promesa de la gracia divina de Dios a través de Cristo. En los capítulos 9—11, Pablo resume la historia de la nación de Israel y declara que Dios no ha rechazado completa y definitivamente a Israel (Romanos 11:11-12), pero sí ha permitido que ellos “tropiecen” solo hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles para salvación.

Aplicación Práctica: La carta de Romanos deja en claro que no hay nada que podamos hacer para salvarnos a nosotros mismos. Cada “buena” obra que hayamos hecho alguna vez, es como un trapo inmundo ante Dios. Así que tenemos sobre nosotros la sentencia de muerte por nuestras transgresiones y pecados, de la que solo la gracia y misericordia de Dios puede salvarnos. Dios expresó esa gracia y misericordia al enviar a Su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar. Cuando entregamos nuestras vidas a Cristo, ya no somos controlados por nuestra naturaleza de pecado, sino que somos controlados por el Espíritu. Si confesamos que Jesús es el Señor, y creemos que Él fue levantado de los muertos, somos salvados, nacidos de nuevo. Necesitamos vivir nuestras vidas como una ofrenda a Dios, como un sacrificio vivo para Él. La adoración del Dios que nos salvó, debe ser nuestro más alto deseo. Tal vez la mejor aplicación de Romanos sería aplicar Romanos 1:16 y no avergonzarnos del evangelio. En vez de ello, ¡seamos todos fieles en proclamarlo!

Carta de 1 Corintios

Autor: 1 Corintios 1:1 identifica al autor de la carta de 1 Corintios, como el apóstol Pablo.

Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Corintios fue escrito aproximadamente en el año 55 d.C.

Propósito de la Escritura: El apóstol Pablo fundó la iglesia en Corinto. Pocos años después de dejar la iglesia, el apóstol Pablo oyó algunos reportes inquietantes acerca de la iglesia corintia. Estaban llenos de orgullo y estaban tolerando la inmoralidad sexual. Los dones espirituales eran usados incorrectamente, y había un creciente malentendido de las doctrinas cristianas básicas. El apóstol Pablo escribió su primera carta a los Corintios en un intento por restaurar a la iglesia corintia a su fundamento – Jesucristo.

Versos Clave: 1 Corintios 3:3: “Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”

1 Corintios 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”

1 Corintios 12:7: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”

1 Corintios 13:4-7: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”

1 Corintios 15:3-4: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”

Breve Resumen: La iglesia corintia estaba llena de divisiones. Los creyentes en Corinto estaba divididos en grupos leales a ciertos líderes espirituales (1 Corintios 1:12; 3:1-6). Pablo exhortó a los creyentes corintios a tener unidad por devoción a Cristo (1 Corintios 3:21-23). Muchos en la iglesia estaban esencialmente aprobando una relación inmoral (1 Corintios 5:1-2). Pablo les ordenó expulsar a ese perverso de la iglesia (1 Corintios 5:13). Los creyentes corintios estaban llevándose unos a otros ante la corte (1 Corintios 6:1-2). Pablo enseñó a los corintios que sería mejor aceptar sufrir el agravio que dañar su testimonio cristiano (1 Corintios 6:3-8).

Pablo le dio instrucciones a la iglesia de Corinto sobre el matrimonio y el celibato (capítulo 7), la comida sacrificada a los ídolos (capítulos 8 y 10), la libertad cristiana (capítulo 9), el velo sobre la cabeza de las mujeres (1 Corintios 11:1-16), la Cena del Señor (1 Corintios 11: 17-34), los dones espirituales (capítulos 12-14), y la resurrección (capítulo 15). Pablo organizó el libro de 1 Corintios respondiendo a preguntas que los creyentes corintios le habían planteado, y respondiendo ante la conducta impropia y las creencias erróneas que ellos habían aceptado.

Conexiones: En el capítulo 10 del libro de 1 Corintios, Pablo utiliza la historia de los israelitas en el desierto, para ilustrar a los creyentes de Corinto la locura del abuso de la libertad y el peligro del exceso de confianza. Pablo les había advertido a los corintios acerca de su falta de autodisciplina (1 Corintios 9:24-27). Él prosigue describiendo a los israelitas quienes, a pesar de ver los milagros y el cuidado de Dios por ellos –la división del Mar Rojo, la milagrosa provisión del maná del cielo y el agua de una roca – ellos malentendieron su libertad, se rebelaron contra Dios, y cayeron en la inmoralidad y la idolatría. Pablo exhorta a la iglesia corintia a considerar el ejemplo de los israelitas y evitar la lujuria y la inmoralidad sexual (vv.6-8) y a poner a Cristo a prueba y quejarse (vv.9-10).Ver Números 11:4, 34, 25:1-9; Éxodo 16:2, 17:2, 7.

Aplicación Práctica: Muchos de los problemas y preguntas con las que estaba luchando la iglesia en Corinto, aún están presentes en la iglesia de hoy. Las iglesias en la actualidad aún batallan con divisiones, con inmoralidad, y con el uso de los dones espirituales. El libro de 1 Corintios pudo muy bien haber sido escrito a la iglesia de hoy, y haríamos bien en atender a las advertencias de Pablo y aplicarlas en nosotros mismos. A pesar de todas las reprensiones y correcciones, 1 Corintios trae nuestra atención de regreso a donde debe estar – en Cristo. El amor genuinamente cristiano es la respuesta a muchos problemas (capítulo 13). Un entendimiento apropiado de la resurrección de Cristo, como se revela en el capítulo 15, y por lo tanto una comprensión apropiada de nuestra propia resurrección, es la cura para lo que nos divida y amenace.

Carta de 2 Corintios

Autor: 2 Corintios 1:1 identifica al autor de la carta de 2 Corintios como el apóstol Pablo, posiblemente junto con Timoteo.

Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Corintios muy probablemente fue escrito entre el 55-57 d.C.

Propósito de la Escritura: La iglesia de Corinto se inició en el año 52 d.C., cuando Pablo los visitó en su segundo viaje misionero. Fue entonces cuando él permaneció ahí por un año y medio, la primera vez que se le permitió quedarse en un lugar tanto como él lo deseara. Un registro de esta visita y el establecimiento de la iglesia, se encuentra en Hechos 18:1-18.

En su segunda carta a los corintios, Pablo expresa su alivio y gozo de que los corintios hubieran recibido su “severa” carta (ahora perdida) de manera positiva. Esa carta se refería a asuntos que estaban dividiendo a la iglesia; primeramente la llegada de los auto-nombrados (falsos) apóstoles (2 Corintios 11:13), quienes estaban insultando el carácter de Pablo, sembrando discordia entre los creyentes, y enseñando falsa doctrina. Ellos parecían estar cuestionando su veracidad (2 Corintios 1:15-17), su habilidad para hablar (2 Corintios 10:10; 11:6), y su indisposición para aceptar la ayuda económica de la iglesia en Corinto (2 Corintios 11:7-9; 12:13). También había algunas personas que no se habían arrepentido de su comportamiento licencioso (2 Corintios 12:20-21).

Pablo estaba muy contento de saber por Tito, que la mayoría de los corintios se habían arrepentido de su rebelión contra Pablo (2 Corintios 2:12-13; 7:5-9). El apóstol los anima por esto expresándoles su genuino amor por ellos (2 Corintios 7:3-16). Pablo también buscó reivindicar su apostolado, porque algunos en la iglesia probablemente habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).

Positivamente, Pablo supo que los corintios habían recibido bien su “severa” carta. El apóstol los anima por esto en una expresión de su genuino amor por ellos (2 Corintios 7:3-16). Pablo también buscó reivindicar su apostolado, porque algunos en la iglesia probablemente habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).

Versos Clave: 2 Corintios 3:5, “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.”

2 Corintios 3:18, “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”

2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

2 Corintios 5:21, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

2 Corintios 10:5, “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”

2 Corintios 13:4, “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.”

Breve Resumen: Después de saludar a los creyentes en la iglesia de Corinto y explicarles por qué no los había visitado como originalmente lo había planeado (vv.1:3-2:2), Pablo explica la naturaleza de su ministerio. El triunfo a través de Cristo y la sinceridad a los ojos de Dios, eran los distintivos de su ministerio a las iglesias (2:14-17). Él compara el glorioso ministerio de la justificación de Cristo con el “ministerio de condenación” el cual es la Ley. (v. 3:9), y declara su fe en la validez de su ministerio a pesar de la intensa persecución (4:8-18). El capítulo 5 bosqueja las bases de la fe cristiana – la nueva naturaleza (v.17) y el intercambio de nuestro pecado por la justificación de Cristo (v.21).

En los capítulos 6 y 7 encontramos a Pablo defendiéndose a sí mismo y a su ministerio, asegurándoles nuevamente a los corintios su sincero amor por ellos y exhortándoles a arrepentirse y a vivir santamente. En los capítulos 8 y 9, Pablo exhorta a los creyentes en Corinto a seguir el ejemplo de los hermanos en Macedonia y extender su generosidad a los santos en necesidad. Él les enseña los principios y recompensas del ofrendar con un corazón alegre.

Pablo termina su carta reiterando su autoridad entre ellos (capítulo 10) y su preocupación por su fidelidad a él ante la feroz oposición de los falsos apóstoles. Él se llama “necio” a sí mismo por haber tenido que gloriarse de mala gana de sus credenciales y su sufrimiento por Cristo (capítulo 11). Termina su epístola describiendo la visión celestial que se le permitió experimentar, y el “aguijón en la carne” que le fue dado por Dios para asegurar su humildad (capítulo 12). El último capítulo contiene su exhortación a los corintios a examinarse ellos mismos para ver si su profesión es real, y termina con una bendición de amor y paz.

Conexiones: A través de sus epístolas, Pablo se refiere con frecuencia a la Ley Mosaica, comparándola con la supereminente grandeza del Evangelio de Jesucristo y la salvación por la gracia. En 2 Corintios 3:4-11, Pablo contrasta la ley del Antiguo Testamento con el nuevo pacto de gracia, refiriéndose a la ley como la que “mata” mientras que el Espíritu da vida. La ley es “el ministerio de muerte grabado con letras en piedra” (v.7; Éxodo 24:12) porque conlleva solo el conocimiento del pecado y su condenación. La gloria de la ley es que refleja la gloria de Dios, pero el ministerio del Espíritu es mucho más glorioso que el ministerio de la ley, porque refleja Su misericordia, gracia y amor, al proporcionar a Cristo como el cumplimiento de la ley.

Aplicación Práctica: Esta carta es la más Biográfica y menos doctrinal de las epístolas de Pablo. Nos dice más acerca de Pablo como persona y como ministro, que cualquiera de las otras. Dicho esto, hay unas pocas cosas que podemos tomar de esta carta y aplicarlas a nuestras vidas en la actualidad. La primer cosa es la mayordomía, no solo de dinero, sino también del tiempo. Los macedonios no solo dieron generosamente, “sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.” (2 Corintios 8:5). De la misma manera, nosotros debemos dedicar no solo todo lo que tenemos al Señor, sino todo lo que somos. En realidad, Él no necesita nuestro dinero. ¡Él es omnipotente! Él quiere el corazón, uno que anhele servir y complacer y amar. La mayordomía y el ofrendar a Dios es más que solo dinero. Sí, Dios quiere que diezmemos parte de nuestros ingresos, y Él promete bendecirnos cuando le damos a Él. Pero es más que eso. Dios quiere el 100%. Él quiere que nos demos por completo a Él. Todo lo que somos. Debemos pasar nuestra vida viviendo para servir a nuestro Padre. Debemos no solo darle a Dios algo de nuestro salario, sino que nuestras mismas vidas deben ser un reflejo de Él. Debemos darnos a nosotros mismos primeramente al Señor, y luego a la iglesia y a la obra del ministerio de Jesucristo.

Carta de Gálatas

Autor: Gálatas 1:1 claramente identifica al apóstol Pablo como el escritor de esta epístola a los Gálatas.

Fecha de su Escritura: Dependiendo desde dónde fue enviado el libro de Gálatas y durante cuál viaje misionero de Pablo inició las iglesias en el área, el libro de Gálatas fue escrito en algún momento entre el año 48 y el 55 d.C.

Propósito de la Escritura: Las iglesias en Galacia estaban formadas en parte por judíos convertidos y en parte por gentiles convertidos, como era generalmente el caso. Pablo afirma su carácter apostólico y las doctrinas que él enseña, para confirmar a las iglesias de Galacia en la fe de Cristo, especialmente con respecto al importante punto de la justificación solo por fe. Aunque el tema es esencialmente el mismo que el discutido en la epístola a los Romanos, esto es, la justificación por fe únicamente; en esta epístola, sin embargo, la atención está particularmente dirigida al punto de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley de Moisés.

Gálatas no fue escrita como un ensayo de historia contemporánea. Era una protesta contra la corrupción del evangelio de Cristo. La verdad esencial de la justificación por fe en vez de por las obras de la ley, había sido oscurecida por la insistencia de los judaizantes de que los creyentes en Cristo debían guardar la ley si esperaban ser perfectos delante de Dios. Cuando Pablo supo que esta enseñanza había comenzado a penetrar en las iglesias gálatas y que los había alejado de su herencia de libertad, escribió la apasionada protesta contenida en esta epístola.

Versos Clave: Gálatas 2:16, “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”

Gálatas 2:20, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Gálatas 3:11, “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá.”

Gálatas 4:5-6, “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”

Gálatas 5:22-23, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

Gálatas 6:7, “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

Breve Resumen: El resultado de la justificación por gracia a través de la fe es la libertad espiritual. Pablo hace un llamado a los gálatas a permanecer firmes en su libertad, y no estar nuevamente “sujetos al yugo de esclavitud (esto es, la ley mosaica)” La libertad cristiana no es una excusa para gratificar la propia naturaleza carnal; más bien, es una oportunidad para amarnos unos a otros (Gálatas 5:13; 7:7-10). Tal libertad no nos excluye de las luchas de la vida. De hecho, puede intensificar la batalla entre la carne y el Espíritu. Sin embargo, la carne (la naturaleza carnal) ya ha sido crucificada con Cristo (Gálatas 2:20); y como consecuencia, el Espíritu producirá su fruto, cosas tales como el amor, el gozo y la paz en la vida del creyente (Gálatas 5:22-23).

La carta a los Gálatas fue escrita en un espíritu de inspirada agitación. Para Pablo, el asunto no era si la persona era circuncidada, sino si se había convertido en “una nueva creación” (Gálatas 6:15). Si Pablo no hubiera tenido éxito en su argumento sobre la justificación por fe solamente, el cristianismo hubiera permanecido como una secta dentro del judaísmo, en vez de convertirse en la forma universal de salvación. Por lo tanto, Gálatas no es solo la epístola de Lutero; es la epístola de cada creyente que confiesa con Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20).

Los libros de Santiago y Gálatas, ilustran dos aspectos del cristianismo, que desde el principio mismo parecen haber estado en conflicto, aunque en realidad ambos son suplementarios. Santiago insiste en la ética de Cristo, una demanda de que la fe prueba su existencia por sus frutos. Sin embargo Santiago, no menos que Pablo, enfatiza la necesidad de la transformación del individuo por la gracia de Dios (Santiago 1:18). Gálatas hace hincapié en la dinámica del Evangelio que produce la ética (Gálatas 3:13-14). Pablo no estaba menos preocupado que Santiago acerca de la vida ética (Gálatas 5:13). Como los dos lados de la moneda, estos dos aspectos de la verdad cristiana, deben siempre ir acompañados uno del otro.

Conexiones: A través de la epístola de Pablo a los Gálatas, la gracia salvadora – el don de Dios—está yuxtapuesto contra la ley de Moisés, la cual no salva. Los judaizantes, aquellos que regresarían a la ley mosaica como su fuente de justificación, eran prominentes en la iglesia primitiva, y aún temporalmente arrastraban a cristianos tan destacados como Pedro dentro de su red de engaño (Gálatas 2:11-13). Los primeros cristianos estaban tan apegados a la ley, que Pablo tenía que reiterarles continuamente que la verdad de la salvación por gracia no tenía nada que ver con la observancia de la ley. Los temas del Antiguo Testamento conectados con Gálatas, se centran alrededor de la ley vs. la gracia: la inhabilidad de la ley para justificar (2:16); la muerte del creyente a la ley (2:19); la justificación de Abraham por la fe (3:6); la ley no trae la salvación, sino la ira de Dios (3:10); el amor, y no las obras, es el cumplimiento de la ley (5:14).

Aplicación Práctica: Uno de los temas principales del libro de Gálatas, se encuentra en 3:11: “El justo por la fe vivirá.” No solo somos salvados por la fe (Juan 3:16; Efesios 2:8-9), sino que la vida del creyente en Cristo –día a día, momento a momento—es vivida por y a través de la fe. No que la fe sea algo que conjuremos sobre nosotros –sino que es un don de Dios, no de las obras– pero es nuestra responsabilidad y gozo (1) exhibir nuestra fe para que otros vean la obra de Cristo en nosotros, e (2) incrementar nuestra fe, por medio de la aplicación de las disciplinas espirituales (el estudio de la Biblia, la oración, y la obediencia).

Jesús dijo que seríamos conocidos por el fruto en nuestras vidas (Mateo 7:16), lo cual da evidencia de la fe dentro de nosotros. Todos los cristianos debemos ser diligentes en luchar por construir sobre la fe salvadora dentro de nosotros, para que nuestras vidas reflejen a Cristo y otros lo vean a Él en nosotros y “glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16).

Carta de Efesios

Autor: Efesios 1:1 identifica al autor de la carta de Efesios como el apóstol Pablo.

Fecha de su Escritura: La carta de Efesios fue escrita muy probablemente entre el 60—63 d.C.

Propósito de la Escritura: Pablo deseaba que todos los que anhelaban una madurez a semejanza de Cristo recibieran este escrito. El libro de Efesios describe la disciplina necesaria para convertirse en verdaderos hijos de Dios. Por otra parte, un estudio de Efesios ayudará a fortalecer y establecer al creyente, para poder cumplir con el propósito y llamado que Dios tenga para él. El objetivo de esta epístola es confirmar y equipar a una iglesia madura. Aquí se presenta una perspectiva balanceada del cuerpo de Cristo y su importancia en la economía de Dios.

Versos Clave: Efesios 1:3, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”

Efesios 2:8-10, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

Efesios 4:4-6, “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”

Efesios 5:21, “Someteos unos a otros en el temor de Dios.”

Efesios 6:10-11, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”

Breve Resumen: La doctrina ocupa una gran parte del libro de Efesios. La mitad de la enseñanza en esta epístola describe nuestra posición en Cristo, y el recordatorio de ello afecta nuestra condición. Con mucha frecuencia aquellos que enseñan de este libro, pasan por alto toda la instrucción fundamental y van directamente al capítulo final. Este es el capítulo que enfatiza la guerra o la lucha de los santos. Sin embargo, para beneficiarse totalmente del contenido de esta epístola, uno debe comenzar por la enseñanza inicial de Pablo en esta carta.

Primero, como seguidores de Cristo, debemos entender plenamente quienes declara Dios que somos. También debemos estar cimentados en el conocimiento de lo que Dios ha realizado por toda la humanidad. En seguida, debemos ejercitar y fortalecer nuestra existencia y caminar actual. Esto debe continuar hasta que ya no seamos fluctuantes y nos dejemos llevar de aquí para allá por cualquier viento de doctrina y por sutilezas de hombres.

La escritura de Pablo se divide en tres segmentos principales (1) En los capítulos del uno al tres, introduce los principios con respecto a lo que Dios ha hecho. (2) En los capítulos cuatro y cinco, expone cuatro principios respecto a nuestra presente existencia. (3) El capítulo seis presenta los principios concernientes a nuestra lucha diaria.

Conexiones: El enlace principal de Efesios con el Antiguo Testamento, está en el sorprendente (para los judíos) concepto de la iglesia como el cuerpo de Cristo (Efesios 5:32). Este asombroso misterio (una verdad no antes revelada) de la iglesia, es que “los gentiles son herederos juntamente con Israel; todos unidos como miembros de un cuerpo, y que conjuntamente comparten la promesa de Jesucristo” (Efesios 3:6). Este era un misterio totalmente escondido de los santos del Antiguo Testamento (Efesios 3:5, 9). Los israelitas que eran verdaderos seguidores de Dios, siempre creyeron que solo ellos eran el pueblo elegido de Dios (Deuteronomio 7:6). El aceptar a los gentiles en un estatus igual en este nuevo paradigma, fue extremadamente difícil y causó muchas disputas entre los creyentes judíos y gentiles convertidos. Pablo también habla del misterio de la iglesia como la “novia de Cristo,” un concepto nunca antes escuchado en el Antiguo Testamento.

Aplicación Práctica: Tal vez más que en ningún otro libro de la Biblia, el libro de Efesios enfatiza la conexión entre la sana doctrina y la práctica correcta en la vida cristiana. Hay demasiada gente que ignora la “teología” y en vez de conocerla, solo quiere discutir cosas que sean “prácticas.” En Efesios, Pablo argumenta que la teología es práctica. A fin de vivir en la práctica la voluntad de Dios para nuestras vidas, debemos entender primeramente quienes somos doctrinalmente en Cristo.

Carta de Filipenses

Autor: Filipenses 1:1 identifica al autor de la carta de Filipenses como el apóstol Pablo, probablemente con la ayuda de Timoteo.

Fecha de su Escritura: La carta de Filipenses fue escrita aproximadamente en el 61 d.C.

Propósito de la Escritura: La epístola a los Filipenses, una de las epístolas de las prisiones de Pablo, y fue escrita en Roma. Fue en Filipos, donde el apóstol estuvo de visita en su segundo viaje misionero (Hechos 16:12), que Lidia y el carcelero de Filipos con su familia, fueron convertidos a Cristo. Ahora, algunos años después, la iglesia estaba bien establecida, como puede inferirse por sus destinatarios, los cuales incluyen a “obispos (ancianos) y diáconos” (Filipenses 1:1).

El motivo de la epístola fue agradecer una ofrenda de dinero procedente de la iglesia en Filipos, llevada al apóstol por Epafrodito, uno de sus miembros (Filipenses 4:10-18). Esta es una tierna carta dirigida a un grupo de cristianos, quienes eran especialmente cercanos al corazón de Pablo (2 Corintios 8:1-6), y comparativamente, poco es lo que dice acerca del error doctrinal.

Versos Clave: Filipenses 1:21, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.”

Filipenses 3:7, “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.”

Filipenses 4:4, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”

Filipenses 4:6-7, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Filipenses 4:13, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”

Breve Resumen: Filipenses puede ser llamado “Bienes a través del Sufrimiento.” El libro es acerca de Cristo en nuestra vida, Cristo en nuestra mente, Cristo como nuestra meta, Cristo como nuestra fortaleza y gozo a través del sufrimiento. Fue escrito durante el encarcelamiento de Pablo en Roma, cerca de treinta años después de la ascensión de Cristo y aproximadamente diez años después de la primera predicación de Pablo en Filipos.

Pablo era prisionero de Nerón, sin embargo la Epístola abunda en exclamaciones de triunfo. Las palabras “gozo” y “regocijo” aparecen con frecuencia (Filipenses 1:4, 18, 25, 26; 2:2, 28; Filipenses 3:1; 4:1, 4, 10). La correcta experiencia cristiana es el experimentar, independientemente de nuestras circunstancias, la vida, naturaleza, y mente de Cristo viviendo en nosotros (Filipenses 1:6, 11; 2:5, 13). Filipenses alcanza su cúspide en 2:5-11 con la gloriosa y profunda declaración concerniente a la humillación y exaltación de nuestro Señor Jesucristo.

Filipenses puede ser dividido como sigue:
Introducción, 1:1-7
I. Cristo la Vida Cristiana: Regocijarse a Pesar del Sufrimiento, 1:8-30
II. Cristo el Modelo Cristiano: Regocijarse en Servir con Humildad, 2:1-30
III. Cristo el Objeto de la Fe, el Deseo, y la Expectación Cristiana, 3:1-21
IV. Cristo la Fortaleza del Cristiano: Regocijarse enmedio de la Angustia, 4:1-9
Conclusión, 4:10-23

Conexiones: Al igual que en muchas de sus cartas, Pablo advierte a los nuevos creyentes en la iglesia de Filipos, a estar alertas ante la tendencia hacia el legalismo, la cual continuamente se cultivaba en las iglesias primitivas. Los judíos estaban tan atados a la ley del Antiguo Testamento, que había un constante esfuerzo por parte de los judaizantes, para regresar a la enseñanza de la salvación por obras. Pero Pablo reitera que la salvación es solo por la fe en Cristo solamente, y califica a los judaizantes como “perros” y “malos obreros.” En particular, los legalistas insistían en que los nuevos creyentes en Cristo debían continuar siendo circuncidados de acuerdo a los requerimientos del Antiguo Pacto (Génesis 17:10-12; Levítico 12:3). De esta manera, ellos intentaban complacer a Dios por sus propios esfuerzos y elevarse ellos mismos sobre los gentiles cristianos, quienes no participaban en el ritual. Pablo explicó que aquellos que ya habían sido lavados por la sangre del Cordero, ya no tenían que someterse a rituales que simbolizaban la necesidad de un corazón limpio.

Aplicación Práctica: Filipenses es una de las cartas más personales de Pablo, y como tal, tiene muchas implicaciones personales para los creyentes. Escrita durante su encarcelamiento en Roma, Pablo exhorta a los filipenses a seguir su ejemplo y a “tener ánimo para hablar la palabra de Dios sin temor.” (Filipenses 1:14) durante los tiempos de persecución. Todos los cristianos han experimentado en uno u otro momento, la animosidad de los incrédulos en contra del evangelio de Cristo. Esto es de esperarse. Jesús dijo que si el mundo lo odiaba a Él, también odiaría a sus seguidores (Juan 5:18). Pablo nos exhorta a perseverar ante la persecución, a estar “firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio.” (Filipenses 1:27).

Otra aplicación de Filipenses, es la necesidad de los cristianos de estar unidos en humildad. Estamos unidos con Cristo, y necesitamos luchar para mantenernos unidos unos con otros de la misma manera. Pablo nos recuerda que debemos ser de “del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito” y dejando a un lado la vanagloria y el egoísmo, “que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.” (Filipenses 2:2-4). Habría mucho menos conflictos en las iglesias de hoy, si todos adoptáramos el consejo de Pablo.

Otra aplicación de Filipenses, es el del gozo y el regocijo que se encuentra a través de su carta. Él se regocija de que Cristo estuviera siendo proclamado (Filipenses 1:18); se regocija en su persecución (2:17); exhorta a otros a regocijarse en el Señor (3:1); y se refiere a sus hermanos filipenses como su “gozo y corona” (4:1). Él sintetiza esta exhortación a los creyentes diciéndoles: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!” (4:4-7). Como creyentes, podemos regocijarnos y experimentar la paz de Dios, llevando todas nuestras preocupaciones ante Él, si es que “mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.” (4:6). El gozo de Pablo, a pesar de las persecuciones y encarcelamientos, brilla a través de toda esta epístola, y a nosotros se nos promete el mismo gozo que él experimentó cuando centramos nuestros pensamientos en el Señor (Filipenses 4:8).

Carta de Colosenses

Autor: El apóstol Pablo fue el principal escritor de la carta de Colosenses (Colosenses 1:13). También se le da algún crédito a Timoteo (Colosenses 1:1).

Fecha de su Escritura: La carta de Colosenses fue escrita probablemente entre el 58-62 d.C.

Propósito de la Escritura: El libro de Colosenses es un mini curso de ética, dirigido a cada una de las áreas de la vida cristiana. Pablo va desde la vida individual a la vida en el hogar y la familia, desde el trabajo, hasta la manera en que debemos tratar a otros. El tema de este libro es la suficiencia de nuestro Señor, Jesucristo, para suplir nuestras necesidades en cada área.

Versos Clave: Colosenses 1:15-16, “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”

Colosenses 2:8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”

Colosenses 3:12-13, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”

Colosenses 4:5-6, “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”

Breve Resumen: Colosenses fue escrito expresamente para anular la herejía que había surgido en Colosas, la cual ponía en peligro la existencia de la iglesia. Mientras que no sabemos que le fue dicho a Pablo, esta carta es su respuesta.

Podemos resumir, basados en la respuesta de Pablo, que él estaba lidiando con una percepción equivocada de Cristo (Su real y verdadera naturaleza humana y la falta de aceptación de Su completa deidad.) Pablo parece también disputar respecto el énfasis “judío” sobre la circuncisión y las tradiciones (Colosenses 2:8-11; 3:11). Aparentemente la herejía provenía del gnosticismo-judaico o de una mezcla entre el ascetismo judío y la filosofía griega (¿Estoicos?). Él logra un increíble trabajo en señalarnos la suficiencia de Cristo.

El libro de Colosenses contiene instrucción doctrinal acerca de la deidad de Cristo y las falsas filosofías (1:15—2:23), así como exhortaciones prácticas respecto a la conducta cristiana, incluyendo las amistades y el hablar (3:1—4:18).

Conexiones: Como con todas las iglesias primitivas, el problema del legalismo judío en Colosas fue de gran preocupación para Pablo. Tan radical era el concepto de la salvación por gracia, aparte de las obras, que para aquellos sumergidos en la ley del Antiguo Testamento, les resultaba muy difícil de entenderla. Por consecuencia, había un continuo movimiento entre los legalistas, para añadir ciertos requerimientos de la ley a esta nueva fe. Primeramente entre ellos estaba el requisito de la circuncisión, el cual aún se practicaba entre algunos de los judíos convertidos. Pablo contradijo este error en Colosenses 2:11-15, en donde declara que la circuncisión de la carne ya no era necesaria, porque Cristo había venido. La suya era la circuncisión del corazón, no de la carne, haciendo ya innecesarios los ritos ceremoniales del Antiguo Testamento (Deuteronomio 10:16, 30:6; Jeremías 4:4, 9:26; Hechos 7:51; Romanos 2:29).

Aplicación Práctica: Aunque Pablo abarca muchas áreas, la aplicación básica para nosotros en la actualidad, es la total y completa suficiencia de Cristo en nuestras vidas, tanto para nuestra salvación como para nuestra santificación. Debemos saber y entender el evangelio, a fin de no ser desviados por sutiles formas de legalismo y herejía. Debemos estar en guardia para cualquier desviación que minimice la grandeza de Cristo como Señor y Salvador. Cualquier “religión” que trate de equipararse a sí misma con la verdad, usando libros que afirman estar en igual autoridad que la Biblia, o quienes combinan el esfuerzo humano con el logro divino en la salvación, deben ser evitadas. Otras religiones no pueden ser combinadas con o añadidas al cristianismo. Cristo nos da las normas absolutas de la conducta moral. El cristianismo es una familia, una forma de vida, y una relación –no una religión. Las obras de Dios, la astrología, el ocultismo y los horóscopos, no nos muestran los caminos de Dios. Solo Cristo lo hace. Su voluntad está revelada en Su Palabra, es Su carta de amor para nosotros; ¡debemos llegar a conocerla!

Carta de 1 Tesalonicenses

Autor: 1 Tesalonicenses 1:1 indica que la carta de 1 Tesalonicenses fue escrita por el apóstol Pablo, probablemente junto con Silas y Timoteo.

Fecha de su Escritura: La carta de 1 Tesalonicenses fue escrito aproximadamente en el año 50 d.C.

Propósito de la Escritura: En la iglesia de Tesalónica había algunos malentendidos acerca del regreso de Cristo. Pablo deseaba aclarárselos en su carta. También la escribe como una instrucción sobre la vida santa.

Versos Clave: 1 Tesalonicenses 3:5, “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.”

1 Tesalonicenses 3:7, “ Por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe.”

1 Tesalonicenses 4:14-17, “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”

1 Tesalonicenses 5:16-18, “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”

Breve Resumen: Los primeros tres capítulos son acerca de Pablo anhelando visitar la iglesia en Tesalónica, pero sin haberlo logrado porque Satanás se los impidió (1 Tesalonicenses 2:18), y la manera en que Pablo cuidaba de ellos y se animaba al escuchar como habían estado. Luego Pablo ora por ellos (1 Tesalonicenses 3:11-13). En el capítulo 4, Pablo instruye a los creyentes en Tesalónica sobre cómo vivir una vida santa en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 4:1-12). Pablo prosigue instruyéndolos sobre un malentendido que ellos tenían. Les dice que la gente que había muerto en Cristo Jesús, también irá al cielo cuando Él regrese (1 Tesalonicenses 4:13-18, 5:1-11). El libro termina con instrucciones finales de vivir la vida cristiana.

Conexiones: Pablo les recuerda a los tesalonicenses que la persecución que estaban sufriendo de sus “propios conciudadanos” (v. 2:15 14), los judíos que rechazaron a su Mesías, es la misma que sufrieron los profetas del Antiguo Testamento (Jeremías 2:30; Mateo 23:31). Jesús advirtió que los verdaderos profetas de Dios siempre tendrían la oposición de los impíos (Lucas 11:49). En Colosenses, Pablo les recuerda esa verdad.

Aplicación Práctica: El libro puede ser aplicado a muchas situaciones de la vida. Nos brinda la confianza de que como cristianos, estemos muertos o vivos, cuando Cristo regrese estaremos juntos con Él (1 Tesalonicenses 4:13-18). Nos asegura que como cristianos no recibiremos la ira de Dios (1 Tesalonicenses 5:8-9). Nos instruye sobre cómo caminar diariamente en la vida cristiana. (1 Tesalonicenses 4—5).



Carta de 2 Tesalonicenses

Autor: 2 Tesalonicenses 1:1 indica que la carta de 2 Tesalonicenses fue escrita por el apóstol Pablo, probablemente junto con Silas y Timoteo.

Fecha de su Escritura: La carta de 2 Tesalonicenses fue escrita probablemente en el 51-52 d.C.

Propósito de la Escritura: La iglesia de Tesalónica aún tenía algunos malentendidos acerca del Día del Señor. Ellos pensaban que ya había acontecido, así que dejaron de trabajar. Ellos estaban siendo gravemente perseguidos. Pablo escribió para aclarar los malentendidos y para consolarlos.

Versos Clave: 2 Tesalonicenses 1:6-7, “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder.”

2 Tesalonicenses 2:13, “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.”

2 Tesalonicenses 3:3, “Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.”

2 Tesalonicenses 3:10, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”

Breve Resumen: Pablo saluda a la iglesia en Tesalónica y los anima y exhorta. Los alaba por lo que ha oído que están haciendo en el Señor, y ora por ellos (2 Tesalonicenses 1:11-12). En el capítulo 2, Pablo explica lo que sucederá en el Día del Señor (2 Tesalonicenses 2:1-12). Luego los anima a permanecer firmes y apartarse de los hermanos que no vivan de acuerdo al evangelio (2 Tesalonicenses 3:6).

Conexiones: Pablo se refiere a varios pasajes del Antiguo Testamento en su discurso sobre el fin de los tiempos, con lo cual confirma y concilia a los profetas del Antiguo Testamento. Mucha de su enseñanza sobre el final de los tiempos en esta carta, está basada en el profeta Daniel y sus visiones. En 2 Tesalonicenses 2:3-9, él se refiere a la profecía de Daniel con respecto al “hombre de pecado” (Daniel 7-8).

Aplicación Práctica: El libro de 2 Tesalonicenses está lleno con información que explica el final de los tiempo. También nos exhorta a no estar ociosos y a trabajar por lo que tenemos. Hay también algunas grandes oraciones en este libro que pueden ser un ejemplo para nosotros sobre cómo orar por otros creyentes en la actualidad.

Carta de 1 Timoteo

Autor: La carta de 1 Timoteo fue escrita por el apóstol Pablo (1 Timoteo 1:1)

Fecha de su Escritura: La carta de 1 Timoteo fue escrita entre el 62—66 d.C.

Propósito de la Escritura: Pablo le escribió a Timoteo para animarlo en su responsabilidad de supervisar la obra de la iglesia de Efeso y posiblemente otras iglesias en la provincia de Asia (1 Timoteo 1:3). Esta carta finca los fundamentos para ordenar ancianos (1 Timoteo 3:1-7), y proporciona una guía para la gente común dentro de la administración de la iglesia (1 Timoteo 3:8-13). En esencia. 1 Timoteo es un manual de liderazgo para la organización y administración de la iglesia.

Versos Clave: 1 Timoteo 2:5, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”

1 Timoteo 2:12, “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.”

1 Timoteo 3:1-2, “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar.”

1 Timoteo 4:9-10, “Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.”

1 Timoteo 6:12, “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”

Breve Resumen: Esta es la primera carta que Pablo escribió a Timoteo, un joven pastor quien había sido de gran ayuda para Pablo en su obra. Timoteo era griego. Su madre era judía y su padre griego. Pablo era más que solo un tutor y líder para Timoteo, él era como un padre para él y Timoteo era como un hijo para Pablo (1 Timoteo 1:2). Pablo comienza la carta urgiendo a Timoteo a estar alerta ante los falsos maestros y la falsa doctrina. Sin embargo, buena parte de la carta trata sobre la conducta pastoral. Pablo instruye a Timoteo en la adoración (capítulo 2) y el desarrollo de líderes maduros para la iglesia (capítulo 3). La mayor parte de la carta trata de la conducta pastoral, advertencias sobre los falsos maestros, y la responsabilidad de la iglesia hacia los miembros que pequen, las viudas, ancianos y esclavos. A través de toda la carta, Pablo anima a Timoteo a permanecer firme, a perseverar, y a permanecer fiel a su llamado.

Conexiones: Existe una relación interesante entre el libro de 1 Timoteo y el Antiguo Testamento, y es la cita de Pablo sobre las bases para considerar a los ancianos de la iglesia como dignos de “doble honor” y merecedores de respeto en el caso en que fueran acusados de mala conducta (1 Timoteo 5:17-19). Deuteronomio 24:15 y Levítico 19:13 hablan de la necesidad de pagar al trabajador lo que se ha ganado y de hacerlo puntualmente. Parte de la Ley Mosaica demandaba que dos o tres testigos eran necesarios para levantar una acusación contra un hombre (Deuteronomio 19:15). Los judíos cristianos en las iglesias que Timoteo pastoreaba, debían estar bien conscientes de estas referencias al Antiguo Testamento.

Aplicación Práctica: Jesucristo es presentado por Pablo como el mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5), el Salvador para todos los que creen en Él. Él es Señor de la iglesia y Timoteo le sirve pastoreando Su iglesia. Así, encontramos que ésta es la aplicación principal de la primera carta de Pablo a su “hijo en la fe.” Pablo instruye a Timoteo en asuntos sobre la doctrina de la iglesia, el liderazgo de la iglesia, y la administración de la iglesia. Podemos usar estas mismas instrucciones para gobernar nuestra asamblea local en la actualidad. De la misma manera, el trabajo y ministerio de un pastor, los requerimientos para un anciano, y para un diácono son justamente tan importantes y pertinentes en la actualidad como lo fueron en los días de Timoteo. La primera carta de Pablo a Timoteo, se valora como un libro de enseñanza sobre el liderazgo, la administración, y el pastoreo de la iglesia local. Las instrucciones en esta carta se aplican a cualquier líder o prospecto de líder de la iglesia cristiana, y son igualmente relevantes en la actualidad, como lo fueron en los tiempos de Pablo. Para aquellos que no fueron llamados para asumir el liderazgo en su iglesia, este libro es igualmente práctico. Cada seguidor debe contender por la fe y evitar la falsa enseñanza. Cada seguidor debe permanecer firme y perseverar.

Carta de 2 Timoteo

Autor: 2 Timoteo 1:1 identifica al autor de la carta de 2 Timoteo como el apóstol Pablo.

Fecha de su Escritura: La carta de 2 Timoteo fue escrito aproximadamente en el 67 d.C., poco antes de que el apóstol Pablo fuera condenado a muerte.

Propósito de la Escritura: Encarcelado en Roma una vez más, el apóstol Pablo se sintió solo y abandonado. Pablo reconoció que su vida terrenal probablemente pronto llegaría a su fin. El libro 2 de Timoteo es esencialmente “las últimas palabras” de Pablo. Pablo miró más allá de sus propias circunstancias para manifestar su preocupación por las iglesias y especialmente por Timoteo. Pablo quería utilizar sus últimas palabras para animar a Timoteo, y a todos los demás creyentes, a perseverar en la fe (2 Timoteo 3:14) y a proclamar el evangelio de Jesucristo (2 Timoteo 4:2).

Versos Clave: 2 Timoteo 1:7, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

2 Timoteo 3:16-17, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

2 Timoteo 4:2, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”

2 Timoteo 4:7-8, “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

Breve Resumen: Pablo anima a Timoteo a permanecer apasionado por Cristo y a permanecer firme en la sana doctrina (2 Timoteo 1:1-2, 13-14). Pablo le recuerda a Timoteo evitar prácticas y creencias impías y huir de todo lo inmoral (2 Timoteo 2:14-26). Al final de los tiempos habrá una intensa persecución así como apostasía de la fe cristiana (2 Timoteo 3:1-17). Pablo cierra con una intensa súplica porque los creyentes permanezcan firmes en la fe y terminen la carrera fortalecidos (2 Timoteo 4:1-8).

Conexiones: Tan preocupado estaba Pablo de advertir a Timoteo y a aquellos que él pastoreaba sobre los peligros de los falsos maestros, que evocó la historia de los magos egipcios, quienes se oponían a Moisés (Éxodo 7:11, 22; 8:7, 18, 19, 9:11) Aunque sus nombres no se mencionan en el Antiguo Testamento, la tradición dice que estos hombres promovieron la fabricación del becerro de oro, y fueron muertos con el resto de los idólatras (Éxodo 32). Pablo predice el mismo destino para aquellos que resisten la verdad de Cristo, finalmente su insensatez se hace “manifiesta a todos.” (2 Timoteo 3:9).

Aplicación Práctica: Es fácil desviarse de la vida cristiana. Debemos mantener nuestros ojos en el premio – para ser recompensados en el cielo por Jesucristo (2 Timoteo 4:8). Debemos luchar por evitar tanto la falsa doctrina como las prácticas impías. Esto solo puede ser logrado estando arraigados en nuestro conocimiento de la Palabra de Dios y firmes en nuestra negativa de aceptar cualquier cosa que no sea bíblica.

Carta de Tito

Autor: Tito 1:1 identifica al apóstol Pablo como el autor de la carta de Tito.

Fecha de su Escritura: La epístola de Tito fue escrita aproximadamente en el 66 d.C. Los múltiples viajes de Pablo están bien documentados, y muestran que él escribió Tito desde Nicópolis en Epiro. En algunas Biblias, la anotación sobre la epístola puede mencionar que Pablo escribió desde Nicópolis en Macedonia. Sin embargo, no hay conocimiento de tal lugar, y tales afirmaciones no tienen autoridad por no ser auténticas.

Propósito de la Escritura: La epístola de Tito es conocida como una de las Epístolas Pastorales, semejantes a las dos cartas a Timoteo. Esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo para animar a su hermano en la fe, Tito, a quien había dejado en Creta para dirigir la iglesia que Pablo había establecido en uno de sus viajes misioneros (Tito 1:5). Esta carta aconseja a Tito respecto a las cualidades que debían buscarse en los líderes para la iglesia. También le advierte a Tito sobre la reputación de aquellos que vivían en la isla de Creta (Tito 1:12).

Además de instruir a Tito en lo que debía buscar en un líder de la iglesia, Pablo también lo anima a regresar a Nicópolis para visitarlo. En otra palabras, Pablo continuaba discipulando a Tito y a otros, mientras crecían en la gracia del Señor (Tito 3:13).

Versos Clave: Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.”

Tito 1:16, “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.”

Tito 2:15, “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”

Tito 3:3-6, “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.”

Breve Resumen: Que maravilloso debe haber sido cuando Tito recibió una carta de su tutor, el apóstol Pablo. Pablo era un hombre muy honrado por muchos, y con razón, después de haber establecido varias iglesias en todo el mundo oriental. Esta famosa introducción del apóstol debió haber sido leída por Tito, “A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 1:4).

La isla de Creta, donde Pablo dejó a Tito para dirigir la iglesia, estaba habitada por nativos de la isla y judíos quienes no conocían la verdad de Jesucristo (Tito 1:12-14). Pablo sintió que era su responsabilidad seguir discipulando a Tito para instruirlo y alentarlo en el desarrollo de líderes dentro de la iglesia en Creta. Mientras que el apóstol dirigía a Tito en su búsqueda de líderes, Pablo también sugirió la manera en que Tito debía instruir a los líderes, a fin de que pudieran crecer en su fe en Cristo. Sus instrucciones incluían aquellas destinadas tanto para hombres como para mujeres de todas las edades (Tito 2:1-8).

Para ayudar a que Tito permaneciera en su fe en Cristo, Pablo le sugirió venir a Nicópolis y traer con él a otros dos miembros de la iglesia (Tito 3:12-13).

Conexiones: Una vez más, Pablo encuentra necesario instruir a los líderes de la iglesia para que estuvieran alertas en contra de los judaizantes, aquellos que buscaban añadir las obras al regalo de gracia que produce la salvación. Él le advierte en contra de aquellos que eran engañadores rebeldes, especialmente aquellos que continuaban asegurando que aún era necesaria la circuncisión y la adherencia a los rituales y ceremonias de la Ley Mosaica (Tito 1:10-11). Este es un tema recurrente a través de las epístolas de Pablo y en el libro de Tito, él va más allá hasta decir que era preciso taparles la boca.

Aplicación Práctica: El apóstol Pablo merece nuestra atención mientras buscamos en la Biblia la enseñanza de cómo vivir una vida agradando a nuestro Señor. Podemos aprender lo que debemos evitar así como a quién debemos luchar por imitar. Pablo sugiere que busquemos ser puros, mientras evitamos las cosas que corromperán nuestra mente y conciencia. Y posteriormente Pablo hace una declaración que nunca debe ser olvidada: “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” (Tito 1:16). Como cristianos, debemos examinarnos a nosotros mismos para estar seguros de que nuestras vidas estén de acuerdo con nuestra profesión de fe en Cristo (2 Corintios 13:5).

Junto con esta advertencia, Pablo también nos dice cómo evitar negar a Dios: “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 3:5-6). Al buscar diariamente renovar nuestra mente por el Espíritu Santo, podemos desarrollarnos como cristianos que honran a Dios por la forma en que vivimos.

Carta de Filemón

Autor: El autor de la carta de Filemón fue el apóstol Pablo (Filemón 1:1).

Fecha de su Escritura: la carta de Filemón fue escrita aproximadamente en el año 60 d.C.

Propósito de la Escritura: La carta a Filemón es el más corto de todos los escritos de Pablo y trata sobre la práctica de la esclavitud. La carta sugiere que Pablo estaba en prisión al momento de escribirla. Filemón, quien hospedaba a una iglesia en su casa, era dueño de un esclavo. Durante el tiempo del ministerio de Pablo en Efeso, Filemón probablemente había viajado a la ciudad, y habiendo escuchado predicar a Pablo, se hizo cristiano. El esclavo Onésimo robó a su amo Filemón, y huyó, dirigiéndose a Roma y a Pablo. Onésimo era aún propiedad de Filemón, y Pablo escribió para suavizar el hecho de su regreso con su amo. Tras haberle testificado Pablo, Onésimo se hizo cristiano (Filemón 10), y Pablo quería que Filemón aceptara a Onésimo como un hermano en Cristo, y no meramente como un esclavo.

Versos Clave: Filemón 6, “……para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.”

Filemón 16, “….no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.”

Filemón 18, “Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.”

Breve Resumen: Pablo había advertido a los dueños de esclavos que tenían una responsabilidad hacia sus esclavos y mostró a los esclavos como seres morales responsables que debían temer a Dios. En Filemón, Pablo no condenó la esclavitud, sino que presentó a Onésimo como un hermano en Cristo, en vez de cómo un esclavo. Cuando un amo puede referirse a un esclavo como un hermano, el esclavo ha alcanzado una posición en la cual el título legal de esclavo no significa nada. La iglesia primitiva no atacó directamente la esclavitud, sino que puso el fundamente para una nueva relación entre el amo y el esclavo. Pablo intentó unir a Filemón y a Onésimo con el amor cristiano, para que la emancipación se hiciera necesaria. La institución de la esclavitud murió solo después de haber sido expuesta a la luz del Evangelio.

Conexiones: Tal vez en ninguna parte del Nuevo Testamento se muestra tan bellamente retratada la diferencia entre la ley y la gracia. Tanto la ley romana como la Ley Mosaica del Antiguo Testamento le daban a Filemón el derecho de castigar al esclavo fugitivo, quien era considerado como su propiedad. Pero el pacto de la gracia a través del Señor Jesús, permitió que el amo y el esclavo tuvieran compañerismo en amor sobre bases de igualdad en el cuerpo de Cristo.

Aplicación Práctica: Empleados, líderes políticos, ejecutivos corporativos y padres de familia, pueden seguir el espíritu de la enseñanza de Pablo al tratar a sus empleados cristianos, compañeros de trabajo y miembros de la familia, como miembros del Cuerpo de Cristo. Los cristianos en la sociedad moderna, no deben ver a los ayudantes como escalones para ayudarlos a alcanzar sus ambiciones, sino como a hermanos y hermanas en Cristo, quienes deben recibir un trato amable. Además, todos los líderes cristianos deben reconocer que tendrán que entregar cuentas a Dios por su trato hacia aquellos que trabajan para ellos, ya sea que se trate de ayudantes cristianos o no cristianos. Eventualmente, ellos deben responder a Dios por sus acciones (Colosenses 4:1).

Libro de Hebreos

Autor: Aunque algunos incluyen al libro de Hebreos entre los escritos por el apóstol Pablo, la verdadera identidad del autor sigue siendo un enigma. Aquí falta el acostumbrado saludo, tan común en sus otras epístolas. Adicionalmente, la sugerencia de que el escritor de esta epístola se basa en el conocimiento e información provista por otros que realmente fueron testigos presenciales de Jesucristo (2:3) hace que la autoría Paulina resulte dudosa. Algunos le atribuyen su escritura a Lucas; otros sugieren que Hebreos pudo haber sido escrito por Apolos, Bernabé, Silas, Felipe, o Aquila y Priscila. Independientemente de la mano humana que sostuvo la pluma, el Espíritu Santo de Dios es el divino autor de toda la Escritura (2 Timoteo 3:16); por tanto, Hebreos habla con la misma autoridad canóniga que los otros sesenta y cinco libros de la Biblia.

Fecha de su Escritura: El padre de la iglesia primitiva Clemente, citó el libro de Hebreos en el 95 d.C. Sin embargo, una evidencia interna tal como el hecho de que Timoteo estaba vivo para el tiempo en que la epístola fue escrita, y la ausencia de cualquier evidencia que mostrara el fin del sistema sacrificial del Antiguo Testamento que ocurrió con la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., indica que el libro fue escrito alrededor del año 65 d.C.

Propósito de la Escritura: El desaparecido Dr. Walter Martin, fundador del Instituto de Investigación Cristiana y escritor del “best seller” Kingdom of the Cults (El Reino de los Cultos), dijo sarcásticamente en su acostumbrada manera de hablar, que el libro de Hebreos fue escrito por un hebreo para otros hebreos, diciéndoles a los hebreos que dejaran de actuar como hebreos. Realmente, muchos de los primeros judíos creyentes, estaban volviendo a caer en los ritos y rituales del judaísmo, a fin de escapar de la creciente persecución. Entonces, esta carta es una exhortación para que estos creyentes perseguidos continuaran en la gracia de Jesucristo.

Versos Clave: Hebreos 1:1-2, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

Hebreos 2:3, “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?....”

Hebreos 4:14-16, “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

Hebreos 11:1, “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Hebreos 12:1-2, “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

Breve Resumen: El libro de Hebreos está dirigido a tres diferentes grupos: los creyentes en Cristo; los no creyentes que tenían conocimiento de y una aceptación intelectual de los hechos de Cristo; y los no creyentes que fueron atraídos a Cristo, pero que a última instancia lo rechazaron. Es importante entender a que grupo se dirige cada pasaje. El fallar en hacerlo de esta forma, nos llevará a conclusiones que son inconsistentes con el resto de la Escritura.

El escritor de Hebreos continuamente hace mención de la superioridad de Cristo, tanto de Su persona como de Su obra ministerial. En los escritos del Antiguo Testamento, entendemos que los rituales y ceremonias del judaísmo señalaban simbólicamente la venida del Mesías. En otras palabras, los ritos del judaísmo no fueron sino sombras de las cosas que habrían de venir. Hebreos nos dice que Jesucristo es mejor que lo que la mera religión pueda ofrecer. Toda la pompa y circunstancia de la religión, palidece en comparación con la persona, la obra, y el ministerio de Jesucristo. Es la superioridad de nuestro Señor Jesús, entonces, el tema que prevalece en la escritura de esta elocuente carta.

Conexiones: Tal vez en ninguna parte del Nuevo Testamento se centre más la atención en el Antiguo Testamento que en el libro de Hebreos, el cual tiene como su fundamento el sacerdocio levítico. El escritor de Hebreos compara constantemente lo inadecuado del sistema sacrificial del Antiguo Testamento, con su perfección y consumación cumplida en Cristo. Donde el Antiguo Pacto requería continuos sacrificios y una expiación anual por el pecado, que era ofrecida por un sacerdote humano, el Nuevo Pacto provee un sacrificio único a través de Cristo (Hebreos 10:10) así como el acceso directo al trono de Dios para todos los que están en Él.

Aplicación Práctica: Rica en fundamentos de doctrina cristiana, la epístola a los Hebreos también nos proporciona ejemplos alentadores de los “héroes de la fe” de Dios, quienes perseveraron a pesar de grandes dificultades y circunstancias adversas (Hebreos 11). Estos miembros del Salón de la Fe de Dios, proporcionan pruebas abrumadoras en cuanto a la garantía incondicional y fiabilidad absoluta de Dios. De igual manera, nosotros debemos mantener una perfecta confianza en las ricas promesas de Dios, a pesar de nuestras circunstancias, meditando sobre la fidelidad de la roca sólida de las obras de Dios en las vidas de Sus santos del Antiguo Testamento.

El escritor de Hebreos proporciona un gran ánimo a los creyentes, pero hay cinco advertencias solemnes a las que debemos prestar atención. Existe el peligro de descuidarnos (Hebreos 2:1-4), el peligro de la incredulidad (Hebreos 3:7—4:13), el peligro de la inmadurez espiritual (Hebreos 5:11—6:20), el peligro fallar en permanecer (Hebreos 10:26-39), y el inherente peligro de desechar a Dios (Hebreos 12:25-29). Y así encontramos coronando esta gran obra de riqueza doctrinal, un refrescante manantial de aliento, y una fuente de sanas y prácticas advertencias contra la pereza en nuestro caminar cristiano. Pero hay aún más, porque en Hebreos encontramos un retrato magníficamente reproducido de nuestro Señor Jesucristo – el Autor y Consumador de nuestra gran salvación (Hebreos 12:2).

Carta de Santiago

Autor: El autor de esta epístola (carta) es Santiago, también llamado Jacobo o Santiago el Justo, de quien se piensa fue el hermano de Jesucristo (Mateo 13:55; Marcos 6:3). Santiago no fue un creyente (Juan 7:3-5) hasta después de la resurrección de Jesucristo (Hechos 1:14; 1 Corintios 15-7; Gálatas 1:19). Él se convirtió en la cabeza de la iglesia en Jerusalén y es el que se menciona primero como uno de los pilares de la iglesia (Gálatas 2:9).

Fecha de su Escritura: La carta de Santiago es probablemente el más antiguo del Nuevo Testamento, escrito tal vez en el 45 d.C., antes del primer concilio de Jerusalén del 50 d.C. Santiago fue martirizado aproximadamente en el año 62 d.C. de acuerdo con el historiador Josefo.

Propósito de la Escritura: Algunos piensan que esta epístola fue escrita en respuesta a una sobre-apasionada interpretación de las enseñanzas de Pablo respecto a la fe. Este punto de vista extremo, llamado antinomianismo, sostenía que a través de la fe en Cristo uno estaba completamente libre de toda la ley de Antiguo Testamento, de todo el legalismo, de toda la ley secular, y de toda la moralidad de una sociedad. El libro de Santiago está dirigido a los judíos cristianos esparcidos entre todas las naciones (Santiago 1:1). Martín Lutero, quien detestó esta carta y la llamó “la epístola de paja,” falló en reconocer que las enseñanzas de Santiago sobre las obras como autenticación de la fe –no contradecían—las enseñanzas de Pablo sobre la fe. Mientras que las enseñanzas Paulinas se concentran en nuestra justificación con Dios, las enseñanzas de Santiago se concentran en las obras que ejemplifican esa justificación. Santiago estaba escribiéndoles a los judíos para alentarlos a continuar creciendo en esta nueva fe cristiana. Santiago enfatiza que las buenas acciones fluirán naturalmente de aquellos que están llenos del Espíritu y cuestiona si alguien puede o no puede tener una fe salvadora, si el fruto del espíritu no puede apreciarse en él, algo muy parecido a lo que Pablo describe en Gálatas 5:22-23.

Versos Clave: Santiago 1:2-3, “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”

Santiago 1:19, “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.”

Santiago 2:17-18, “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”

Santiago 3:5, “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!”

Santiago 5:16b, “La oración eficaz del justo puede mucho.”

Breve Resumen: El libro de Santiago bosqueja el caminar en la fe a través de la religión verdadera (1:1-27), de la fe verdadera (2:1—3:12) y la verdadera sabiduría (3:13—5:20). Este libro contiene un extraordinario paralelismo con el Sermón del Monte de Jesús, en Mateo 5—7. Santiago comienza en el primer capítulo describiendo los rasgos generales del caminar en la fe. En el capítulo dos y al principio del capítulo tres, él habla sobre la justicia social y hace un discurso sobre la fe en acción. Luego, compara y contrasta la diferencia entre la sabiduría terrenal y la que proviene de lo alto, y nos pide alejarnos del mal y acercarnos a Dios. Santiago hace una reprensión particularmente severa a los ricos que acumulan riquezas y a aquellos que se piensan autosuficientes. Finalmente él termina animando a los creyentes a ser pacientes en el sufrimiento, orando y cuidando unos de otros y reforzando nuestra fe a través del compañerismo.

Conexiones: El libro de Santiago es la descripción básica de la relación que existe entre la fe y las obras. Tan arraigados en la ley mosaica y su sistema de obras estaban los judíos cristianos a quienes Santiago escribió, que dedicó mucho tiempo para explicarles la difícil verdad, de que nadie es justificado por las obras de la ley (Gálatas 2:16). Él les declara que aún si ellos con su mejor esfuerzo, trataran de guardar todas las varias leyes y rituales, lo cual es imposible de hacer, y transgredieran la parte más pequeña de la ley, esto los hacía culpables de toda ella (Santiago 2:10) porque la ley es una entidad y el quebrantar una parte de ella, es quebrantarla toda.

Aplicación Práctica: Vemos en el libro de Santiago un reto para los fieles seguidores de Jesucristo de no solo “hablar de ello,” sino “caminar en ello.” Mientras que nuestro caminar en la fe, para que sea verdadero requiere de un crecimiento y conocimiento de la Palabra, Santiago nos exhorta a no detenernos allí. Muchos cristianos encontrarán esta epístola desafiante mientras Santiago presenta 60 obligaciones en solo 108 versos. Él se enfoca en las verdades de las palabras de Jesús en el Sermón del Monte, y nos motiva a actuar sobre lo que Él enseñó.

La epístola también descarta la idea de que uno puede convertirse en un cristiano y sin embargo continuar viviendo en pecado, sin exhibir el fruto de justicia. Tal “fe,” declara Santiago, es compartida por los demonios quienes “creen y tiemblan” (Santiago 2:19). Sin embargo tal “fe” no puede salvar, porque no está respaldada por las obras que siempre acompañan a la verdadera fe salvadora (Efesios 2:10). Las buenas obras no son la causa de la salvación, sino que son el resultado de ella.

Carta de 1 Pedro

Autor: 1 Pedro 1:1 identifica al autor de la carta de 1 Pedro, como el apóstol Pedro.

Fecha de su Escritura: La carta de 1 Pedro fue escrita probablemente entre el 60 y el 65 d.C.

Propósito de la Escritura: 1 Pedro es una carta de Pedro a los creyentes que habían sido dispersados a través de todo el mundo antiguo y estaban bajo una intensa persecución. Si alguien entendía lo que era persecución, era Pedro. Él fue golpeado, amenazado, castigado y encarcelado por predicar la Palabra de Dios. Él sabía lo que costaba permanecer firme sin amargarse, sin perder la esperanza, y afianzado en la fe vivir una vida obediente y victoriosa. Este conocimiento de una esperanza viva en Jesús era el mensaje, así como seguir el ejemplo de Jesucristo.

Versos Clave: 1 Pedro 1:3, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.”

1 Pedro 2:9, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

1 Pedro 2:24, “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”

1 Pedro 5:8-9, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”

Breve Resumen: Aunque este tiempo de persecución era desesperante, Pedro dice que realmente era un tiempo de regocijo. Diciéndoles que vieran como un privilegio el sufrir por amor a Cristo, así como su Salvador sufrió por ellos. Esta carta hace referencia a las experiencias personales de Pedro con Jesús, así como a sus sermones registrados en el libro de Hechos. Pedro confirma que Satanás es el gran enemigo de cada cristiano, pero la seguridad en el futuro regreso de Cristo, proporciona el incentivo para la esperanza.

Conexiones: La familiaridad de Pedro con la ley del Antiguo Testamento y los profetas, le permitían explicar varios pasajes del Antiguo Testamento a la luz de la vida y la obra del Mesías, Jesucristo. En 1 Pedro 1:16, él cita Levítico 11:44 “Sed santos, porque yo soy santo.” Pero él lo parafrasea explicando que la santidad no es alcanzada por guardar la ley, sino por la gracia otorgada a todos los que creen en Cristo (v.13). Más adelante, Pedro explica la referencia a la “piedra angular” en Isaías 28:16 y el Salmo 118:22 como Cristo, quien fue rechazado por los judíos a causa de su desobediencia e incredulidad. Las referencias adicionales al Antiguo Testamento, incluyen la ausencia de pecado en Cristo (1 Pedro 2:22 / Isaías 53:9) y exhortaciones para vivir santamente a través del poder de Dios que da bendición (1 Pedro 3:10-12; Salmos 34:12-16; 1 Pedro 5:5; Proverbios 3:34).

Aplicación Práctica: La seguridad de la vida eterna es dada a todos los cristianos. Una forma de identificarnos con Cristo, es compartiendo Sus sufrimientos. Para nosotros, eso significaría soportar insultos y calumnias de parte de aquellos que nos llaman “aleluyas” o “santurrones.” Esto es tan poco, comparado con lo que Cristo sufrió por nosotros en la cruz. Permanece firme en lo que sabes y crees que es lo correcto, y regocíjate cuando seas el objetivo del mundo y Satanás para lastimarte.

Carta de 2 Pedro

Autor: 2 de Pedro 1:1 establece específicamente que el apóstol Pedro fue el autor de 2 Pedro. La autoría de Pedro de la carta de 2 Pedro, ha sido impugnada más que ningún otro libro del Nuevo Testamento. Sin embargo, los padres de la iglesia primitiva no encontraron buenas razones para rechazarlo. Nosotros tampoco encontramos una buena razón para rechazar la autoría de Pedro de 2 Pedro.

Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Pedro fue escrito hacia el final de la vida de Pedro. Puesto que Pedro fue martirizado en Roma durante el reinado de Nerón, su muerte debe haber ocurrido antes del 68 d.C. Probablemente él escribió 2 Pedro entre el 65 y el 68 d.C.

Propósito de la Escritura: Pedro estaba alarmado de que los falsos maestros hubieran comenzado a infiltrarse en las iglesias. Él hizo un llamado a los cristianos a crecer y fortalecerse en su fe, para que pudieran detectar y combatir la creciente apostasía. Enfatizó fuertemente la autenticidad de la Palabra de Dios y el seguro regreso del Señor Jesús.

Versos Clave: 2 Pedro 1:3-4, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”

2 Pedro 3:9, “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”

2 Pedro 3:18, “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

Breve Resumen: Sabiendo que le quedaba poco tiempo (2 Pedro 1:14-15), y que estas iglesias enfrentaban un peligro inminente (2 Pedro 2:1-3), él hace un llamado a los lectores para despertar su memoria (2 Pedro 1:13) y estimular su pensamiento (2 Pedro 3:1-2), para poder recordar sus enseñanzas (2 Pedro 1:15). Él reta a los creyentes a ser más maduros en su fe, añadiendo a ella específicas virtudes cristianas, a fin de convertirse en creyentes productivos y eficaces en su conocimiento del Señor Jesucristo (2 Pedro 1:5-9) Los escritores del Antiguo y Nuevo Testamento, fueron expuestos como ejemplos de autoridad por su fe (2 Pedro 1:12-21, 3:2, 3:15-16). Pedro deseaba que se hicieran más fuertes en la fe, para resistir a los falsos maestros que se habían infiltrado y que estaban afectando negativamente a las iglesias. En su denuncia de ellos, él describe su conducta, su condenación y sus características (2 Pedro capítulo 2), y quienes también hacían burla de la Segunda Venida del Señor (2 Pedro 3:3-7). Pedro enseñó que para los cristianos, la Segunda Venida de Cristo es el incentivo para una vida santa (2 Pedro 3:14). Después de una advertencia final, Pedro los anima nuevamente a crecer en la gracia y el conocimiento de su Señor y Salvador Jesucristo. Posteriormente concluye con una palabra de alabanza a su Señor y Salvador (2 Pedro 3:18).

Conexiones: En su denuncia de los falsos profetas, Pedro repite un tema prevalente del Antiguo Testamento que debe haber resultado muy familiar para sus lectores. Muchos de los primeros cristianos fueron judíos convertidos quienes habían sido bien instruidos en la ley y los profetas. Cuando Pedro se refirió a la “palabra profética” del Antiguo Testamento en 2 Pedro 1:19-21, él denunció a su vez a los falsos profetas y afirmó que los verdaderos profetas eran movidos por el Espíritu Santo quien hablaba a través de ellos (2 Samuel 23:2). Jeremías fue igualmente esforzado en su crítica de los falsos profetas, preguntando “¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?” (Jeremías 23:26) Es evidente que los mismos falsos maestros engañadores que plagaron el pueblo de Dios tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento se encuentran aún entre nosotros, haciendo que la segunda epístola de Pablo sea tan relevante en la actualidad como lo fue hace 2000 años.

Aplicación Práctica: Ciertamente, como cristianos del siglo 21, estamos más cerca del regreso de nuestro Señor que los cristianos del primer siglo, para quienes fue escrita esta epístola. A través de la televisión y otros medios masivos de comunicación, los cristianos maduros están conscientes de que muchos charlatanes están desfilando como verdaderos líderes cristianos, y que cristianos inmaduros están siendo “llevados” por su charlatanería y falsa interpretación de las Escrituras. Es de suma importancia, que todos los cristianos nacidos de nuevo, estemos bien cimentados en la Palabra para que seamos capaces de discernir entre la verdad y el error.

Pedro nos dio la misma receta para crecer en la fe (2 Pedro 1:5-11), cuando es aplicada en nuestras vidas, nos asegurará también una gran recompensa y que “será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1:10-11). El fundamento de nuestra fe está y siempre estará en la misma Palabra de Dios que predicó Pedro.

Carta de 1 Juan

Autor: 1 Juan han sido atribuidos desde los primeros tiempos de la iglesia, al apóstol Juan, quien también escribió el Evangelio de Juan. El contenido, estilo, y vocabulario parecen apoyar la conclusión de que estas tres epístolas fueron dirigidas a los mismos lectores que el Evangelio de Juan.

Fecha de su Escritura: La carta de 1 Juan fue escrito probablemente entre el 85-95 d.C.

Propósito de la Escritura: La carta de 1 Juan parece ser una sinopsis en la que se asume el conocimiento del Evangelio por parte de sus lectores, según lo escrito por Juan, y donde se les brinda seguridad por su fe en Cristo. La primera epístola indica que los lectores fueron confrontados con el error del gnosticismo, lo cual se convirtió en un problema más serio en el segundo siglo. Como una filosofía de la religión, sostenía que la materia es mala y el espíritu bueno. La solución a la tensión entre estos dos, era el conocimiento, o gnosis, a través del cual, el hombre se elevaba de lo mundano a lo espiritual. En el mensaje del Evangelio, esto condujo a dos falsas teorías concernientes a la persona de Cristo. El docetismo – que describía al Jesús humano como un fantasma – y el cerintianismo – que aseguraba que Jesús poseía una doble personalidad, a veces humana y a veces divina. El propósito primordial de 1 Juan, es establecer los límites sobre el contenido de la fe, y dar a los creyentes la seguridad de su salvación.

Versos Clave: 1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

1 Juan 3:6, “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.”

1 Juan 4:4, “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”

1 Juan 5:13, “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

Breve Resumen: Los falsos maestros espirituales eran un gran problema en la iglesia primitiva. En razón de que no había aún un Nuevo Testamento completo al que los creyentes pudieran consultar, muchas iglesias cayeron presas de estos engañadores, quienes enseñaban sus propia ideas y se erigían a sí mismos como líderes. Juan escribió esta carta para establecer la verdad sobre algunos puntos importantes, particularmente lo concerniente a la identidad de Jesucristo.

Esta carta de Juan ayudó a sus lectores a reflejar honestidad en su fe, porque en ella trata los fundamentos de la fe en Cristo. Esto les ayudó a responder a la pregunta, ¿Somos verdaderos creyentes? Juan les dijo que ellos podrían decirlo, observando sus acciones. Si se amaban unos a otros, esa era evidencia de la presencia de Dios en sus vidas. Pero si ellos discutían y peleaban todo el tiempo, o eran egoístas y no veían unos por los otros, entonces estaban demostrando que, de hecho, no conocían a Dios.

Eso no significaba que tenían que ser perfectos. De hecho, Juan también reconoció que el creer involucra el admitir nuestros pecados y buscar el perdón de Dios. El depender de Dios para limpiarnos de la culpa, así como admitir nuestras faltas contra otros y enmendarlas, era otro aspecto importante para llegar a conocer a Dios.

Conexiones: Uno de los pasajes más citados respecto al pecado, se encuentra en 1 Juan 2:16. En este pasaje, Juan describe los tres aspectos del pecado que recuerdan las primeras y más mundialmente destructoras tentaciones en toda la Escritura. El primer pecado –la desobediencia de Eva—fue el resultado de su rendición ante las mismas tres tentaciones como lo encontramos en Génesis 3:6: los deseos de la carne (“bueno para comer”); los deseos de los ojos (“agradable a los ojos”); y la vanagloria de la vida (“codiciable para alcanzar la sabiduría”).

Aplicación Práctica: El libro de 1 Juan es un libro de amor y gozo. Explica el compañerismo que tenemos unos con otros y con Jesucristo. Hace la diferencia entre la felicidad, la cual es temporal y efímera, y el gozo verdadero, respecto al cual 1 Juan nos dice como alcanzarlo. Si tomamos las palabras escritas por Juan y las aplicamos a nuestras vidas diarias, el amor verdadero, el compromiso, el compañerismo y el gozo que anhelamos, será nuestro.

El apóstol Juan conocía bien a Cristo. Él nos dice que todos podemos tener también esa estrecha relación con Jesucristo. Tenemos el testimonio de hombres que tuvieron un contacto directo y personal con Él. Los escritores de los Evangelios presentan su testimonio solidamente estructurado sobre una realidad histórica. Ahora, ¿cómo se aplica eso a nuestras vidas? Se nos explica que Jesús vino aquí como el Hijo de Dios, para crear una unión con nosotros basada en Su gracia, misericordia, amor y aceptación. Son tantas las veces que la gente piensa que Jesús está lejos, en algún lugar lejano y que Él realmente no se preocupa por nuestras luchas diarias, problemas y preocupaciones. Pero Juan nos está diciendo que Jesús está justo aquí con nosotros, tanto en los asuntos simples y mundanos de nuestras vidas, como en los complejos sufrimientos del alma. Juan da testimonio como testigo basado en sus experiencias personales, que Dios se hizo carne y habitó entre los hombres. Eso significa que Cristo vino a vivir con nosotros y Él aún vive con nosotros. Así como caminó por el mundo al lado de Juan, así también camina a través de cada día con nosotros. Necesitamos aplicar esta verdad en nuestras vidas y vivir como si Jesús estuviera parado justo a nuestro lado cada segundo del día. Si ponemos esta verdad en práctica, Cristo añadirá santidad a nuestras vidas, haciéndonos más y más semejantes a Él.

Carta de 2 Juan

Autor: La carta de 2 Juan no nombra directamente a su autor. La tradición de los primeros días de la iglesia, establece que el autor fue el apóstol Juan. Han habido varias conjeturas a través de los años, de que otro discípulo de Cristo llamado Juan pudo haber sido el responsable por esta carta. Sin embargo, toda la evidencia señala hacia Juan, el discípulo amado, quien también escribió el Evangelio de Juan.

Fecha de su Escritura: La carta de 2 Juan pudo haber sido escrito por la misma época de las otras cartas de Juan, 1 y 3 Juan, probablemente entre el 85 y 95 d.C.

Propósito de la Escritura: El libro de 2 Juan es una súplica urgente para que los lectores de la carta de Juan mostraran su amor por Dios y Su Hijo Jesús, obedeciendo el mandamiento de amarse unos a otros, y viviendo sus vidas en obediencia a las Escrituras. El libro de 2 Juan es también una fuerte advertencia para permanecer alertas ante los engañadores, quienes estaban diciendo que Jesús realmente no resucitó en la carne.

Versos Clave: 2 Juan 6, “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.”

2 Juan 8-9, “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.”

Breve Resumen: El libro de 2 Juan está dirigido a ‘la señora elegida y a sus hijos.’ Esto bien pudo tratarse de una dama importante de la iglesia, de o un código con el que se refería a la iglesia local y su congregación. En aquellos días cuando los cristianos estaban siendo perseguidos, se usaban con frecuencia esta clase de salutaciones en código.

El libro de 2 Juan contiene una gran preocupación con una urgente advertencia respecto a algunos engañadores, quienes no estaban enseñando la verdadera doctrina de Cristo, y quienes mantenían que Jesús realmente no resucitó en carne, sino solo espiritualmente. Juan estaba muy ansioso de que los verdaderos creyentes estuvieran alertas ante estos falsos maestros y no tuvieran nada que ver con ellos.

Conexiones: Juan describe el amor no como una emoción o sentimiento, sino como la obediencia a los mandamientos de Dios. Jesús reiteró la importancia de los mandamientos, especialmente “el primer gran mandamiento,” amar a Dios (Deuteronomio 6:5) y el segundo – amarse los unos a los otros (Mateo 22:37-40; Levítico 19:18). Lejos de abolir la ley de Dios del Antiguo Testamento, Jesús vino para observarla, proveyendo el medio para su cumplimiento en Él mismo.

Aplicación Práctica: Es extremadamente importante que cotejemos con las Escrituras todo lo que veamos, escuchemos, y leamos que se diga ser “cristiano.” Esto no puede ser lo suficientemente enfatizado, porque una de las armas más poderosas de Satanás es el engaño. Es muy fácil dejarnos llevar por una nueva y excitante doctrina, que pareciera estar basada en la Escritura; pero que si se examina de cerca, de hecho es una desviación de la Palabra de Dios. Si lo que parece estar sucediendo no se alinea explícitamente con la Escritura, entones se trata de algo falso y no es del Espíritu, por lo que debemos no tener nada que ver con ello.

Carta de 3 Juan

Autor: La carta de 3 Juan no menciona directamente a su autor. La tradición de los primeros días de la iglesia, ha sido que el apóstol Juan es el autor. Ocasionalmente han surgido dudas por parte de aquellos que piensan que es posible que éste haya sido escrito por otro discípulo del Señor llamado Juan, pero la evidencia señala que el autor fue Juan.

Fecha de su Escritura: La carta de 3 Juan fue escrito probablemente al mismo tiempo que las otras cartas de Juan, 1 y 2 Juan, aproximadamente entre el 85 y 95 d.C.

Propósito de la Escritura: El propósito de Juan al escribir esta tercera epístola es triple. Primero, él escribe para elogiar y animar a su amado colaborador Gayo, en su ministerio de hospitalidad hacia los hermanos viajeros, quienes iba de un lugar a otro para predicar el Evangelio de Cristo. Segundo, indirectamente él advierte y condena la conducta de Diótrefes, un líder dictatorial quien se había enseñoreado de una de las iglesias en la provincia de Asia, y cuyo comportamiento era totalmente opuesto a todo lo que el apóstol y su Evangelio enseñaban. Tercero, él elogia el ejemplo de Demetrio cuyo buen testimonio fue avalado por todos.

Versos Clave: 3 Juan 4, “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.”

3 Juan 11, “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.”

Breve Resumen: Juan está escrito con su habitual subrayado énfasis en la verdad, a este muy amado hermano en Cristo, Gayo, un laico de cierta riqueza y distinción que vivía en una ciudad cercana a Efeso. Él elogia grandemente el cuidado y la hospitalidad de Gayo hacia sus mensajeros, ya sea que fueran conocidos de él o no, y cuya misión era llevar el Evangelio de un lugar a otro. Juan lo exhorta a continuar haciendo el bien y a no imitar lo malo, como en el ejemplo de Diótrefes. Este hombre se había apoderado del liderazgo de una iglesia en Asia, y no solo se rehusaba a reconocer la autoridad de Juan como un apóstol, sino también a recibir sus cartas y seguir sus instrucciones. También hacía circular maliciosas calumnias en contra de Juan y excomulgaba a los miembros que proporcionaban ayuda y hospitalidad a los mensajeros de Juan. Antes de concluir su carta, él también elogia el ejemplo de Demetrio, de quien había oído excelentes reportes.

Conexiones: El concepto de ofrecer hospitalidad a extraños tiene un amplio precedente en el Antiguo Testamento. Hechos de hospitalidad en Israel, incluían la humilde y cortés recepción de forasteros en la casa para alimentar, alojar y proteger (Génesis 18:2-8; 19:1-8: Job 31:16-23, 31-32). Adicionalmente, las enseñanzas del Antiguo Testamento pintan a los israelitas como un pueblo extranjero que dependía de la hospitalidad de Dios (Salmo 39:12) y a Dios como El que gentilmente cubrió sus necesidades, los redimió de Egipto y los alimentó y vistió en el desierto (Éxodo 16; Deuteronomio 8:2-5).

Aplicación Práctica: Juan, como de costumbre, enfatiza la importancia de caminar en la verdad del Evangelio. La hospitalidad, ayuda y ánimo para nuestros compañeros cristianos, es uno de los principales preceptos de las enseñanzas de Jesús, y Gayo era obviamente un destacado ejemplo de este ministerio. Nosotros debemos hacer lo mismo siempre que podamos, dar la bienvenida a visitantes misioneros, predicadores y extranjeros (en tanto estemos seguros de que son creyentes) no solo a nuestras iglesias, sino también a nuestras casas, y ofrecerles cualquier clase de ayuda y ánimo que necesiten.

También necesitamos ser cuidadosos de seguir el ejemplo solo de aquellos cuyas palabras y acciones estén de acuerdo con el Evangelio, y estar lo suficientemente alertas, para detectar a aquellos semejantes a Diótrefes, cuya conducta está muy lejos de parecerse a lo que Cristo enseñó.

Carta de Judas

Autor: Judas 1 identifica al autor de la carta de Judas como Judas, hermano de Jacobo (Santiago). Es probable que se refiera a Judas, el medio hermano de Jesús, así como Jesús tuvo también un medio hermano llamado Jacobo (Santiago) (Mateo 13:55). También es probable que Judas no se identifique a sí mismo como hermano de Jesús, a causa de su humildad y reverencia por Cristo.

Fecha de su Escritura: La carta de Judas está estrechamente relacionado con el libro de 2 Pedro. La fecha de la escritura de Judas depende de si Judas utilizó el contenido de 2 Pedro, o Pedro usó el contenido de Judas cuando escribió 2 Pedro. Entonces, el libro de Judas fue escrito en algún tiempo entre el 60 y el 80 d.C.

Propósito de la Escritura: El libro de Judas es un importante libro para nosotros, porque está escrito para el final de los tiempos, para el final de la era de la iglesia. La edad de la iglesia comenzó con el Día de Pentecostés. Judas es el único libro dedicado totalmente a la gran apostasía. Judas escribe que las malas obras son la evidencia de la apostasía. Él nos exhorta contender por la fe, porque hay cizaña entre el trigo. Los falsos profetas están en la iglesia y los santos están en peligro. Judas es un libro pequeño pero muy importante y digno de estudiarse, escrito para los cristianos de hoy en día.

Versos Clave: Judas 3, “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”

Judas 17-19, “Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Éstos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.”

Judas 24-25, “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”

Breve Resumen: De acuerdo con el verso 3, Judas estaba ansioso de escribir acerca de nuestra salvación; sin embargo, él cambia el tema para abordar el contender por la fe. Esta fe personifica todo el cuerpo de la doctrina cristiana enseñada por Cristo, y dada posteriormente a los apóstoles. Después de advertir Judas sobre los falsos maestros (versos 4-16), él nos aconseja cómo podemos vencer en la guerra espiritual (versos 20-21). Aquí hay sabiduría que haríamos bien en aceptar y adoptar, mientras avanzamos a través de estos días del final de los tiempos.

Conexiones: El libro de Judas está lleno de referencias al Antiguo Testamento, incluyendo Éxodo (v.5); la rebelión de Satanás (v.6); Sodoma y Gomorra (v.7); la muerte de Moisés (v.9); Caín (v.11); Balaam (v.11); Coré (v.11); Enoc (vv.14-15); y Adán (v.14). El uso de Judas de las bien conocidas ilustraciones históricas de Sodoma y Gomorra, Caín, Balaam, y Coré, les recuerda a los judíos cristianos la necesidad de la fe verdadera y la obediencia.

Aplicación Práctica: Vivimos en un tiempo único en la historia, y este pequeño libro puede ayudar a equiparnos para afrontar los indecibles retos de vivir en el final de los tiempos. Los cristianos de hoy, debemos estar en guardia ante las falsas doctrinas, las cuales pueden engañarnos fácilmente si no estamos bien instruidos en la Palabra de Dios. Necesitamos conocer el Evangelio –para protegerlo y defenderlo- y aceptar el Señorío de Cristo, lo cual se hace evidente por un cambio de vida. La auténtica fe siempre refleja una conducta semejante a la de Cristo. Nuestra vida en Cristo debe reflejar el conocimiento de nuestro propio corazón que descansa en la autoridad del Creador y Padre Todopoderoso, quien pone esa fe en práctica. Necesitamos esa relación personal con Él, solo entonces conoceremos Su voz tan bien, que no seguiremos a ninguna otra.

Libro de Apocalipsis

Autor: Apocalipsis 1:1, 4, 9 y 22:8 específicamente identifica al autor del libro de Apocalipsis como el apóstol Juan.

Fecha de su Escritura: El Libro de Apocalipsis fue escrito probablemente entre el 90 y el 95 d.C.

Propósito de la Escritura: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Este libro está lleno de misterios acerca de las cosas por venir. Es la advertencia final de que el mundo ciertamente acabará y el juicio será seguro. Nos da un pequeño vislumbre del cielo y de todas las glorias que esperan a aquellos que mantengan sus ropajes blancos. Apocalipsis nos lleva a través de la gran tribulación con todos sus males y el fuego final que todos los incrédulos enfrentarán por una eternidad. El libro reitera la caída de Satanás y la condenación a la que se dirigen él y sus ángeles. Se nos muestran los deberes de todas las criaturas y ángeles del cielo y las promesas para los santos que vivirán para siempre con Jesús en la Nueva Jerusalén. Al igual que Juan, es difícil encontrar palabras para describir lo que leemos en el libro de Apocalipsis.

Versos Clave: Apocalipsis 1:19, “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.”

Apocalipsis 13:16-17, “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.”

Apocalipsis 19:11, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.”

Apocalipsis 20:11, “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.”

Apocalipsis 21:1, “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.”

Breve Resumen: El Apocalipsis es pródigo en coloridas descripciones, que proclaman para nosotros los últimos días antes del regreso de Cristo y la introducción de los nuevos cielos y la nueva tierra. El Apocalipsis comienza con cartas dirigidas las siete iglesias de Asia Menor, y continúa revelando las series de devastaciones que serán derramadas sobre la tierra; la marca de la bestia, “666”; la decisiva batalla de Armagedón; la atadura de Satanás; el reino del Señor; el Juicio del Gran Trono Blanco; y la naturaleza de la eterna ciudad de Dios. Las profecías concernientes a Jesucristo son cumplidas y un llamado a Su Señorío como conclusión, nos asegura que Él regresará pronto.

Conexiones: El libro de Apocalipsis es la culminación de las profecías acerca del final de los tiempos, comenzando con el Antiguo Testamento. La descripción del anticristo mencionado en Daniel 9:27, es ampliamente detallada en el capítulo 13 de Apocalipsis. Aparte de Apocalipsis, los ejemplos de literatura apocalíptica en la Biblia se encuentran en Daniel capítulos 7-12, Isaías capítulos 24-27, Ezequiel capítulos 37-41, y Zacarías capítulos 9-12. Todas estas profecías se encuentran reunidas en el libro de Apocalipsis.

Aplicación Práctica: ¿Has aceptado a Jesucristo como tu Salvador? Si lo hiciste, no tienes nada que temer del juicio de Dios que vendrá sobre el mundo entero, como se describe en el libro de Apocalipsis. El Juez está de tu parte. Antes de que comience el juicio final, debemos testificar a amigos, familiares y vecinos acerca de la oferta de Dios de la vida eterna en Cristo. Los eventos en este libro son reales. Debemos vivir nuestras vidas como verdaderos creyentes, para que otros noten nuestro gozo acerca de nuestro futuro y quieran unírsenos en esa nueva y gloriosa ciudad.

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