La exposición inteligible:
¿Qué son las lenguas angélicas?
Por: Félix Muñoz (Th.D).
Muchos creyentes bien intencionados
pero mal informados toman el verso de 1 Corintios 13:1 para reafirmar sus
conceptos aprendidos y dar a entender que existen lenguas angélicales y
espirituales, y a su vez, lo confirman con el siguiente capítulo (1 Cor. Cap.
14). El texto dice: para reafirmar sus conceptos aprendidos y dar a entender
que existen lenguas angélicales y espirituales, y a su vez, lo confirman con el
siguiente capítulo (1 Cor. Cap. 14). El texto dice: “Si yo hablase lenguas
humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo
que retiñe” ¿Es eso lo que realmente afirma estos dos capítulos de la epístola
Paulina?
Si observamos cuidadosamente el verso 1
de 1 Corintios 13, hay un juego de palabras, las palabras “lenguas”... humanas
o angélicas” han sido muy malinterpretadas, por lo tanto es necesario
analizarlas para comprender por qué muchos descontextualizan el Cap. 14
creyendo en supuestas lenguas espirituales. La primera “lenguas” del gr.
“glossa” es lenguaje, idioma, en este caso claramente son las humanas “antrhopos”
mencionadas en el verso, ahora viene lo que es un problema para muchos, “y
angélicas”, Pablo no está afirmando que él u otros seres humanos contaban con
la facultad divina de hablar un lenguaje angélical o espiritual, esto
verdaderamente es un término hipotético general, ya que en esos tiempos la
creencia popular y los ritos paganos pensaban que los ángeles tenían un idioma
especial para comunicarse entre los dioses y los hombres, incluso los judíos
creían que los ángeles comprendían el idioma humano pero el humano no el de
ellos, y según las practicas pagánas, hacían ruidos exagedaros sin sentido
(como muchos círculos cristianos carismáticos modernos) pensando que serían
esuchados por los ángeles para que de esa forma los seres angélicos comunicaran
a los dioses sus acciones y les prestaran atención.
Entonces, al observar el contexto
cultural de esa época, entendemos que Pablo hace uso de esa creencia con un
tono exajerado para decirle así a los Contintios, Entonces, al observar el
contexto cultural de esa época, entendemos que Pablo hace uso de esa creencia
con un tono exajerado para decirle así a los Contintios, “Si yo llegase hablar
todos los idiomas humanos, incluso, hasta el idioma que ustedes creen que los
angeles hablan, y no tengo amor, de nada sirve ese alboroto, ya que viene a ser
hueco, vacío” Pablo habló con ese tono exagerado ya que ellos tenían el
concepto del lenguaje angélical como uno muy elevado, entonces, la idea Paulina
es usar lo que ellos creían como algo divinamente elevado era para darles a
entender que sin amor de nada les sirve, ya que estaban haciendo mal uso de sus
dones espirituales, nunca alude a un supuesto idioma o lenjuage angélical
existente. Comprendiendo esto, lograremos entender porque muchos
descontextualizan el siguiente capítulo, el cual analizaremos a continuación.
Leer: 1 Corintios 14:1-19
Para poder comprender el estudio
debemos primeramente analizar cuál era el contexto de Corinto tanto,
históricamente como literariamente. El propósito de la carta era ofrecer
soluciones a los problemas en la iglesia y enseñar a los creyentes como vivir
para Cristo en medio de la corrupción. Fue escrita alrededor del 55 d. C. casi
al final de los tres años y medio de ministerio de Pablo en Éfeso en su tercer
viaje misionero. Corinto era una gran ciudad cosmopolita que contaba con un
puerto y la cual era un centro comercial principal. Era la ciudad más
importante de Acaya. También estaba llena de idolatría e inmoralidad, en la
cual le rendían culto a la diosa pagana Afrodita (diosa del placer sexual) la
cual en su templo en la colina alta a la vista desde el mar había más de mil
prostitutas religiosas para rendir culto en conjunto de los adoradores a la
misma, con acciones inmorales sexuales.
En la iglesia de Corinto había varios
problemas:
1) Divisiones:
a. Por el malentendido de la cruz de
Cristo y sus exponentes.
b. Por el malentendido del ministerio
revelador del Espíritu.
Las consecuencias impedían el
crecimiento espiritual maduro. Y perdían la realidad de las recompensas
divinas.
2) Desordenes morales:
a. Incesto.
b. Litigios ante los tribunales paganos.
c. Laxitud moral.
3) Discusiones matrimoniales:
a. Acerca del matrimonio y celibato.
b. Acerca del matrimonio y el divorcio.
c. El matrimonio y el servicio.
d. El matrimonio y nuevas nupcias.
4) Manjares ofrecidos a ídolos:
a. Dudas acerca si comer o no lo
ofrecido a ídolos paganos.
b. Derechos y restricciones.
5) Problemas de ego:
a. Se engrandecían a sí mismos.
b. Restricciones a practicar fiestas
paganas dedicadas a ídolos.
c. No buscaban glorificar a Dios y el
bien del prójimo.
6) Discusiones acerca del culto
público:
a. El velo de las mujeres.
b. La cena del Señor/en los ágapes
hacían divisiones sociales.
c. El mal uso de los dones
espirituales.
Aquí entramos en el mayor problema: la
falta de la supremacía del amor divino suplantado por los dones en arrogancia
egoísta.
Mientras que los dones del Espíritu son
parciales y temporales, el fruto del Espíritu es eterno y más excelente. Si
practicamos el amor, esto nos protegerá del mal uso de los dones y de las
contiendas y divisiones que han surgido como resultado de su abuso.
Debido a que lo dones tales como
“profecía son dados por el Espíritu de Dios” el trasfondo cultural es menos
importaste aquí que en otras partes de la carta a los Corintos. Pero puede
ayudar al lector moderno apreciar como los primeros lectores pueden haber visto
el funcionamiento de algunos dones en su cultura. Aunque pablo claramente no
está opuesto a que se hable en lenguas (14:5, v.18), recalca que el valor de
los dones debe ser su utilidad en un ambiente dado, el hablar inteligible
aprovecha a otros en la adoración pública, mientras que el hablar en forma
ininteligible, por más inspirado que sea, es provechoso solo privadamente o si
se interpreta. Ni el sombrío ritual romano y la celebración extática griega es
la regla de la espiritualidad, el interés por los otros lo es, como se menciona
en el contexto inmediato (Cap. 13 arriba mencionado). El término para “lenguas”
normalmente significa sencillamente “idiomas” pero aquí es claro que la persona
inspirada para orar en secretos otros idiomas no sabe los idiomas, como en
Hechos, el don presupone una capacitación lingüística sobrenatural dada por el
fundador de las lenguas (Gén 11:1-9).
“Seguid el amor; y procurad los dones
espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas
no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el
Espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para
edificación, exhortación y consolación – 1 Cor 14:1-3”.
Es evidente la conexión con el capítulo
anterior (1 Cor 13). Los cristianos deberían procurar alcanzar el amor, y esto
significará que siempre estarán tratando de servir a otros. Deberían también
con fervor desear los dones espirituales para su asamblea. Aunque es cierto que
los dones son distribuidos por el Espíritu como Él desea, también lo es que
podemos pedir dones que serán del mayor valor en la comunión local. Así sugiere
Pablo que el don de profecía es eminentemente deseable. Y prosigue explicando
por qué la profecía (enseñanza bíblica), por ejemplo, es de mayor beneficio que
las lenguas (idiomas). El que habla en lenguas sin interpretación no está
hablando para beneficio de la congregación. Dios como creador de los diferentes
idiomas comprende lo que está diciendo, pero la gente no, porque es para ellos
una lengua extraña. Podría estar exponiendo verdades maravillosas hasta ahora
desconocidas, pero no les hace bien porque es todo ininteligible. El que
profetiza, en cambio, edifica a los demás, los exhorta y consuela. La
explicación de ello es que está hablando en el lenguaje de la gente; esto es lo
que marca la diferencia. Cuando Pablo dice que el profeta edifica, mueve y
aplica vendajes, no está dando una definición. Está sencillamente diciendo que
estos resultados seguirán cuando el mensaje sea dado en una lengua que la gente
conozca.
Histórico-culturalmente en el AT la
“profecía” también servía para las funciones que Pablo menciona “edificación y
destrucción” p. ej. (Jer 1:10) donde la palabra de Dios derroca y restaura, en
la “exhortación” incluye reprensión, y casi todos los profetas del AT, sin que
importara cuán enfocado fuera el juicio, incluían un mensaje de consolación y
esperanza. Léxico sintácticamente, Seguid pues el amor del gr. diökete tën
agapën. Como en una verdadera caza. Pablo vuelve a la idea en 1 Cor 12:31 (el
mismo empleo de zëloute) y demuestra la superioridad de la profecía respecto a
los otros dones espirituales, sin contar la fe, la esperanza y el amor de 1 Cor
13:13. Especialmente que profeticéis del gr. mallon de hina prophëteuëte. Un
objetivo distinto a la vista, como en el versículo 5. Un antiguo verbo de
prophëtës, común en el N.T. Presente de subjuntivo, «que podáis proseguir
profetizando». Sigue en relación a ello que, Pues nadie le entiende del gr.
oudeis gar akouei. Literalmente, nadie oye, consigue comprender, comprende el
sentido. El verbo akouö se emplea tanto de oír el sonido solo como de recibir
la idea expresada por él (cf. Hch. 9:7; 22:9). Misterios gr. mustëria.
Misterios inexplicados (1 Co. 2:7), para la persona que no comprende tal
lenguaje le será un misterio más, algo oculto. Por ello alude que todo debe ser
para Edificación gr. oikodomën, y Exhortación gr. paraklësin. Aliento, llamar
al lado de uno.
Por tal razón debe ser inteligentemente
entendible el mensaje expuesto, que edifique, exhorte y traiga consigo
Consolación gr. paramuthian. Una antigua palabra (de muthos, paramutheomai, 1
Tes 2:12), una palabra estimuladora), en ningún otro lugar del N.T. se trae
como aquí, aunque sí aparece paramuthion en Filip 2:1, junto con paraklësis,
como aquí. La consecuencia benigna de la exhortación y consolación siempre será
la Edificación, literalmente el aliento, incentivo, en estas palabras. Por tal
razón debe ser todo de manera entendible, ya que nadie podrá ser reprendido por
una falta (exhortado) y restaurado por sus faltas (consolado) sin el pleno
entendimiento de la expresión verbal, cuando afirma el texto (v.2) Porque el
que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le
entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. Afirma que solo Dios entiende
su lengua, ya que es el creador de la misma y no la audiencia. La versión NTV
lo expone de una forma más clara para aquellos que no gozan de ciertos
documentos y dice: Pues, si alguien tiene la capacidad de hablar en lenguas, le
hablará solamente a Dios, dado que la gente no podrá entenderle. Hablará por el
poder del Espíritu, pero todo será un misterio. El don de lenguas (idiomas) fue
motivo de preocupación en la iglesia de Corinto porque su mal uso causaba
desorden en la adoración. Hablar en lenguas es un don dado en tales tiempos por
el Espíritu, pero los creyentes corintos lo usaban como signo de superioridad
espiritual en vez de como un medio para alcanzar la unidad, por ello en el
contexto inmediato habla de la supremacía del amor divino sobre todo don. Pablo
da entender que los dones son de beneficio solo cuando se usan apropiadamente
para ayudar a todos en la Iglesia. No para hacernos sentir bien a nosotros
mismos.
Aquí, es preciso hacer una observación.
En tres eventos históricos (Hch 2:4, 6, 8, 10:46, 19:6), el hablar en lenguas
se refiere a dialectos, haciendo uso del gr. heterai, los cuales no eran
conocidos por el que lo hablaba. También en Mr 16:17, 1 Cor 12:10, 20, 28,
13:1, 8, 14:5-6, 18, 22 se hace uso del gr. glossai, se hace referencia a
idiomas étnicos. Cuando la palabra lengua se usa en singular del gr. glossa
como en 1 Cor 14:2, 4, 13, 19, 26-27, se refiere a la expresión extasiada de
los corintos. En 1 Cor 14:9 se refiere a la lengua física del hombre, y en
14:23 habla en plural como un pronombre plural para las expresiones extasiadas
de los corintos. La enseñanza del apóstol es que aquel que habla en lengua
(idiomas) se edifica a sí mismo, sin embargo, estando en la presencia de otras
personas, si hubiera quien las interprete, ellas también serán edificadas.
“El que habla en lengua extraña, a sí
mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que,
quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis;
porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las
interprete para que la iglesia reciba edificación - 1 Cor 14:4-5”.
El versículo 14 se emplea comúnmente
para justificar el uso privado de las lenguas para la propia edificación. Pero
el hecho de que la palabra «iglesia» se encuentra nueve veces en este capítulo
(vv. 4, 5, 12, 23, 28, 33, 34, 35) ofrece una evidencia bien convincente de que
Pablo no está tratando acerca de la vida devocional de un creyente en la
intimidad de su habitación, sino acerca del empleo de las lenguas (idiomas) en
la iglesia local. El contexto muestra que, lejos de abogar por el uso de las
lenguas para la propia edificación, el apóstol condena todo empleo del don en
la iglesia que no tenga como resultado ayudar a otros. El amor piensa en los
demás, no en uno mismo. Si el don de las lenguas (idiomas) se emplea con amor,
beneficiará a otros y no sólo a uno mismo. El que profetiza, edifica a la
iglesia. No está exhibiendo este don para su ventaja personal, sino que habla
de manera constructiva en un lenguaje que la congregación puede comprender.
Histórico-culturalmente. Pablo no menosprecia el don de lenguas; se da cuenta
de que es un don del Espíritu Santo. No podría ni querría menospreciar nada que
venga del Espíritu. Cuando dice: Querría que todos vosotros hablaseis en
lenguas, está renunciando a todo deseo egoísta de limitar este don a sí mismo y
a unos pocos favorecidos. Su deseo es similar al expresado por Moisés: «¡Ojalá
todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y Jehová pusiera su espíritu sobre
ellos!» (Nm. 11:29b). Pero al decir esto, Pablo sabía que no es la voluntad de
Dios que todos los creyentes tuviesen un mismo don (véase 12:29–30). Él querría
más que los corintios profetizasen, porque con ello se edificarían mutuamente,
mientras que cuando hablasen en lenguas sin interpretación, sus oyentes no
comprenderían, y por ello no resultarían beneficiados. Pablo prefería la
edificación a la exhibición. «Lo que asombra es mucho menos importante que lo
que edifica», como dice Kelly. La expresión a no ser que las interprete podría
significar «a no ser que el que hable en lenguas interprete», o «a no ser que
alguien interprete». Histórico-culturalmente el deseo de Pablo es que todos
puedan profetizar (hablar las Escrituras) es lo más realista, Dios prometió
capacitar a todo su pueblo para profetizar una vez que el tiempo del fin
(inaugurado por Jesucristo según el NT) haya llegado (Jl 2:28). Si las lenguas
se interpretaban, podía también servir como forma de discurso útil para la
iglesia. Léxico-sintácticamente. La iglesia del gr. ekklësian. Sin artículo,
literalmente «una iglesia» (uso local). No hë ekklësia, habla del mismo
corinto. En relación al don, A no ser que las interprete gr. ektos ei më
diermëneuëi. Combinación pleonástica de ektos (excepto) y ei më (si no, a no
ser que) como en 1 Tim 5:19. Para el uso de ei con el subjuntivo en lugar de
ean Segundo aoristo (ingresivo) de subjuntivo, voz activa, de lambanö, reciba
edificación. Si no hay algún interprete de tal idioma no es funcional el don.
“Ahora pues, hermanos, si yo voy a
vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación,
o con ciencia, o con profecía, o con doctrina? Ciertamente las cosas inanimadas
que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de
voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara? – 1 Cor
14:6-7”.
Incluso si el mismo Pablo llegaba a
Corinto hablando en lenguas, no les serviría de provecho excepto si podían
comprender lo que les decía como revelación y ciencia, o profecía y enseñanza.
Los comentaristas están de acuerdo en que revelación y conocimiento tienen que
ver con la recepción interior, mientras que la profecía y la enseñanza tienen
que ver con la transmisión de lo mismo. El argumento de Pablo en este versículo
es que para que sea de provecho para la iglesia, el mensaje ha de ser
comprendido. Pasa a demostrar esto en los siguientes versículos los cuales
analizaremos más adelante. Primero, emplea la ilustración de los instrumentos
musicales. Excepto si una flauta o cítara hace una distinción de notas, nadie
sabrá lo que se está tocando o tañendo. La misma idea de gozar de la música
incluye el pensamiento de la distinción entre notas, un ritmo determinado y una
cierta claridad. Cuando Pablo expresa “lengua” del gr. glossa alude: idioma,
lenguaje, en especial uno adquirido no normalmente. La inteligibilidad es la
clave para edificar a otros. Pablo menciona aquí dos instrumentos musicales
principales de la antigüedad: “la flauta” instrumento de viento que sonaba como
el oboe y con frecuencia tenía dos tubos unidos a la boquilla, era común en la
música religiosa y emotiva, el “arpa”, instrumento de cuerdas, se consideraba
más armonioso y con frecuencia acompañaba al canto. Hace un contraste entre
ambos instrumentos para dar entender el ejercicio del discernimiento, saber
diferenciar entre una y otra cosa, y eso solo se lleva a cabo si el exponente
lo hace real, comunicar las cosas de manera entendible. Las cosas inanimadas
gr. ta apsucha. Sin alma o sin vida. Como la Flauta (gr. aulos). La cual no
funciona sin que alguien sople, al igual que la Cítara (gr. kithara).
Instrumento de cuerdas, así como la flauta lo es de viento. Si no dan
distinción de las notas del gr. Phthoggos, vieja palabra (de phtheggomai) para
sones musicales, vocales o instrumentales. No se puede diferenciar. No vale
hablar los idiomas que sean y cuando se expresa el mensaje no se entienda.
“Y si la trompeta diere sonido
incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, si por la
lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís?
Porque hablaréis al aire. - 14:8-9”.
Lo mismo sucede con una trompeta. El
llamamiento a las armas ha de ser claro y concreto; si no, nadie se preparará
para la batalla. Si el corneta se limita a ponerse en pie y tocar un largo
toque monótono, nadie se moverá. Así sucede en el caso de la lengua humana.
Excepto si las palabras que pronunciamos son comprensibles, nadie sabrá lo que
decimos. Sería tan inútil como hablar al aire. (En el v. 9, «lengua» designa al
órgano del habla, no a una lengua extranjera.) En todo esto hay una aplicación
práctica, es decir, que el ministerio o la enseñanza han de ser claros y
sencillos. Si es «profundo» y va más allá de la capacidad de los oyentes, no
les será de provecho. Podría tener como resultado ser para una cierta gratificación
del orador, pero no servirá de ayuda al pueblo de Dios. Un sonido confuso (gr.
adëlon phönën). Viejo adjetivo (aoristo privativo de; dëlos, manifiesto). La
corneta militar (salpigx) suena más fuerte que la flauta o la cítara. Se
preparará (gr. paraskeuasetai). Futuro de indicativo en voz media directa, de
paraskeuazö, viejo verbo compuesto de para, skeuë para dar entender:
preparación. El toque de la trompeta de manera incierta confundiría los romanos
en tales tiempos y harían caso omiso al sonido, no se prepararían. En el caso
del mensaje es igual, si nadie lo entiende nadie lo recibe, y por ende nadie se
preparará, por ello en el (v.9) expone claramente. Si… no dais palabra bien
comprensible gr. ean më eusëmon logon döte. La palabra clave es: Eusëmon compuesta
de: eu que significa bien; y de sëma, que significa señal. Alude algo: bien
marcado, contrastado, claro. Da entender una buena enunciación, esta es una
indicación para los predicadores. Si no se habla claramente el mensaje entonces
es como si Hablaréis al aire gr. esesthe eis aera lalountes. Futuro
perifrástico de indicativo de aera derön (golpear al aire) en 1 Cor 9:26. Da
entender: nuestro hablar al viento. En sí es, el comunicador envía el mensaje
pero el receptor no lo recibe.
“Tantas clases de idiomas hay,
seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo
ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el
que habla será como extranjero para mí. Así también vosotros; pues que anheláis
dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia –
1 Cor 14:10-12”.
Pablo pasa a otra ilustración de la
verdad que ha estado exponiendo. Se refiere a las tantas clases de lenguas que
hay… en el mundo. Aquí el tema es más amplio que las lenguas humanas: incluye
las comunicaciones de otras criaturas. Pablo está pensando en las varias
llamadas de aves y en los chillidos y gruñidos empleados por los animales.
Sabemos, por ejemplo, que hay ciertas llamadas de celo, migratorias y de comida
que emplean las aves. También hay ciertas voces empleadas por los animales para
advertir de peligro. Pablo está sencillamente diciendo que todas estas voces
tienen un significado determinado. Ninguna de ellas carece de significado. Cada
una de ellas se emplea para comunicar un mensaje determinado. Esto es cierto
también del lenguaje humano. Excepto si uno habla con sones articulados, nadie
podrá entenderle. Igual daría que repitiese una jerigonza carente de
significado. Pocas experiencias pueden ser más frustrantes que tratar de
comunicarse con alguien que no comprenda el idioma de uno. A la vista de esto,
los corintios deberían combinar su celo por los dones espirituales con el deseo
de la edificación de la iglesia. Moffatt traduce así: «En este deseo de ir a la
excelencia, haced de la edificación de la iglesia vuestro objetivo». Observemos
que Pablo nunca los desalienta en su celo por los dones espirituales, sino que
trata de conducirlos e instruirlos para que en el uso de estos dones alcancen
las mayores metas. Los griegos tradicionalmente menospreciaban a los no
griegos, llamándolos bárbaros/extranjeros, los llamaban bárbaros porque según
ellos hablaban idiomas inferiores y para ellos el griego era superior,
recordemos que en Corinto había divisiones y los que hablaban griego
menospreciaban aquí a los que no, e incluso, los que no creían en la
superioridad de los griegos dividían al mundo griego entre griegos y barbaros
(p. ej. Rom 1:14), a menudo con base en la raza pero a veces con base en el
idioma. Aquí sencillamente se observa que los que no pueden comunicarse
inteligiblemente pueden verse el uno al otro como extranjeros (v. 11). El valor
de las palabras gr. tën dunamin tës phönës alude El poder (fuerza, sentido) de
la voz. Bárbaro de bar-bar. Los egipcios llamaban bárbaros a todos los que no
hablaban su lengua. Los griegos siguieron la misma práctica para denotar con
esta palabra a todos los que ignoraran la lengua y cultura griegas como arriba
mencioné. Dividían la humanidad entre helenos y bárbaros. Cf. el término
castellano beréber, de la misma raíz aludía una connotación despectiva. Aquí
nos exhorta a ir más allá del concepto humano popular, o corrientes filosóficas
a mantenerse enfocado en la verdad y transmitirla tal cual.
“Por lo cual, el que habla en lengua
extraña, pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en lengua
desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto – 1 Cor
14:13-14”.
Si alguien habla en lenguas debería
orar por poder interpretarlas. El significado podría ser orar para que alguien
pueda interpretarlas. Es posible que uno que tenga el don de lenguas pueda
también tener el don de interpretación, pero esto sería más la excepción que la
regla. La analogía del cuerpo humano sugiere diferentes funciones para
distintos miembros. Si alguien, por ejemplo, ora en lenguas en una reunión de
la iglesia, su espíritu ora en el sentido de que sus sentimientos encuentran
expresión, pero no en la lengua nativa comúnmente empleada. Pero su
entendimiento queda sin fruto en el sentido de que no beneficia a nadie más por
no entender. La congregación no sabe lo que está diciendo, tomamos la frase mi
entendimiento como significando «la comprensión que los otros tienen de mí».
Originalmente el texto alude: Pida en oración poder interpretarlas del gr.
proseuchesthö hina diermëneuëi. Lo cual significa: mejor sería que cesara de
hablar en lenguas. Ya que el entendimiento queda sin fruto (gr. ho de nous mou
akarpos). Mi intelecto (nous) no consigue beneficio alguno (akarpos, sin fruto)
de una oración rapsódica que alude: no puede conmover mi espíritu. El filósofo
griego Filón al describir la inspiración divina decía que Dios poseía a sus
profetas y anulaba sus facultades racionales durante el período inspiracional.
En contraste, Pablo arremete que la inspiración profética utiliza las
facultades racionales al igual que la interpretación, incluso con respecto a la
glosolalia o lenguas (idiomas) inspiradas, que son las oraciones de un
componente diferente, no racional, de la naturaleza humana, jamás Pablo alude
que la mente sea forzada a estar inactiva, al contrario, exhorta a su buen uso.
Ambas clases de adoración y ambos componentes de la naturaleza humana son
importantes. En términos modernos, estos componentes de la naturaleza humana
son tal vez similares a los componentes afectivos y cognoscitivos, o a la mente
subconsciente y consciente. En cualquier caso, ni la pura racionalidad de
algunas iglesias modernas ni el puro emocionalismo de algunas otras tradiciones
le hubieran agradado a Pablo, su noción de adoración abarcaba a la persona
completa no partes divisibles de ella.
“¿Qué, pues? Oraré con el espíritu,
pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré
también con el entendimiento -1 Cor 14:15”.
¿Qué, pues? ¿A qué conclusión llegamos?
Sencillamente, a ésta: Pablo no sólo orará con el espíritu, pero orará también
de forma que sea entendido. Esto es lo que se significa por la expresión oraré
también con el entendimiento. No significa que orará con su propio
entendimiento, sino que orará de modo que pueda ser de ayuda para que los demás
comprendan. Así cantará también con el espíritu, y también cantará de modo que
sea entendido racionalmente por los demás. También con el entendimiento del gr.
kai töi noi. Caso instrumental de nous. Alude claramente a favor del empleo del
intelecto en la oración. La oración es un ejercicio inteligente de la mente.
Cantaré también con el entendimiento gr. psalö de kai töi noï. Había canto
extático como la rapsodia de algunas oraciones sin palabras inteligibles. Pero
Pablo prefiere el canto que llega al intelecto además de agitar las emociones.
Los solos que las personas no comprenden pierden más de la mitad de su valor en
el culto eclesial. Psallö significaba originalmente pulsar o rasgar cuerdas, y
luego cantar con acompañamiento (Ef. 5:19), y aquí evidentemente alude que es
igual que cantar sin referencia a un instrumento que le acompañe. La adoración
carismática, es decir, inspirada por el Espíritu, también era practicada por
las escuelas de profetas en el AT (1 Sam 10:5, 2 Ry 3:15) transferida a la
adoración en lo que llegó a ser el templo (1 Cr 25:1-5), generó muchos de los
canticos del libro de los Salmos. Aunque la adoración en leguas no se
practicaba en el AT, la adoración carismática en un sentido más general sí, se
aclara que tal adoración no era una emocional, sino más bien una inspirada por
el Espíritu para la glorificación de Dios en base a las Escrituras. Por ello
Pablo trae a memoria que se debe cantar con entendimiento, basándose en lo que
ya está escrito.
“Porque si bendices sólo con el
espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción
de gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das
gracias; pero el otro no es edificado -1 Cor 14:16-17”.
En el versículo 16 queda meridianamente
claro que éste es el sentido correcto del pasaje. Si Pablo daba gracias con su
espíritu, pero no de forma que otros le comprendiesen, ¿cómo podría decir el
Amén al final alguien que no comprendía sus palabras? El que ocupa lugar de
oyente sencillo significa la persona sentada entre los oyentes y que no conoce
la lengua empleada por el que habla. Este versículo, de pasada, autoriza el uso
inteligente del «Amén» en las reuniones públicas de la iglesia. Hablando en una
lengua extranjera, uno podría estar dando verdaderamente gracias a Dios, pero
el otro no es edificado si no sabe lo que se está diciendo. Porque si bendices
sólo con el espíritu gr. epei ean eulogëis en pneumati. Significa que, si uno
está orando y alabando a Dios (1 Cor 10:16) en una oración extática, el que no
comprenda el éxtasis no sabrá cuándo decir «amén» al final de la oración. En
las sinagogas los judíos usaban amenes responsivos al final de las oraciones
(Neh. 5:13; 8:6; 1 Cr. 16:36; Sal. 106:48). El que ocupa el lugar de oyente
sencillo gr. ho anaplërön ton topon tou idiötou. Alude a persona privada (Hch.
4:13), no diestra (2 Co2 11:6), no iniciados (indoctos) en el don de lenguas
«el que no tiene ese don»). Los oficiales romanos seguían exactamente las oraciones
habituales, los servicios judíos permitían más libertad. Pablo aquí expresa
espontaneidad en la oración y ni siquiera objeta en el orar en otro idioma “con
el espíritu de uno”, siempre y cuando se interprete. Luego de una sana
interpretación del lenguaje para edificación “amén” era la respuesta judía
común a una bendición con la cual se concordaba, de no recibir luz al intelecto
“razón” sería imposible afirmar lo mismo.
Doy gracias a Dios que hablo en lenguas
más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con
mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua
desconocida -1 Cor 14:18-19”.
El apóstol tenía evidentemente la
capacidad de hablar más lenguas extranjeras que todos ellos. Sabemos que Pablo
hablaba varias lenguas, pero aquí la referencia es indudablemente al don de
lenguas. A pesar de esta capacidad lingüística superior, Pablo dice que
prefiere hablar cinco palabras con su entendimiento, es decir, para poder ser
entendido, que diez mil palabras en lenguas extranjeras. No estaba interesado
en absoluto en usar este don para su propia exhibición. Su principal objetivo
era ayudar al pueblo de Dios. Por ello, decidió que cuando hablase, lo haría de
tal manera que los demás le comprendiesen. La expresión mi entendimiento se
conoce como un «genitivo objetivo». No se refiere a lo que yo mismo entiendo,
sino a lo que otros entienden cuando hablo. El contexto aquí tiene que ver no
con el propio entendimiento de Pablo de lo que él mismo hablaba en lenguas,
sino con el entendimiento que los otros tuviesen de lo que él decía. No es de
creer que Pablo diera gracias a Dios por estar más abundantemente dotado del
don de lenguas, si dicho don hubiera consistido en la capacidad de hablar en
palabras que él mismo no entendía, y cuyo uso, según tal suposición, no podía
beneficiarle a él ni a los demás. Es igualmente evidente en este versículo que
hablar en lenguas no era hablar en un estado de inconsciencia mental. La
doctrina tradicional respecto a la naturaleza de este don es la única que
armoniza con este pasaje. Pablo dice que aunque pudiera hablar en lenguas
extranjeras más que los corintios, antes hablaría cinco palabras con
entendimiento, es decir, de modo inteligible, que diez mil palabras en lengua
desconocida. En la iglesia, o sea, en la asamblea o reunión. Para que enseñe
también a otros (katëcheö, que significa instruir oralmente, Gál 6:6). Esto
demuestra lo que se significa hablar con entendimiento. Es hablar de tal manera
que se comunique instrucción. En las sinagogas los que oraban no siempre podían
hacer públicamente lo que hacían en privado, Pablo de igual manera distingue
entre las prácticas privadas y públicas de hablar en otros idiomas. Para los
griegos el número diez mil era el más grande, con esto Pablo da entender que
puede tener la mejor lingüística posible de cualquier idioma y es mejor hablar
en el idioma conocido y de manera entendible para que otros puedan crecer en la
verdad.
Concluyo con esto, jamás el Espíritu
convencerá a una persona que no entiende lo que oye, por eso es necesario
comunicar correctamente la verdad para que ésta tenga el efecto deseado por
Dios, arrepentimiento, rendición y edificación en su Palabra. Con esta exégesis
queda claro que el comunicado común de las lenguas no es un idioma angélico
sobrenatural dado por el Espíritu, es más bien la facultad de hablar otros
idiomas. Y debe ser todo en edificación al entendimiento. En cambio, el culto
carismático moderno, donde el alboroto y extasis emocional son la órden del
día, es una copia exacta de los cultos pagános antiguos donde gritaban con
lenguas incomprensibles para llamar la atención a sus dioses. Se puede definir
con claridad que tales acciones son completamente anti-bíblicas.
-Félix Muñoz (Th.D).
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