“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” - Romanos 10:9-10 (RVR).
El movimiento “palabra de fe” incluyendo sin número de creyentes de movimientos sensacionalistas muy mal informados, utilizan este verso para ilustrar el poder de la confesión positiva. ¿Qué realidad hay tras ese argumento? ¿es bíblica la aplicación que muchos le dan para apoyar sus teorías sobre el poder de su confesión? Veamos.
La aceptación de la encarnación de Cristo y que Él es el mismo Dios del Antiguo Testamento, en conjunto de la verdad de Su resurrección, con todo lo que está involucrado en ella. Es una clave importante, ya que la resurrección de Cristo es una prueba de que Él había consumado la obra y que el Padre estaba satisfecho. La palabra corazón del gr. “kardia” habla sobre los sentimientos, los cuales involucran la facultad del pensamiento, es lo que impulsa la vida humana, es decir, el motor de las acciones, el asiento de los deseos y afectos personales. Esta aceptación tare consigo estar de acuerdo y conformado con aquello que le trae agrado al Padre. Creer esto con el corazón significa colocar las capacidades mentales, emocionales y la facultad de voluntad en ello, es decir, emplear todo el ser y lo que lo compone en las evidencias divinas. Eso trae por resultado confesar que Jesús es el Señor, a causa de creer con el corazón que Dios está satisfecho al resucitarle. La confesión verbal es el resultado de una apropiación personal en el corazón de la Persona y obra de Jesucristo. La palabra confieza del gr. “jamoulogeo” significa asentir, profesar, eso es estar acorde con algo o alguien. Es un compuesto de “jomou” que significa juntamente y de “logos” que es palabra, esto se comprende que es hablar la misma cosa que alguien. En este caso se entiende que es la recepción de la justicia divina y la expresión de la misma para que otros participen de ella. En Cambio la justicia del gr. “dikaiosune” es equidad, hacer lo recto, esto es de caracter interno, alude una conducta adecuada como el motror de la piedad.
La base de dicha apropiación personal es el corazón, se da a entender que con él se cree para justicia, eso va mucho más allá de asentimiento emocioanal, es una aceptación con todo el ser inmaterial de manera inteligente. El resultado de la recepción de la salvación causado por la apropiación interna de todo el ser en su área inmaterial (corazón) produce una confesión verbal, por lo tanto creer resulta confesar, las palabras están sujetas al pensamiento no estas sujetan el pensamiento, estas son acciones simultáneas, una interna (corazón) otra externa (confesión). El verso presenta un paralelismo propio en la literatura del Antiguo Testamento, hay dos cláusulas que permanecen juntas en la misma interpretación, de manera que aquello que se cree debe ser confesado y forman así una unidad. Es comprensible que la exposición aquí presentada está basada en el texto antiguo donde se afirma que la boca y el corazón son los ingredientes adecuados para comunicar la fe[1]. El corazón es mencionado como esa parte inmaterial la cual goza de la facultad intelectual y es el asiento de las emociones y sentimientos, por el cual se es impulsado a ejecutar las acciones. Todo ser humano participa de ello.
Es normal y de carácter natural que se suscite el interrogante ¿por qué viene primero la confesión en (v.9), y sigue la creencia, mientras que en (v.10) la creencia viene primero, y luego la confesión?. No es difícil la respuesta. En el (v.9) el énfasis recae en la Encarnación y en la Resurrección de Cristo, y esas doctrinas son mencionadas en su orden histórico. Nótese que se presenta La Encarnación primero —Jesús es Señor—. Y la resurrección después —Dios le resucitó de entre los muertos—. Mientras que en el (v.10) el énfasis recae sobre el orden de los acontecimientos en lo que respecta a la salvación de un pecador. Primero, cree, y luego hace una pública confesión de su salvación. Para conluír, se entiende que la errada aplicación de los principios de hermeneútica ha florecido una interpretación humanista, con todo el contenido tanto histórico, léxico como cultural de las Escrituras se entiende que la interpretación dada para el poder de la lengua como un componente dominante sobre los asuntos deseados queda invalidado. La confeción es el producto de la salvación, no la salvación de la confesión. De se correcta la inclinación de tales, entonces Dios estaría sujeto al hombre y no el hombre a Dios. ¿Tiene poder la lengua? la respuesta es NO.
- Dr. Félix Muñoz
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Notas:
[1] Deuteronomio 30:14.
