meta name="google-adsense-account" content="ca-pub-6727316351664863"> La exposición inteligible ~ Vida y Verdad

La exposición inteligible








Leer: 1 Corintios 14:1-19

Para poder comprender el estudio debemos primeramente analizar cuál era el contexto de Corinto tanto, históricamente como literariamente. El propósito de la carta era ofrecer soluciones a los problemas en la iglesia y enseñar a los creyentes como vivir para Cristo en medio de la corrupción. Fue escrita alrededor del 55 d. C. casi al final de los tres años y medio de ministerio de Pablo en Éfeso en su tercer viaje misionero. Corinto era una gran ciudad cosmopolita que contaba con un puerto y la cual era un centro comercial principal. Era la ciudad más importante de Acaya. También estaba llena de idolatría e inmoralidad, en la cual le rendían culto a la diosa pagana Afrodita (diosa del placer sexual) la cual en su templo en la colina alta a la vista desde el mar había más de mil prostitutas religiosas para rendir culto en conjunto de los adoradores a la misma, con acciones inmorales sexuales. 
En la iglesia de Corinto había varios problemas: 

1) Divisiones: 
a. Por el malentendido de la cruz de Cristo y sus exponentes. 
b. Por el malentendido del ministerio revelador del Espíritu. · Las consecuencias impedían el crecimiento espiritual maduro. · Y perdían la realidad de las recompensas divinas.

2) Desordenes morales:
a. Incesto.
b. Litigios ante los tribunales paganos.
c. Laxitud moral.

3) Discusiones matrimoniales:
a. Acerca del matrimonio y celibato.
b. Acerca del matrimonio y el divorcio.
c. El matrimonio y el servicio.
d. El matrimonio y nuevas nupcias. 

4) Manjares ofrecidos a ídolos:
a. Dudas acerca si comer o no lo ofrecido a ídolos paganos.
b. Derechos y restricciones.

5) Problemas de ego:
a. Se engrandecían a sí mismos.
b. Restricciones a practicar fiestas paganas dedicadas a ídolos.
c. No buscaban glorificar a Dios y el bien del prójimo.

6) Discusiones acerca del culto público:
a. El velo de las mujeres.
b. La cena del Señor/en los ágapes hacían divisiones sociales.
c. El mal uso de los dones espirituales.

Aquí entramos en el mayor problema: la falta de la supremacía del amor divino suplantado por los dones en arrogancia egoísta.

Mientras que los dones del Espíritu son parciales y temporales, el fruto del Espíritu es eterno y más excelente. Si practicamos el amor, esto nos protegerá del mal uso de los dones y de las contiendas y divisiones que han surgido como resultado de su abuso. 

Debido a que lo dones tales como “profecía son dados por el Espíritu de Dios” el trasfondo cultural es menos importaste aquí que en otras partes de la carta a los corintos. Pero puede ayudar al lector moderno apreciar como los primeros lectores pueden haber visto el funcionamiento de algunos dones en su cultura. Aunque pablo claramente no está opuesto a que se hable en lenguas (14:5, v.18), recalca que el valor de los dones debe ser su utilidad en un ambiente dado, el hablar inteligible aprovecha a otros en la adoración pública, mientras que el hablar en forma ininteligible, por más inspirado que sea, es provechoso solo privadamente o si se interpreta. Ni el sombrío ritual romano y la celebración extática griega es la regla de la espiritualidad, el interés por los otros lo es, como se menciona en el contexto inmediato (Cap. 13). El término para “lenguas” normalmente significa sencillamente “idiomas” pero aquí es claro que la persona inspirada para orar en secretos otros idiomas no sabe los idiomas, como en Hechos, el don presupone una capacitación lingüística sobrenatural dada por el fundador de las lenguas (Gén 11:1-9).

“Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación – 1 Cor 14:1-3”. 

Es evidente la conexión con el capítulo anterior. Los cristianos deberían procurar alcanzar el amor, y esto significará que siempre estarán tratando de servir a otros. Deberían también con fervor desear los dones espirituales para su asamblea. Aunque es cierto que los dones son distribuidos por el Espíritu como Él desea, también lo es que podemos pedir dones que serán del mayor valor en la comunión local. Así sugiere Pablo que el don de profecía es eminentemente deseable. Y prosigue explicando por qué la profecía, por ejemplo, es de mayor beneficio que las lenguas. El que habla en lenguas sin interpretación no está hablando para beneficio de la congregación. Dios comprende lo que está diciendo, pero la gente no, porque es para ellos una lengua extraña. Podría estar exponiendo verdades maravillosas hasta ahora desconocidas, pero no les hace bien porque es todo ininteligible. El que profetiza, en cambio, edifica a los demás, los exhorta y consuela. La explicación de ello es que está hablando en el lenguaje de la gente; esto es lo que marca la diferencia. Cuando Pablo dice que el profeta edifica, mueve y aplica vendajes, no está dando una definición. Está sencillamente diciendo que estos resultados seguirán cuando el mensaje sea dado en una lengua que la gente conozca. 

Histórico-culturalmente en el AT la “profecía” también servía para las funciones que Pablo menciona “edificación y destrucción” p. ej. (Jer 1:10) donde la palabra de Dios derroca y restaura, en la “exhortación” incluye reprensión, y casi todos los profetas del AT, sin que importara cuán enfocado fuera el juicio, incluían un mensaje de consolación y esperanza. Léxico sintácticamente, Seguid pues el amor del gr. diökete tën agapën. Como en una verdadera caza. Pablo vuelve a la idea en 1 Cor 12:31 (el mismo empleo de zëloute) y demuestra la superioridad de la profecía respecto a los otros dones espirituales, sin contar la fe, la esperanza y el amor de 1 Cor 13:13. Especialmente que profeticéis del gr. mallon de hina prophëteuëte. Un objetivo distinto a la vista, como en el versículo 5. Un antiguo verbo de prophëtës, común en el N.T. Presente de subjuntivo, «que podáis proseguir profetizando». Sigue en relación a ello que, Pues nadie le entiende del gr. oudeis gar akouei. Literalmente, nadie oye, consigue comprender, comprende el sentido. El verbo akouö se emplea tanto de oír el sonido solo como de recibir la idea expresada por él (cf. Hch. 9:7; 22:9). Misterios gr. mustëria. Misterios inexplicados (1 Co. 2:7), para la persona que no comprende tal lenguaje le será un misterio más, algo oculto. Por ello alude que todo debe ser para Edificación gr. oikodomën, y Exhortación gr. paraklësin. Aliento, llamar al lado de uno. 

Por tal razón debe ser inteligentemente entendible el mensaje expuesto, que edifique, exhorte y traiga consigo Consolación gr. paramuthian. Una antigua palabra (de muthos, paramutheomai, 1 Tes 2:12), una palabra estimuladora), en ningún otro lugar del N.T. se trae como aquí, aunque sí aparece paramuthion en Filip 2:1, junto con paraklësis, como aquí. La consecuencia benigna de la exhortación y consolación siempre será la Edificación, literalmente el aliento, incentivo, en estas palabras. Por tal razón debe ser todo de manera entendible, ya que nadie podrá ser reprendido por una falta (exhortado) y restaurado por sus faltas (consolado) sin el pleno entendimiento de la expresión verbal, cuando afirma el texto (v.2) Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. Afirma que solo Dios entiende su lengua, ya que es el creador de la misma y no la audiencia. La versión NTV lo expone de una forma más clara para aquellos que no gozan de ciertos documentos y dice: Pues, si alguien tiene la capacidad de hablar en lenguas, le hablará solamente a Dios, dado que la gente no podrá entenderle. Hablará por el poder del Espíritu, pero todo será un misterio. El don de lenguas (idiomas) fue motivo de preocupación en la iglesia de Corinto porque su mal uso causaba desorden en la adoración. Hablar en lenguas es un don dado en tales tiempos por el Espíritu, pero los creyentes corintos lo usaban como signo de superioridad espiritual en vez de como un medio para alcanzar la unidad, por ello en el contexto inmediato habla de la supremacía del amor divino sobre todo don. Pablo da entender que los dones son de beneficio solo cuando se usan apropiadamente para ayudar a todos en la Iglesia. No para hacernos sentir bien a nosotros mismos. 



Aquí, es preciso hacer una observación. En tres eventos históricos (Hch 2:4, 6, 8, 10:46, 19:6), el hablar en lenguas se refiere a dialectos, haciendo uso del gr. heterai, los cuales no eran conocidos por el que lo hablaba. También en Mr 16:17, 1 Cor 12:10, 20, 28, 13:1, 8, 14:5-6, 18, 22 se hace uso del gr. glossai, se hace referencia a idiomas étnicos. Cuando la palabra lengua se usa en singular del gr. glossa como en 1 Cor 14:2, 4, 13, 19, 26-27, se refiere a la expresión extasiada de los corintos. En 1 Cor 14:9 se refiere a la lengua física del hombre, y en 14:23 habla en plural como un pronombre plural para las expresiones extasiadas de los corintos. La enseñanza del apóstol es que aquel que habla en lengua (idiomas) se edifica a sí mismo, sin embargo, estando en la presencia de otras personas, si hubiera quien las interprete, ellas también serán edificadas. 

“El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación - 1 Cor 14:4-5”. 

El versículo 14 se emplea comúnmente para justificar el uso privado de las lenguas para la propia edificación. Pero el hecho de que la palabra «iglesia» se encuentra nueve veces en este capítulo (vv. 4, 5, 12, 23, 28, 33, 34, 35) ofrece una evidencia bien convincente de que Pablo no está tratando acerca de la vida devocional de un creyente en la intimidad de su habitación, sino acerca del empleo de las lenguas (idiomas) en la iglesia local. El contexto muestra que, lejos de abogar por el uso de las lenguas para la propia edificación, el apóstol condena todo empleo del don en la iglesia que no tenga como resultado ayudar a otros. El amor piensa en los demás, no en uno mismo. Si el don de las lenguas (idiomas) se emplea con amor, beneficiará a otros y no sólo a uno mismo. El que profetiza, edifica a la iglesia. No está exhibiendo este don para su ventaja personal, sino que habla de manera constructiva en un lenguaje que la congregación puede comprender. Histórico-culturalmente. Pablo no menosprecia el don de lenguas; se da cuenta de que es un don del Espíritu Santo. No podría ni querría menospreciar nada que venga del Espíritu. Cuando dice: Querría que todos vosotros hablaseis en lenguas, está renunciando a todo deseo egoísta de limitar este don a sí mismo y a unos pocos favorecidos. Su deseo es similar al expresado por Moisés: «¡Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y Jehová pusiera su espíritu sobre ellos!» (Nm. 11:29b). Pero al decir esto, Pablo sabía que no es la voluntad de Dios que todos los creyentes tuviesen un mismo don (véase 12:29–30). Él querría más que los corintios profetizasen, porque con ello se edificarían mutuamente, mientras que cuando hablasen en lenguas sin interpretación, sus oyentes no comprenderían, y por ello no resultarían beneficiados. Pablo prefería la edificación a la exhibición. «Lo que asombra es mucho menos importante que lo que edifica», como dice Kelly. La expresión a no ser que las interprete podría significar «a no ser que el que hable en lenguas interprete», o «a no ser que alguien interprete». Histórico-culturalmente el deseo de Pablo es que todos puedan profetizar (hablar las Escrituras) es lo más realista, Dios prometió capacitar a todo su pueblo para profetizar una vez que el tiempo del fin (inaugurado por Jesucristo según el NT) haya llegado (Jl 2:28). Si las lenguas se interpretaban, podía también servir como forma de discurso útil para la iglesia. Léxico-sintácticamente. La iglesia del gr. ekklësian. Sin artículo, literalmente «una iglesia» (uso local). No hë ekklësia, habla del mismo corinto. En relación al don, A no ser que las interprete gr. ektos ei më diermëneuëi. Combinación pleonástica de ektos (excepto) y ei më (si no, a no ser que) como en 1 Tim 5:19. Para el uso de ei con el subjuntivo en lugar de ean Segundo aoristo (ingresivo) de subjuntivo, voz activa, de lambanö, reciba edificación. Si no hay algún interprete de tal idioma no es funcional el don. 

“Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina? Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara? – 1 Cor 14:6-7”. 

Incluso si el mismo Pablo llegaba a Corinto hablando en lenguas, no les serviría de provecho excepto si podían comprender lo que les decía como revelación y ciencia, o profecía y enseñanza. Los comentaristas están de acuerdo en que revelación y conocimiento tienen que ver con la recepción interior, mientras que la profecía y la enseñanza tienen que ver con la transmisión de lo mismo. El argumento de Pablo en este versículo es que para que sea de provecho para la iglesia, el mensaje ha de ser comprendido. Pasa a demostrar esto en los siguientes versículos los cuales analizaremos más adelante. Primero, emplea la ilustración de los instrumentos musicales. Excepto si una flauta o cítara hace una distinción de notas, nadie sabrá lo que se está tocando o tañendo. La misma idea de gozar de la música incluye el pensamiento de la distinción entre notas, un ritmo determinado y una cierta claridad. Cuando Pablo expresa “lengua” del gr. glossa alude: idioma, lenguaje, en especial uno adquirido no normalmente. La inteligibilidad es la clave para edificar a otros. Pablo menciona aquí dos instrumentos musicales principales de la antigüedad: “la flauta” instrumento de viento que sonaba como el oboe y con frecuencia tenía dos tubos unidos a la boquilla, era común en la música religiosa y emotiva, el “arpa”, instrumento de cuerdas, se consideraba más armonioso y con frecuencia acompañaba al canto. Hace un contraste entre ambos instrumentos para dar entender el ejercicio del discernimiento, saber diferenciar entre una y otra cosa, y eso solo se lleva a cabo si el exponente lo hace real, comunicar las cosas de manera entendible. Las cosas inanimadas gr. ta apsucha. Sin alma o sin vida. Como la Flauta (gr. aulos). La cual no funciona sin que alguien sople, al igual que la Cítara (gr. kithara). Instrumento de cuerdas, así como la flauta lo es de viento. Si no dan distinción de las notas del gr. Phthoggos, vieja palabra (de phtheggomai) para sones musicales, vocales o instrumentales. No se puede diferenciar. No vale hablar los idiomas que sean y cuando se expresa el mensaje no se entienda.

“Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. - 14:8-9”.

Lo mismo sucede con una trompeta. El llamamiento a las armas ha de ser claro y concreto; si no, nadie se preparará para la batalla. Si el corneta se limita a ponerse en pie y tocar un largo toque monótono, nadie se moverá. Así sucede en el caso de la lengua humana. Excepto si las palabras que pronunciamos son comprensibles, nadie sabrá lo que decimos. Sería tan inútil como hablar al aire. (En el v. 9, «lengua» designa al órgano del habla, no a una lengua extranjera.) En todo esto hay una aplicación práctica, es decir, que el ministerio o la enseñanza han de ser claros y sencillos. Si es «profundo» y va más allá de la capacidad de los oyentes, no les será de provecho. Podría tener como resultado ser para una cierta gratificación del orador, pero no servirá de ayuda al pueblo de Dios. Un sonido confuso (gr. adëlon phönën). Viejo adjetivo (aoristo privativo de; dëlos, manifiesto). La corneta militar (salpigx) suena más fuerte que la flauta o la cítara. Se preparará (gr. paraskeuasetai). Futuro de indicativo en voz media directa, de paraskeuazö, viejo verbo compuesto de para, skeuë para dar entender: preparación. El toque de la trompeta de manera incierta confundiría los romanos en tales tiempos y harían caso omiso al sonido, no se prepararían. En el caso del mensaje es igual, si nadie lo entiende nadie lo recibe, y por ende nadie se preparará, por ello en el (v.9) expone claramente. Si… no dais palabra bien comprensible gr. ean më eusëmon logon döte. La palabra clave es: Eusëmon compuesta de: eu que significa bien; y de sëma, que significa señal. Alude algo: bien marcado, contrastado, claro. Da entender una buena enunciación, esta es una indicación para los predicadores. Si no se habla claramente el mensaje entonces es como si Hablaréis al aire gr. esesthe eis aera lalountes. Futuro perifrástico de indicativo de aera derön (golpear al aire) en 1 Cor 9:26. Da entender: nuestro hablar al viento. En sí es, el comunicador envía el mensaje pero el receptor no lo recibe.

“Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia – 1 Cor 14:10-12”.

Pablo pasa a otra ilustración de la verdad que ha estado exponiendo. Se refiere a las tantas clases de lenguas que hay… en el mundo. Aquí el tema es más amplio que las lenguas humanas: incluye las comunicaciones de otras criaturas. Pablo está pensando en las varias llamadas de aves y en los chillidos y gruñidos empleados por los animales. Sabemos, por ejemplo, que hay ciertas llamadas de celo, migratorias y de comida que emplean las aves. También hay ciertas voces empleadas por los animales para advertir de peligro. Pablo está sencillamente diciendo que todas estas voces tienen un significado determinado. Ninguna de ellas carece de significado. Cada una de ellas se emplea para comunicar un mensaje determinado. Esto es cierto también del lenguaje humano. Excepto si uno habla con sones articulados, nadie podrá entenderle. Igual daría que repitiese una jerigonza carente de significado. Pocas experiencias pueden ser más frustrantes que tratar de comunicarse con alguien que no comprenda el idioma de uno. A la vista de esto, los corintios deberían combinar su celo por los dones espirituales con el deseo de la edificación de la iglesia. Moffatt traduce así: «En este deseo de ir a la excelencia, haced de la edificación de la iglesia vuestro objetivo». Observemos que Pablo nunca los desalienta en su celo por los dones espirituales, sino que trata de conducirlos e instruirlos para que en el uso de estos dones alcancen las mayores metas. Los griegos tradicionalmente menospreciaban a los no griegos, llamándolos bárbaros/extranjeros, los llamaban bárbaros porque según ellos hablaban idiomas inferiores y para ellos el griego era superior, recordemos que en Corinto había divisiones y los que hablaban griego menospreciaban aquí a los que no, e incluso, los que no creían en la superioridad de los griegos dividían al mundo griego entre griegos y barbaros (p. ej. Rom 1:14), a menudo con base en la raza pero a veces con base en el idioma. Aquí sencillamente se observa que los que no pueden comunicarse inteligiblemente pueden verse el uno al otro como extranjeros (v. 11). El valor de las palabras gr. tën dunamin tës phönës alude El poder (fuerza, sentido) de la voz. Bárbaro de bar-bar. Los egipcios llamaban bárbaros a todos los que no hablaban su lengua. Los griegos siguieron la misma práctica para denotar con esta palabra a todos los que ignoraran la lengua y cultura griegas como arriba mencioné. Dividían la humanidad entre helenos y bárbaros. Cf. el término castellano beréber, de la misma raíz aludía una connotación despectiva. Aquí nos exhorta a ir más allá del concepto humano popular, o corrientes filosóficas a mantenerse enfocado en la verdad y transmitirla tal cual. 

“Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto – 1 Cor 14:13-14”. 

Si alguien habla en lenguas debería orar por poder interpretarlas. El significado podría ser orar para que alguien pueda interpretarlas. Es posible que uno que tenga el don de lenguas pueda también tener el don de interpretación, pero esto sería más la excepción que la regla. La analogía del cuerpo humano sugiere diferentes funciones para distintos miembros. Si alguien, por ejemplo, ora en lenguas en una reunión de la iglesia, su espíritu ora en el sentido de que sus sentimientos encuentran expresión, pero no en la lengua nativa comúnmente empleada. Pero su entendimiento queda sin fruto en el sentido de que no beneficia a nadie más por no entender. La congregación no sabe lo que está diciendo, tomamos la frase mi entendimiento como significando «la comprensión que los otros tienen de mí». Originalmente el texto alude: Pida en oración poder interpretarlas del gr. proseuchesthö hina diermëneuëi. Lo cual significa: mejor sería que cesara de hablar en lenguas. Ya que el entendimiento queda sin fruto (gr. ho de nous mou akarpos). Mi intelecto (nous) no consigue beneficio alguno (akarpos, sin fruto) de una oración rapsódica que alude: no puede conmover mi espíritu. El filósofo griego Filón al describir la inspiración divina decía que Dios poseía a sus profetas y anulaba sus facultades racionales durante el período inspiracional. En contraste, Pablo arremete que la inspiración profética utiliza las facultades racionales al igual que la interpretación, incluso con respecto a la glosolalia o lenguas (idiomas) inspiradas, que son las oraciones de un componente diferente, no racional, de la naturaleza humana, jamás Pablo alude que la mente sea forzada a estar inactiva, al contrario, exhorta a su buen uso. Ambas clases de adoración y ambos componentes de la naturaleza humana son importantes. En términos modernos, estos componentes de la naturaleza humana son tal vez similares a los componentes afectivos y cognoscitivos, o a la mente subconsciente y consciente. En cualquier caso, ni la pura racionalidad de algunas iglesias modernas ni el puro emocionalismo de algunas otras tradiciones le hubieran agradado a Pablo, su noción de adoración abarcaba a la persona completa no partes divisibles de ella.

“¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento -1 Cor 14:15”. 

¿Qué, pues? ¿A qué conclusión llegamos? Sencillamente, a ésta: Pablo no sólo orará con el espíritu, pero orará también de forma que sea entendido. Esto es lo que se significa por la expresión oraré también con el entendimiento. No significa que orará con su propio entendimiento, sino que orará de modo que pueda ser de ayuda para que los demás comprendan. Así cantará también con el espíritu, y también cantará de modo que sea entendido racionalmente por los demás. También con el entendimiento del gr. kai töi noi. Caso instrumental de nous. Alude claramente a favor del empleo del intelecto en la oración. La oración es un ejercicio inteligente de la mente. Cantaré también con el entendimiento gr. psalö de kai töi noï. Había canto extático como la rapsodia de algunas oraciones sin palabras inteligibles. Pero Pablo prefiere el canto que llega al intelecto además de agitar las emociones. Los solos que las personas no comprenden pierden más de la mitad de su valor en el culto eclesial. Psallö significaba originalmente pulsar o rasgar cuerdas, y luego cantar con acompañamiento (Ef. 5:19), y aquí evidentemente alude que es igual que cantar sin referencia a un instrumento que le acompañe. La adoración carismática, es decir, inspirada por el Espíritu, también era practicada por las escuelas de profetas en el AT (1 Sam 10:5, 2 Ry 3:15) transferida a la adoración en lo que llegó a ser el templo (1 Cr 25:1-5), generó muchos de los canticos del libro de los Salmos. Aunque la adoración en leguas no se practicaba en el AT, la adoración carismática en un sentido más general sí, se aclara que tal adoración no era una emocional, sino más bien una inspirada por el Espíritu para la glorificación de Dios en base a las Escrituras. Por ello Pablo trae a memoria que se debe cantar con entendimiento, basándose en lo que ya está escrito.

“Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado -1 Cor 14:16-17”. 

En el versículo 16 queda meridianamente claro que éste es el sentido correcto del pasaje. Si Pablo daba gracias con su espíritu, pero no de forma que otros le comprendiesen, ¿cómo podría decir el Amén al final alguien que no comprendía sus palabras? El que ocupa lugar de oyente sencillo significa la persona sentada entre los oyentes y que no conoce la lengua empleada por el que habla. Este versículo, de pasada, autoriza el uso inteligente del «Amén» en las reuniones públicas de la iglesia. Hablando en una lengua extranjera, uno podría estar dando verdaderamente gracias a Dios, pero el otro no es edificado si no sabe lo que se está diciendo. Porque si bendices sólo con el espíritu gr. epei ean eulogëis en pneumati. Significa que, si uno está orando y alabando a Dios (1 Cor 10:16) en una oración extática, el que no comprenda el éxtasis no sabrá cuándo decir «amén» al final de la oración. En las sinagogas los judíos usaban amenes responsivos al final de las oraciones (Neh. 5:13; 8:6; 1 Cr. 16:36; Sal. 106:48). El que ocupa el lugar de oyente sencillo gr. ho anaplërön ton topon tou idiötou. Alude a persona privada (Hch. 4:13), no diestra (2 Co2 11:6), no iniciados (indoctos) en el don de lenguas «el que no tiene ese don»). Los oficiales romanos seguían exactamente las oraciones habituales, los servicios judíos permitían más libertad. Pablo aquí expresa espontaneidad en la oración y ni siquiera objeta en el orar en otro idioma “con el espíritu de uno”, siempre y cuando se interprete. Luego de una sana interpretación del lenguaje para edificación “amén” era la respuesta judía común a una bendición con la cual se concordaba, de no recibir luz al intelecto “razón” sería imposible afirmar lo mismo.



Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida -1 Cor 14:18-19”.

El apóstol tenía evidentemente la capacidad de hablar más lenguas extranjeras que todos ellos. Sabemos que Pablo hablaba varias lenguas, pero aquí la referencia es indudablemente al don de lenguas. A pesar de esta capacidad lingüística superior, Pablo dice que prefiere hablar cinco palabras con su entendimiento, es decir, para poder ser entendido, que diez mil palabras en lenguas extranjeras. No estaba interesado en absoluto en usar este don para su propia exhibición. Su principal objetivo era ayudar al pueblo de Dios. Por ello, decidió que cuando hablase, lo haría de tal manera que los demás le comprendiesen. La expresión mi entendimiento se conoce como un «genitivo objetivo». No se refiere a lo que yo mismo entiendo, sino a lo que otros entienden cuando hablo. El contexto aquí tiene que ver no con el propio entendimiento de Pablo de lo que él mismo hablaba en lenguas, sino con el entendimiento que los otros tuviesen de lo que él decía. No es de creer que Pablo diera gracias a Dios por estar más abundantemente dotado del don de lenguas, si dicho don hubiera consistido en la capacidad de hablar en palabras que él mismo no entendía, y cuyo uso, según tal suposición, no podía beneficiarle a él ni a los demás. Es igualmente evidente en este versículo que hablar en lenguas no era hablar en un estado de inconsciencia mental. La doctrina tradicional respecto a la naturaleza de este don es la única que armoniza con este pasaje. Pablo dice que aunque pudiera hablar en lenguas extranjeras más que los corintios, antes hablaría cinco palabras con entendimiento, es decir, de modo inteligible, que diez mil palabras en lengua desconocida. En la iglesia, o sea, en la asamblea o reunión. Para que enseñe también a otros (katëcheö, que significa instruir oralmente, Gál 6:6). Esto demuestra lo que se significa hablar con entendimiento. Es hablar de tal manera que se comunique instrucción. En las sinagogas los que oraban no siempre podían hacer públicamente lo que hacían en privado, Pablo de igual manera distingue entre las prácticas privadas y públicas de hablar en otros idiomas. Para los griegos el número diez mil era el más grande, con esto Pablo da entender que puede tener la mejor lingüística posible de cualquier idioma y es mejor hablar en el idioma conocido y de manera entendible para que otros puedan crecer en la verdad. 

Concluyo con esto, jamás el Espíritu convencerá a una persona que no entiende lo que oye, por eso es necesario comunicar correctamente la verdad para que ésta tenga el efecto deseado por Dios, arrepentimiento, rendición y edificación en su Palabra. Con esta exegesis queda claro que el comunicado común de las lenguas no es un idioma angélico sobrenatural dado por el Espíritu, es más bien la facultad de hablar otros idiomas. Y debe ser todo en edificación al entendimiento.

Gracia y paz en Cristo Jesús Señor nuestro.

- Dr. Félix Muñoz

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