meta name="google-adsense-account" content="ca-pub-6727316351664863"> Vida y Verdad

Justificados

 


Romanos 3:24: Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

En nuestra identidad somos Justificados, dice, Dios nos declara justos gratuita y bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados2. El evangelio nos dice cómo Dios justifica a los pecadores como un libre don y por un acto de favor inmerecido bien conocido como gracia. Pero ¿qué queremos decir cuando hablamos del acto de justificar? La palabra justificar significa contar o declarar justo. Por ejemplo, Dios pronuncia a un pecador como justo cuando aquel pecador cree en el Señor Jesucristo. Esta es la forma en que la palabra se emplea con mayor frecuencia en el NT. Sin embargo, un hombre puede justificar a Dios (Lc 7:29) al creer y obedecer la palabra de Dios. En otras palabras, declara que Dios es justo en todo lo que Dios dice y hace. Y naturalmente, un hombre puede justificarse a sí mismo; es decir, puede afirmar su propia justicia (Lc. 10:29). Pero esto no es nada más que una forma de autoengaño. Justificar no significa realmente hacer justa a una persona. Nosotros no podemos hacer justo a Dios. Él ya es justo y siempre lo ha sido en su propia naturaleza. Pero podemos declararlo justo. Dios no hace impecable ni justo en sí mismo al creyente. Se trata de que Dios pone justicia a su cuenta.

«Dios, al justificar a los pecadores, realmente los llama justos cuando no lo son —no imputa pecado cuando hay en realidad pecado, e imputa justicia donde no existe»3. Una popular definición de la justificación es como si jamás hubiese pecado. Pero eso no va suficientemente lejos. Cuando Dios justifica al pecador que cree, no sólo lo absuelve de su culpa, sino que lo reviste de Su propia justicia y de este modo lo hace totalmente apto para el cielo. «La justificación va más allá de la absolución a la aprobación; más allá del perdón a la exaltación.»

La absolución significa sólo que una persona queda liberada de una acusación. La justificación significa que nos es imputada una justicia positiva. La razón de que Dios pueda declarar justos a pecadores impíos es que el Señor Jesús ha pagado completamente la deuda de sus pecados por Su muerte y resurrección. Cuando los pecadores aceptan a Cristo por la fe, quedan justificados. Cuando Santiago enseña que la justificación es por obras (Stg 2:24), no significa que seamos salvos por las buenas obras, ni por la fe con buenas obras, sino más bien por la clase de fe que resulta en buenas obras. Es importante darse cuenta de que la justificación es una imputación que tiene lugar en la mente de Dios. No se trata de algo que sea sentido por el creyente; sabe que ha tenido lugar porque la Biblia lo afirma. «La justificación es el acto de Dios por el que Él declara justos a todos los que creen en Jesús. Es algo que tiene lugar en la mente de Dios, no en el sistema nervioso ni en la naturaleza emocional del creyente»4. Aquí la Escritura enseña que somos justificados gratuitamente. No es algo que podamos ganar ni comprar, sino algo que nos es ofrecido como un don.

Luego aprendemos que somos justificados… por la gracia de Dios. Esto sencillamente significa que es totalmente aparte de todo mérito en nosotros mismos. Por lo que a nosotros respecta, es inmerecido, no buscado y no adquirido. A fin de evitar confusiones es sano explicar que en el NT se presentan seis diferentes aspectos de la justificación. Se dice que somos justificados por la gracia, por la fe, por la sangre, por poder, por Dios y por obras; no hay contradicción ni conflicto como muchos asumen.

1. Somos justificados por la gracia: esto quiere decir que no lo merecemos.

2. Somos justificados por la fe: (Rom 5:1) esto significa que tenemos que recibir la justificación creyendo en el Señor Jesucristo.

3. Somos justificados por la sangre: (Rom 5:9) esto se refiere al precio que el Salvador pagó para que pudiésemos ser justificados.

4. Somos justificados por poder: (Rom 4:24-25) el mismo poder que resucitó al Señor Jesús de entre los muertos.

5. Somos justificados por Dios: (Rom 8:33) Él es Aquel que nos cuenta justos.

6. Somos justificados por obras: (Stg 2:24) no significando que las buenas obras ganen la justificación, sino que son la evidencia de que hemos sido justificados. Cuando el juez de una corte afirma que el acusado es inocente los cargos son removidos automáticamente, no parcial ni progresivamente, su expediente queda limpio, por ende, es llamado justo, la aplicación de la justicia se inclinó a su favor, no en su contra. Legalmente, es como si esa persona jamás hubiera sido acusada.

Histórico culturalmente la redención (liberación de un esclavo) era un concepto regular del A.T. Los términos siempre se incluían para el pago de un precio, algunas veces para recuperar algo. Dios redimió a Israel, haciéndolos pueblo suyo por gracia y al pagar un precio por su libertad (el cordero pascual y el primogénito de Egipto), antes de darles mandamientos (Ex 20:2). En los días de Pablo los judíos esperaban la redención mesiánica (su reinado prometido manifiesto ya), en el cual serian libertados de sus gobernantes terrenales, aquí el gobernante malvado el cual alude es el pecado (Rom 3:9).

Hay tres palabras importantes en el texto de Rom 3:24, y estas son gratis, gracia y redención, las tres componen en un vínculo perfecto la justicia de Dios hacia el hombre, la palabra gratuitamente/gratis del gr. dorean significa: libremente, sin costo, es acusativo del gr. dorea que significa: don, gratificación. Sustantivo de gr. didomi que es: un regalo. Esto es parte importante en la justicia divina dada al creyente, si se nota en el contexto (Rom 3:23) ninguno merece la gloria de Dios manifestad a su vida, todos estamos reprobados, excluidos, desechados, al igual que Adán del Edén, así nosotros, pero Dios en su inclinación amorosa, prefirió dar gratuitamente lo que a Él le corresponde para aquel que cree. Luego vemos también la palabra gracia, del gr. jaris, que es: lo gratificante, de manera y acción, sea abstracto, literal, figurado o espiritual, es la influencia divina sobre el corazón y su reflejo en la vida, tal palabra es un sustantivo de gr. jairo que significa: alegría particular que provoca gratificación. Es una benevolencia voluntaria, ligada a un regalo el cual se da gratuitamente y sin espera de algo a cambio, en respuesta a ello el receptor de tal don agradece. Es un beneficio divino dado al hombre, al igual que (gr. dorean) arriba mencionado, van de la mano. En consecuente sigue la palabra redención, tal palabra del gr. apolutrosis, la misma es un compuesto de apo que es fuera, apartado, denota algo completo y separado, y de lutron que es liberar, precio de pago por algo, rescate, en si apolutrosis significa: rescate total, poner en libertad.

Esa justicia divina otorgada al creyente como un regalo gratuito es parte de nueva identidad en Cristo, el justo imputando su justicia en el injusto, para que este sea como Él. Su justicia es irrevocable e inquebrantable para los que han depositado su confianza en Jesús y en base a tal identidad se es participe de ello.

Notas:

2. El pecado es cualquier pensamiento, palabra o acción que quedan cortos de la norma de santidad y perfección de Dios. Es fallar el blanco, no dar en la diana. Un indio cuya flecha no llegaba al blanco decía: «Oh, he pecado». En su lengua se emplea la misma palabra para expresar el pecado y no dar en el blanco. El pecado es ausencia de ley (1 Jn. 3:4), la rebelión de la voluntad de la criatura contra la voluntad de Dios. El pecado es no sólo hacer lo malo, sino también dejar de hacer lo que uno sabe que está bien (Stg 4:17). Todo lo que no es de fe es pecado (Ro. 14:23). Esto significa que está mal para el hombre hacer nada acerca de aquello que tenga dudas razonables. Si no tiene una clara conciencia acerca de ello, pero sigue adelante y lo hace, está pecando. «Toda injusticia es pecado» (1 Jn 5:17). Y el pensamiento del necio es pecado (Pr 24:9). El pecado comienza en la mente. Cuando es alentado y abrigado, se materializa en forma de acción, y la acción lleva a la muerte. El pecado es a menudo atractivo cuando es contemplado por vez primera, pero repulsivo cuando se mira retrospectivamente. A veces, Pablo distingue entre pecado y pecados. Pecados son las acciones malas que hemos cometido. Pecado tiene referencia a nuestra mala naturaleza —es decir, designa lo que somos—. Lo que somos es mucho peor que lo que jamás hemos hecho. Pero Cristo murió por nuestra malvada naturaleza, así como por nuestros malvados hechos. Dios perdona nuestros pecados, pero la Biblia nunca habla de que Él perdona nuestro pecado. En lugar de ello, lo que hace es condenar o juzgar el pecado en la carne (Ro. 8:3). Hay también diferencia entre pecado y transgresión. Transgresión es una violación de una ley conocida. Robar es básicamente pecaminoso; es malo en sí mismo. Pero robar es también una transgresión cuando una ley lo prohíbe. «Donde no hay ley, tampoco hay transgresión» (Ro. 4:15). Pablo ha demostrado que todos los hombres han pecado y que quedan destituidos de la gloria de Dios. Ahora pasa a presentar el remedio.

3. A.T. Pierson. The Divine Enterprise of Missions, The Baker & Taylor Co. 1891.

4. Biblia de estudio Scofield. B&H Publishing Group One LifeWay Plaza Nashville, TN 37234.

-----------------------------------------

Tomado del libro: Identidad Celestial. © 2019 por Félix Muñoz (TH. D).

Ninguna parte de esta publicación podrá reproducirse de cualquier forma sin permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves en revistas, libros académicos o reseñas.

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera 1960,

©Sociedades Bíblicas Unidas. Todos los derechos reservados.


Receptores de Identidad


La identidad ¿Qué es?

La palabra identidad viene del latín identitas (identĭtas -ātis), es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Cuando hablamos de dicha palabra, comunica en si todos los componentes activos que hacen de esa persona o cosa algo o alguien distintivo. Es aquello que nos distingue. Una persona tiene acceso a información que compone o ayuda en sus compuestos a formar la identidad independiente de la persona, la cual determina los patrones factibles de razonamiento y ética que tiene a su disposición. Hay ciertas actitudes y creencias básicas que ejercen influencia sobre la naturaleza de nuestro razonamiento y lo creamos o no, a la medida que somos formados y creciendo hacia la madurez nos forman.

La identidad personal es la percepción individual que una persona tiene sobre sí misma; es la conciencia de su existencia. Son una serie de datos que se adquieren a lo largo de la vida, capaces de moldear el patrón de conducta y la personalidad a medida que la persona toma la decisión de cual o cuales patrones de vida regirse. Su desarrollo comienza cuando el niño, ya consciente tanto de la presencia de otros como la suya en el mundo, paso a paso procesa el papel que representa. Mientras crece ve en un enfoque personal, que el pertenecer a una colectividad y concordar con las ideas que ésta profesa, puede sugerir una fuerte influencia en su identidad. La nacionalidad, el lenguaje, el ámbito social o tradiciones afectan de manera considerable el comportamiento, por la transmisión continua de cómo se pertenece a estas. Asimismo, el nombre y la edad ayudan a formar el sentido de individualidad. Se puede entender también como la concepción que tiene una persona o un colectivo sobre sí mismo en relación con otros. También hace referencia a la información o los datos que identifican y distinguen oficialmente a una persona de otra. Hay varios tipos de identidades las cuales en cada una de ellas llegan a formar la identidad personal.

Identidad cultural

La identidad cultural son las características propias de la cultura de un grupo que permiten a los individuos identificarse como miembros de un grupo y también diferenciarse del resto. Está compuesta por múltiples elementos como las tradiciones, los valores y las creencias características de una determinada cultura. La identidad cultural y la interculturalidad son conceptos complementarios que permiten a una persona o grupo afirmar su propia identidad y a la vez entablar relaciones con otras culturas.

Identidad nacional

La identidad nacional es un sentimiento identitario a nivel individual o colectivo basado en la pertenencia a un estado o nación que pueden llegar a abarcar distintos aspectos como la cultura y la lengua. La identidad nacional se expresa de distintas formas y grados, como el patriotismo y el nacionalismo etc.

Identidad de género

La identidad de género es un conjunto de pensamientos y sentimientos de una persona que le permiten identificarse con una categoría de género. Se trata de un concepto diferente al de identidad sexual. La construcción de la identidad de género se basa en procesos de pensamientos básicos y factores sociales1.

Identidad personal

La identidad personal es el conjunto de características propias de una persona y la concepción que tiene de sí misma en relación con el resto de las personas. La identidad personal es individual, dinámica y abarca diferentes dimensiones de la persona. La identidad personal permite por un lado la individualización o diferenciarse del resto de personas y por otro ofrece la posibilidad de pertenencia a un grupo o colectivo. En otros ámbitos como el administrativo, la identidad personal es el conjunto de información y datos diferenciadores e individuales que sirven para identificar a una persona. La identidad de una persona se refleja en este sentido en información personal, números, fotos, huellas digitales y otros elementos que permiten identificar de manera oficial a alguien.

En si identidad es todos los rasgos distintivos de una persona que ayudan a dar a conocer quien es realmente. Son las características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras.

La inclinación de una persona en su identidad se compone de cuatro elementos:

categorización: los seres humanos suelen clasificarse y clasificar a los demás en categorías, que sirven para etiquetar, diferenciar y lamentablemente discriminar desde el punto de vista de las nacionalidades, las culturas, las ocupaciones, las habilidades o inhabilidades de cada persona por ejemplo: musulmán, cristiano , judío, turco, francés, inteligente, tarado, jugador de fútbol, basquetbolista, son algunos pocos ejemplos de formas de categorizar y lo que es hacer etiquetas para tener una clara percepción de cada quién.

identificación: los seres humanos suelen asociarse con grupos específicos, con los que se sienten identificados y con los que reafirman su autoestima y sentimiento de aceptación.

comparación: los seres humanos suelen comparar los grupos a los que pertenecen con los grupos a los que pertenecen otras personas, y suelen calificar su propio grupo con un sesgo que lo favorece.

distinción: cada persona suele desear que su propia identidad sea a la vez distinta de las de los demás y positiva, al compararla con la de otros grupos de personas. En sí, estos rasgos son los que caracterizan un todo en la identidad de una persona, cultura, entorno social, patria etc., pero ¿cuál es la identidad del creyente? Y ¿porque es tan importante? Si en si identidad es todos los rasgos distintivos de una persona que ayudan a dar a conocer quien es realmente. Son las características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras. ¿Qué es lo que somos realmente en la persona de Cristo y porque hay que distinguirlo? 

Receptores en identidad 

La identidad nueva que adquirimos al entregar nuestra vida en arrepentimiento a Dios mediante el Hijo solamente se recibe bajo el mismo principio del mismo arrepentimiento, por fe. En otras palabras, la identidad del creyente se define en base al fundamento de la fe. ¿Cómo opera y qué significa la palabra fe? “Fe” proviene del griego “pistis” y significa: “Confianza plena en las promesas divinas”. La misma denota “una sujeción incondicional a una autoridad, sea a su promesa u orden.” Proviene de “pistos” que es: “fiel”, comunica la idea de: “el carácter de la autoridad que promete y ordena” da a entender: “El carácter Divino.” En sí “fe” es “una confianza plena en las facultades fieles de Dios y una sujeción total a sus órdenes establecidas.” 


¿Qué tipos de fe existen? 

Hay tres tipos de fe: 

A) Intelectual: conoce de Dios, no a Dios. 

B) Milagrosa: reposa en los beneficios, no en el benefactor. 

C) Salvífica: reposa en el benefactor, no en los beneficios. 

*La fe no tiene valor en sí misma, en si es un vehículo el cual lleva al objetivo, quien da valor a la fe es Jesucristo. 


¿Cómo opera la fe? 

1) Asentamiento intelectual (conforme a lo recibido de la autoridad divina, Escrituras).

2) Caminar diario en confianza (según el asentamiento intelectual). 

3) Obediencia (según la confianza diaria). 


¿Qué inclinación tiene la fe?

Fe activa:

• Actúa • Obedece • Participe • Camina • Responsable

• Escritural • Recibe - Salvífica

Fe pasiva:

• Omite • Desobedece • Espectadora • Se detiene • Irresponsable • Emocional • Rechaza - Intelectual & Milagrosa

Fe es Hacer. La fe verdadera es la que hace actuar, no la que omite sus responsabilidades, es auténtica cuando refleja una inclinación a las ordenes divinas en las Escrituras y busca expresar en sus acciones el ejemplo Cristo-céntrico. Cada cual expresara sus convicciones en sus acciones. Baso todo esto según el texto de (Heb 11:1-3) en el cual se habla explícitamente sobre la fe y como esta opera. Al hacer un respectivo análisis se notará unos puntos importantes, el texto expresa: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Es, pues: Así funciona. No es una definición, sino una descripción de como obra la fe. La misma obra en dos etapas:

“Certeza” (Realidad o sustancia) Colocar debajo, pararse sobre. Denota: “Escritura de propiedad, el derecho que apoya su validez (Medio Escrito).”

“Convicción” (Prueba la existencia de lo no visto) Es una firme convicción y esperanza segura de recompensas futuras. En conformidad al derecho certificado (Medio Escrito).

Mediante el medio escrito es que los Antiguos “Santos veterotestamentarios” los cuales son mencionados en todo el Capítulo 11, obtuvieron buen testimonio “No por sus logros, santidad personal o aceptación, sino por creer y obedecer, para perseverar y sacrificarse.” (Heb11:39). Todo lo incluido en la venida del Mesías (Pensamos que por el solo hecho de creer recibiremos algo, la verdadera fe reposa en Cristo, sin importar ver los resultados instantáneos o esperados de nuestra parte). 

Eso lleva a observar que la fe que se deposita en Cristo conforme las Escrituras (Lc 24:44-45, Col 1:15-17) está también ligada en la acción creadora de Dios (Evidencias de Sí mismo) ya que:

Nadie vio como Dios creo todo (Muestra la idea del principio de Génesis Caps. 1-2), solo por fe en lo Escrito se comprende quien es, y como es Dios. 

La verdadera fe no es ciega, obedece lo escrito y camina conforme ello. 

El máximo ejemplo de fe lo vemos en la vida de Cristo.

Por consecuente una vida de fe va a expresar naturalmente en rendición al vigor de su Espíritu la vida de aquel que se profesa conocer y seguir (1 Jn 2:6). Es aquí donde yace el valor de la identidad del creyente. Como bien mencioné anteriormente, identidad es el conjunto de rasgos o características que definen o distinguen a una persona o cosa sobre lo demás. Muchos creyentes tratan de sobresalir en su vida espiritual ejerciendo servicios y/o ciertas inclinaciones, cuando la manera correcta de ser distinguido no es en base a nuestros propios recursos o servicios, es en base a los divinos expresados en la persona del Hijo.

1 Este es el muy nombrado hoy día por muchos círculos para justificar su libertinaje sexual.

Tomano del Libro: Identidad Celestial. © 2019 por Félix Muñoz (TH. D). Ninguna parte de esta publicación podrá reproducirse de cualquier forma sin permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves en revistas, libros académicos o reseñas. A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera 1960, ©Sociedades Bíblicas Unidas. Todos los derechos reservados.

 

Libro: Identidad Celestial.
Formato: Digital e Impreso.
Paginas: 182.
Dimensión: 6x9.
Categoria: Teología.
ISBN: 9781795442480.

EL ESTADO INTERMEDIO



I. EL MUNDO INVISIBLE

Hades, transliteración de la palabra griega hades, viene de aidein, y significa, «lo que no se ve». Hades en el Nuevo Testamento identifica el mundo no visto, hacia donde van todas las almas humanas cuando mueran.mEl hecho de que en nuestras versiones, tanto hades como gehenna son traducidas uniformemente como infierno, donde sea que ocurran en el Nuevo Testamento, ha producido una gran confusión. Estrictamente, siguiendo el uso del Nuevo Testamento, hades significa el reino de los muertos, tanto los salvos como los condenados. Incluye el paraíso, el lugar de los benditos (Lucas 23:43; 2 Corintios 12:2, 4; Apocalipsis 2:7), e incluye el lugar de los perdidos, gehenna, cuyas referencias son mencionadas arriba.

A. La terminología de la mitología griega

Ciertamente no seguimos la enseñanza de la mitología griega en la interpretación de las Escrituras. Había, incluso, poca unanimidad entre los escritores griegos, excepto en un sentido muy general. No obstante, aprendemos algo del sentido de las palabras del uso griego. Los escritores del Nuevo Testamento estaban muy conscientes de que usaban el lenguaje conocido por la gente del mundo. En las primeras líneas de la Ilíada de Homero, habla de las almas de los héroes que murieron en la batalla, diciendo que fueron enviadas adelante al Hades, mientras sus cuerpos quedaban en el campo de batalla. En el Aeneid de Virgil, la parte del Hades que disfrutaban los benditos se llama Eslysium. Tartarus, en la mitología griega, fue una parte especial del Hades dedicada al castigo de los malvados. Tartarus ocurre en forma verbal una vez en el Nuevo Testamento.

Pedro dice en 2 Pedro 2:4: «Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno (Tartarus), los entregó a prisiones (cadenas) de oscuridad, para ser reservados al juicio». Alford sugiere que Tartarus en el texto de Pedro equivale a Gehenna en las palabras de Jesús, y seguramente es así. Vemos entonces que, no es en la teología de la mitología griega, sino en su vocabulario que hay un paralelismo con el Nuevo Testamento, usando Paraíso en vez de Elysium y Gehenna (con una excepción) en vez de Tartarus. Hades entonces identifica el lugar de todosmlos muertos, tanto los salvos como los perdidos. Sólo queda examinar todos los casos del uso de Hades en el Nuevo Testamento para confirmar la suposición de que incluye el lugar de los malvados, Gehenna, y después para confirmar la suposición de que también incluye el Paraíso, que es el cielo (2 Corintios 12:2, 4).

B. El uso neo testamentario

1. Referencias ocasionales

La palabra se usa en sentido figurado en Mateo 11:23, y en su pasaje paralelo, Lucas 10:15, donde Jesús dice acerca de Capernaum, que aunque sea exaltada al cielo, será arrastrada al Hades. La metáfora es muy transparente. En Mateo 16:18 y en Apocalipsis 1:18, encontramos referencias a las «puertas del Hades» y a las «llaves del Hades y de la muerte». Ciertamente en el último versículo, Cristo está asegurando a Juan de que Él tiene el poder para levantar a los muertos, y que tiene las llaves del Hades y de la muerte. Estas palabras deberían arrojar luz sobre la referencia a las puertas del Hades en Mateo 16:18. La iglesia, construida sobre el fundamento que es Cristo, es el sujeto de las palabras del Señor en este contexto. Dice: «Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella». Yo entiendo que esas palabras significan que la iglesia del Señor Jesucristo puede descansar en la seguridad absoluta de la resurrección de los muertos y de la vida en el mundo venidero. Las puertas del Hades librarán a los muertos benditos cuando el tiempo de la resurrección de los justos llegue. En otras palabras, el lugar de los muertos (Hades) no “prevalecerá” contra la iglesia en el sentido que no puede retener a los muertos para siempre, o impedir que los creyentes reciban su bendición.

Otra vez en Apocalipsis 6:8, la palabra Hades se usa en forma figurada. El que montaba el caballo amarillo tenía el nombre «Muerte, y el Hades le seguía». El significado se explica en los versículos siguientes, «y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar….» En Apocalipsis 20:13, 14, el Hades entrega los muertos que había en él en la resurrección final. Entonces leemos, «y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda». La metonimia es transparente. Cuando cada persona muerta viva de nuevo, la muerte y el lugar de los muertos serán destruidos.

2. El hombre rico y Lázaro

Queda un solo pasaje, el más importante en el Nuevo Testamento relacionado con el significado de Hades, Lucas 16:19–31. Estos trece versículos, en las palabras de Jesús mismo, nos dan el relato más largo del significado de la palabra.

II. LA CONDICIÓN DE LOS DIFUNTOS

A. Un lugar consciente

1. Lucas 16:19-31

Del pasaje citado arriba, podemos aprender primeramente que Hades es un lugar de conciencia y de comunicación. «En el Hades alzó sus ojos…y vio… y habló». Abraham también habló y razonó. Estas palabras establecen sin duda que Hades, como se usa la palabra en el Nuevo Testamento, no es la tumba física donde colocan el cuerpo del muerto. Es un lugar de espíritus conscientes que son capaces de comunicarse. Otros pasajes que indican que los espíritus de los difuntos están conscientes en el estado intermedio entre la muerte y la resurrección son los siguientes:

2. 2 Corintios 5

En el capítulo cinco de 2 Corintios, Pablo habla de la muerte. Después de expresar la idea de que prefiere vivir hasta que el Señor vuelva, para que su mortalidad fuera vestida de inmortalidad, continúa: «Así que vivimos\ confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables» (vv. 6–9). Pablo presupone aquí que estar ausente del cuerpo significa estar presente con el Señor.

3. Filipenses 1

En forma semejante, en Filipenses, el primer capítulo, hablando de laposibilidad de su muerte, Pablo dice: «Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros» (vv. 23, 24). Estos dos dichos de Pablo hacen muy claro que él contemplaba compañerismo inmediato, personal, y consciente con Cristo, en el caso de su muerte.

4. Apocalipsis 6:9-12

En Apocalipsis 6:9, al abrir el séptimo sello del pequeño libro, Juan describe una visión de los mártires cristianos en el cielo. Escribe su conversación con el Señor como sigue: Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. El punto establecido aquí es que los muertos benditos en el cielo están en comunicación activa y consciente con el Señor. Podríamos agregar que la pregunta dirigida al Señor no debe entenderse como falta de felicidad o de comodidad. Las túnicas blancas que recibieron no implican forma corporal, tal como las referencias similares que dicen que Dios «se viste» no indican forma corporal. Leemos, por ejemplo: «Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá» (Salmo 93:1). La túnica blanca con que se vestían las almas en la visión de Juan es símbolo de la santidad perfecta. Compare Apocalipsis 3:4; 7:14; y especialmente 19:8: «Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.» La respuesta para la pregunta 37 del Catecismo Menor de Westminster dice: «Las almas de los creyentes, en el día de su muerte, son perfeccionadas en santidad, y pasan inmediatamente a la gloria…:» Este es el significado de las túnicas blancas.

B. Incluye un lugar de tormento

El tormento es mencionado en Lucas 16:23, 28, y el dolor intenso en las llamas es mencionado en el versículo 24. No se puede negar, usando un método razonable de exégesis, el hecho de que esto significa sufrimiento literal intenso. Por otro lado, la naturaleza física o química de las llamas escapa a nuestro conocimiento actual del proceso de oxidación. Nos obliga a entender la palabra en sentido figurado, representando sufrimiento espiritual o mental.

C. Un lugar de espíritus sin cuerpo

El hombre rico y Abraham y Lázaro son presentados como espíritus sin cuerpo, porque están entre los muertos (v. 30). El hecho de que se mencionan ojos, voces, y lenguas, no significa existencia corporal, tal como la mención de la mano, el brazo, los ojos, y los oídos de Dios, no significan que Dios tenga cuerpo (Isaías 59:1; 2 Crónicas 16:9, Jeremías 27:5). Sabemos por pasajes más claros en las Escrituras que Dios no tiene cuerpo en Su estado esencial y eterno. Estas referencias a partes del cuerpo se entienden como modos figurados de expresión, para facilitar nuestra comprensión. En forma similar, los términos corporales mencionados en Lucas 16:19–31 no indican un estado corporal.

D. Hades incluye el lugar de los justos

1. Conversación sin inhibiciones

Es verdad que este pasaje particular no dice en tales palabras que el lugar donde Lázaro disfrutaba el compañerismo con Abraham haya sido el Hades. Esto se deduce por varias razones. La conversación entre el hombre rico y Abraham fue extensa y sin obstáculos, aunque estaban separados por un gran abismo. Yo entiendo que las palabras «en Hades» en el versículo 23, indican, no solamente la situación del hombre rico, sino también dónde se produjo la conversación completa.

2. El espíritu de Cristo en el Hades

La palabra Hades es una traducción de la palabra Sheol y Seol en el Antiguo Testamento, y es el lugar tanto de los muertos justos como de los malvados. Jacob (Génesis 37:35) esperaba ir al Sheol cuando muriera. En la profecía mesiánica del Salmo 16:10, David dice: «Porque no dejarás mi alma (nephesh) en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción». El versículo es claramente un paralelo antitético; la primera cláusula habla del alma en el Seol, y la segunda cláusula se refiere al cuerpo en la tumba. En el día de Pentecostés, Pedro (Hechos 2:27) citó específicamente estas palabras del Salmo 16, usando Hades para Seol. «Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción». Pedro, con su exactitud y precisión, aplica estas palabras a Cristo y a su resurrección. Su alma volvió del lugar de los muertos bienaventurados, y Su cuerpo se levantó de la tumba, antes de ver la corrupción.

E. No hay comunicación entre los vivos y los muertos

1. Las palabras de Cristo

De las palabras de Cristo, como se relatan en Lucas 16:19–31, podemos inferir claramente que los espíritus de los muertos no deben comunicarse con los vivos. La necromancia es prohibida explícitamente en las Escrituras. Isaías (8:19, 20) dice: «Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos»? La ley de Moisés prohibió explícitamente hechicería de cualquier tipo, incluyendo la supuesta comunicación con los muertos (Éxodo 22:18; Levítico 20:6, 27; Deuteronomio 18:10–12). Isaías, entonces, agrega: «¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Cómo podemos interpretar estas palabras de Isaías? El énfasis de Isaías es que los que conocen al Dios vivo deben buscarlo a Él para información e inspiración, deben ser leales a Su palabra revelada, y nunca deben buscar comunicarse con los muertos. Las palabras de Abraham que cita Cristo: «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos», confirman esta advertencia. ¿En qué v. de Lc 16 Cristo advierte contra la Necromancia?

Los vivos deben dedicar su atención al Señor mismo, y especialmente porque se ha levantado de entre los muertos. Los muertos justos, de forma semejante, deben estar tan ocupados con la presencia gloriosa del Señor, y con la asamblea de los redimidos, que sería incorrecto aun desear la comunicación con los que todavía permanecen en la tierra hasta que el Señor vuelva. Cristo, en Lucas 16:19–31, proporciona otros argumentos en contra de la necromancia.

2. El rey Saúl y la mujer de Endor

Basándose en el incidente de 1 Samuel 28:7–25, algunos opinan que la comunicación con los muertos es posible. El mejor comentario sobre este pasaje que yo conozco se encuentra en el artículo acerca de Saúl en la cuarta edición del Diccionario Bíblico de Davis. En la pregunta que yo planteo, no cuestiono de ninguna manera la veracidad y autoridad del relato bíblico. Aceptamos la Biblia como la Palabra de Dios sin errores. La pregunta es: ¿qué quiso decir precisamente el escritor inspirado? Como indica el artículo, sólo la mujer vio a Samuel (v.12). Es acerca de su descripción que leemos «Saúl entonces entendió que era Samuel» (v. 14). Pero la palabra «entendió» (yadha) no garantiza que sea verdad lo que se entiende, sino solamente que hay una convicción de algo, sea verdad o sea falso. Podríamos traducirlo: «Saúl estaba convencido de que era Samuel». ¿Pero acaso dice en esas palabras que Samuel apareció y dijo tal y tal cosa? Mi sugerencia es que al leer el relato, pongamos el nombre «Samuel» entre comillas. Esto, creo, comunicará la idea que el escritor quiso dar. Durante mi trabajo pastoral, algunos miembros de mi iglesia, contra mi consejo, asistieron una reunión espiritista, e informaron lo que había dicho el «fantasma». No creyeron realmente que fuera un fantasma. Uno de ellos trató de tomar la mano del fantasma, y recibió un golpe eléctrico fuerte.

Estas personas percibieron que el «fantasma» era un fraude. Cuando explicaron lo que había hecho y dicho el «fantasma», los que escucharon entendieron claramente. Como el artículo sobre Saúl mencionado arriba concluye: «Sería muy extraño, después de que Dios haya rehusado contestar a Saúl, o en sueños o en profecías, que su siervo Samuel apareciera, justo en una entrevista estrictamente prohibida por Dios, y por petición de una mujer condenada por la ley de la nación y por la ley de Dios». Tal como los espiritistas son muy astutos en interpretar una situación y en predecir eventos probables, así esta mujer de Endor no habría necesitado una inteligencia extraordinaria para saber que Saúl estaba asustado la noche antes de una batalla, que un desastre venía pronto, y que su fama sería engrandecida por la predicción que ella conseguiría de Samuel.

3. La transfiguración

La aparición de Moisés y de Elías a Cristo y a los tres discípulos en el Monte de la Transfiguración está en una categoría totalmente diferente. El incidente está anotado en los tres evangelios sinópticos (Mateo 16:28–17:13; Marcos 9:1–13; Lucas 9:27–36). Jesús había estado hablando de Su segunda venida, y concluyó diciendo que «algunos de los que están aquí» no gustarían de la muerte hasta que hubiesen visto (idosin), «el reino de Dios» (como lo dice Lucas), o «el reino de Dios venido con poder» (como lo dice Marcos), o «al Hijo del Hombre viniendo en Su reino» (como lo dice Mateo).

Los tres evangelios sinópticos hacen referencia específica a la experiencia en el Monte de la Transfiguración. Mateo y Marcos dicen que fue después de seis días, y Lucas habla en forma menos precisa del tiempo pero más específicamente de esta predicción de Jesús, diciendo: «Aconteció como ocho días después de estas palabras, que…» En otras palabras, los tres evangelios sinópticos claramente sugieren que la experiencia en el Monte de la Transfiguración era lo que fue predicho en el contexto anterior. En relación con nuestra discusión acerca de la imposibilidad de comunicarse con los muertos, debe notarse que en el incidente en el monte de la transfiguración, no hubo ninguna comunicación entre Moisés, Elías, y los tres discípulos. Los discípulos vieron y escucharon a Cristo hablando con ellos, escucharon la voz celestial decir: «Este es mi Hijo amado», y vieron a Cristo transformado en Su gloria resplandeciente, tal como aparecerá en Su segunda venida en la gloria y el poder de Su reino. Moisés puede ser percibido como un tipo de los que han muerto y que serán resucitados en la segunda venida de Cristo, y Elías puede ser entendido como un tipo de los que, sin morir, serán hechos inmortales. Así, los discípulos tuvieron una visión del «Hijo del Hombre viniendo en Su reino». Concluimos, entonces, que la experiencia del monte de la transfiguración no da ningún apoyo a la necromancia o a ningún intento de comunicarse con los muertos. ¿Qué representan Moisés y Elías en el Monte de la Transfiguración, según el autor menciona?

III. ¿DÓNDE ESTÁ EL MUNDO INVISIBLE?

A. La pregunta planteada

¿Dónde estaba el ser personal, no–material, de Cristo, mientras Su cuerpo estaba en la tumba? Él dijo explícitamente al ladrón creyente en la cruz: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lucas 23:43). El alma de Cristo, mientras Su cuerpo estaba en la tumba, estaba en el paraíso, que está en el Hades. La forma precisa en que los tres pasajes se expresan (Salmo 16:10; Hechos 2:27; y Lucas 23:43) no es un accidente. Pero el paraíso es el cielo. En 2 Corintios 12:2, 4, Pablo habla de ser llevado al «tercer cielo», e identifica al cielo con el paraíso. Las palabras «el tercer cielo», deben entenderse como referencia al hecho de que, con nuestros ojos, podemos ver primero el cielo de nubes, y después el cielo de estrellas. El tercer cielo simplemente significa el cielo espiritual donde se manifiesta la presencia de Cristo, y donde los muertos benditos están en comunión entre ellos y con Él. El estudiante puede sentirse confundido en cierto aspecto geográfico o más bien astronómico, en este momento. Si está claro que tenemos razón en decir, en las palabras del credo apostólico, que mientras Su cuerpo estaba en la tumba, Cristo «descendió al Hades», (y esto es ciertamente lo que indica los pasajes citados arriba), y si creemos que el paraíso, que es parte del Hades, también se identifica con el cielo, entonces ¿dónde está el cielo? Si tenemos que preguntar ¿dónde está el cielo?, entonces sería mejor hacer la pregunta en forma más amplia: ¿Dónde está el Hades? ¿Dónde está Gehenna o Tartarus? ¿Dónde está el paraíso? ¿Dónde está el mundo invisible?

B. No subterráneo

La Biblia no dice dónde está el Hades. Algunos sostienen la idea mitológica que está en algún espacio subterráneo. Algunos suponen que Efesios 4:4–7 enseña que Hades está debajo de la tierra, especialmente la frase: «las partes más bajas de la tierra». Cuando habla acerca de los dones cristianos, Pablo cita el Salmo 68:18: «Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres». Cristo, en Su ascensión, ha destruido el principio de la esclavitud al pecado. Ha capturado el mismo principio de la cautividad, y como resultado de Su obra terminada, ha dado dones a los hombres para ser ejercidos. Pablo continúa: «Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra»? La frase: «las partes más bajas de la tierra» ha sido entendida incorrectamente como un genitivo partitivo, y ha sido unida a la idea de que el Hades, o el Seol, está en alguna parte debajo de la tierra. Al contrario, el genitivo, «de la tierra» es un apositivo5 de las palabras, «las partes más bajas». Cristo descendió del cielo a las partes más bajas, es decir, a la tierra, para vivir Su vida en la carne, antes de ascender al cielo. Un paralelo directo se encuentra en Isaías 44:23, donde la palabra «tierra» es un apositivo de la frase, «profundidades». «Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza…»

A veces se alega que la frase: «las aguas debajo de la tierra», como ocurre en el segundo mandamiento y en otros pasajes, indica algún lugar subterráneo. En el segundo mandamiento leemos (Éxodo 20:4): «No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra». El doctor R. Laird Harris, en un discurso que dio a la Evangelical Theological Society, explica que esto no es nada más que una prohibición de la adoración de imágenes de peces. Algunos piensan que el dios Dagón era un ídolo, cuyas extremidades inferiores tenían la forma de un pez. Ya que obviamente el segundo mandamiento prohibía la adoración de imágenes de peces, el doctor Harris ha mostrado que la frase: «las aguas debajo de la tierra», significarían naturalmente las aguas debajo del borde de la playa. La frase «debajo de la tierra» nunca ocurre en la Biblia en un contexto que apoye la idea de que el Hades o el Seol fuera un lugar físico subterráneo.

C. Las palabras «abajo» y «arriba»

Uniformemente en las Escrituras, ir al Hades es lo mismo que ir «abajo», pero después de la resurrección de Cristo, y después de los cuarenta días con los discípulos, Él «ascendió al cielo». Pablo dice que él fue «arrebatado al cielo», y «arrebatado al paraíso». Es común hacerse la pregunta: «Si el Hades es abajo, y el cielo es arriba, ¿cómo podemos decir que el cielo, que es parte del paraíso, es parte del Hades»? El primer paso en contestar esta pregunta es darse cuenta de que las palabras «arriba» y «abajo», si las tomamos literalmente como términos geográficos indicando dirección perpendicular con la tierra, serían términos sin sentido desde el punto de vista del universo. La dirección arriba, desde cualquier punto en la tierra, está cambiando constantemente, mientras la tierra gira sobre su eje, y mientras sigue su órbita anual alrededor del sol. Estamos obligados a concluir que las palabras «arriba» y «abajo», hablando acerca de ir al Hades o ir al cielo, no pueden entenderse como direcciones físicas en relación con la tierra, o en relación con el universo. Deben tomarse como palabras con sentido, pero como palabras que comunican algo espiritual y sicológico, y no una dirección geográfica o astronómica. Es muy natural hablar, como lo hicieron los escritores bíblicos, acerca de ir «abajo» al lugar de los muertos en el mundo invisible. La muerte física significa tristeza y depresión. El credo apostólico contiene la frase: «descendió al infierno (Hades)», basada en el hecho de que Cristo, en el espíritu, fue al paraíso, mientras su cuerpo yacía en la tumba.

Por otro lado, con la revelación más completa que tenemos ahora del hogar celestial, un compañerismo de los bienaventurados con el Señor (si nos damos cuenta de que no podemos usar «arriba» en el sentido geográfico, sino en el sentido espiritual y psicológico), parece muy natural que Pablo hablara de ser «arrebatado» al cielo, que es el paraíso. De hecho, encontramos en el Antiguo Testamento, a pesar de la poca información revelada en ese tiempo, la figura de Elías, ascendiendo al cielo. «Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal» (2 Reyes 2:1). «Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino» (2 Reyes 2:11).

D. ¿Por qué Cristo ascendió en una nube?

Si las direcciones «arriba» y «abajo» no pueden tomarse geográficamente, sino espiritualmente y sicológicamente, ¿por qué Cristo ascendió visiblemente en una nube desde el monte de los Olivos, como conclusión de su ministerio «pos resurrección»? Sugiero que este hecho visible fue muy apropiado para comunicar a la mente de los discípulos que su ministerio había concluido en forma victoriosa. Existe un pensamiento adicional, que por la forma de su ascensión, Cristo dio una presentación visible de la manera en que volvería. Los ángeles dijeron a los discípulos: «Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo» (Hechos 1:11). El retorno visible de Cristo será un evento espectacular, donde todo ojo le verá (Apocalipsis 1:7), «en un momento, en un abrir y cerrar de ojos» (1 Corintios 15:52), en el horizonte de toda la tierra (Lucas 17:23). Fue muy apropiado que Su ascensión presentara una analogía visible de Su segunda venida.

E. Pero ¿dónde? literalmente

Sugiero que pensemos en el lugar llamado cielo (porque es un lugar literal con relaciones personales verdaderas) y en el lugar llamado Gehenna (también un lugar literal), en términos análogos a «ondas». Con la radio y la televisión tan comunes en el mundo entero, sabemos que existen en mi oficina donde escribo, y en su oficina donde está leyendo, un número vasto de experiencias potencialmente audibles y visibles. Los programas están disponibles, pero necesitamos los instrumentos de recepción, y tenemos que sintonizar las ondas correctas. Recuerde la experiencia del siervo de Eliseo (2 Reyes 6:8–23): «Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo» (vv. 15–17).

Los caballos y los carros de fuego alrededor de Eliseo estaban allí todo el tiempo, pero requirió un milagro de Dios, ajustando los ojos del joven para que pudiera ver los recursos que mencionó Eliseo cuando dijo: «más son los que están con nosotros que los que están con ellos» (v. 16). No sugiero que la analogía de las ondas explique la naturaleza del Hades, Gehenna, o del paraíso, sino que pienso que esta comparación nos ayuda a entender el hecho de que hay un mundo invisible, especialmente el hecho de que el cielo está cerca. No creo que el cielo esté muy lejos. Si fuera así la voluntad de Dios, podríamos ver la cara de nuestro Señor Jesucristo en cualquier momento. No sabemos dónde está Gehenna, o dónde está el abismo entre Gehenna y el paraíso, pero sí podemos usar esta analogía de las ondas para ayudar a creer en la realidad de lo que enseña la Biblia acerca de este tema. Así, aunque no podemos explicarlo, podemos entender lo suficiente para saber que no es un error creer en un lugar literal en el universo donde se han ido los espíritus de los muertos, y donde tienen relaciones interpersonales. Las siguientes líneas del himno La bondad eterna, por Whittier, expresan en forma bella, la respuesta del cristiano para la pregunta: « ¿dónde está el cielo»? No sé dónde levantan Sus islas Las palmeras frondosas en alto. Sólo sé que no saldré De Su amor y Su cuidado.

IV. FUENTES PATRÍSTICAS

Los escritos patrísticos son de gran ayuda en la interpretación de la enseñanza bíblica acerca del estado intermedio. Tertulio, en su Apología, capítulo XLVII, protesta contra los que interpretarían el Paraíso en términos de los «poetas y los filósofos». Explica las semejanzas, diciendo que «ellos lo tomaron de nuestra religión». En su tratado acerca del Alma, Tertulio razona y especula acerca del Hades y del Paraíso. La materia más importante se encuentra en el capítulo LV. Protesta fuertemente en contra de la influencia pagana y de las ideas paganas en los capítulos LIV y LVI, pero agrega poco a nuestra comprensión de las Escrituras. Hipólito, quien murió alrededor de 230 A.D., en su Refutación a toda herejía, capítulo XVI, acerca de Platón, investiga las ideas de Platón acerca del Hades y sobre los futuros premios y castigos. Hipólito no conoce muy bien a Platón. No está seguro si Platón creía en la transmigración de las almas o no.

Evidentemente, Hipólito nunca había leído el Phaedo de Platón. En su fragmento, Contra Platón, Sobre la Causa del Universo, niega ciertas ideas paganas: «…porque todos, los justos y los injustos, serán traídos ante Dios, el Verbo. Porque el Padre ha entregado todo juicio a Él; y en cumplimiento del consejo del Padre, Él que llamamos el Cristo viene como juez. No es Minos, ni Radamanto quien viene a juzgar al mundo, O griegos, sino Él a quien el Padre ha glorificado.» (s. 3) Aunque Hipólito es anti pagano y pro Biblia, añade poco a nuestra comprensión de las Escrituras.

V. SEOL, EL CONCEPTO VETEROTESTAMENTARIO

A. ¿El lugar de entierro?

No será necesario para el propósito de la teología sistemática hacer un estudio exhaustivo del concepto del Seol en el Antiguo Testamento. Algunos eruditos sostienen que la palabra en el Antiguo Testamento siempre significa la tumba física, o el lugar de entierro. Aunque estoy convencido de que no es así, no puedo estar totalmente seguro del punto de vista contrario, de que el Seol nunca denomine el lugar de entierro. Aun me inclino a creer que nunca lo hace, prefiero postergar la decisión final, hasta investigar más. Quedamos con un hecho claro, que Cristo y los apóstoles enseñaban que el Hades es el lugar de los espíritus de los muertos, y que estaban muy conscientes de que Hades se usaba en la Septuaginta para traducir Seol.

1. Salmo 16:10

En un caso llamativo, donde Pedro cita Salmo 16:10 el día de Pentecostés (Hechos 2:27), tenemos apoyo apostólico para entender el Seol del Antiguo Testamento como el Hades del Nuevo Testamento.

2. Pasajes citados para sostener lo contrario

Los pasajes que supuestamente enseñan que el Hades del Antiguo Testamento denomina el lugar físico de entierro son los siguientes: «Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?» (Salmo 6:5) «No alabarán los muertos a JAH, ni cuantos descienden al silencio; pero nosotros bendeciremos a JAH desde ahora y para siempre. Aleluya» (Salmo 115:17, 18). «Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad. El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos» (Isaías 38:18, 19).

3. Examinación de los pasajes citados para sostener lo contrario

La primera de estas tres citas es la más difícil. Si en el Salmo 6:5, el Seol se refiere al lugar físico de entierro, entonces debe ser considerado simplemente como un pasaje que no da ninguna información con respecto al estado intermedio del alma. Pero esto no soluciona el problema. La primera cláusula en el paralelismo, «en la muerte no hay memoria de ti», es demasiado inclusiva, a menos que el salmista esté hablando solamente del cuerpo muerto. Seguramente no quiere enseñar que los santos que se han ido de esta vida no puedan recordar en ningún sentido al Señor. Sugiero que la palabra traducida «memoria» no se refiere a la memoria pasiva, sino al recordar activo. La palabra frecuentemente denomina un monumento para recordar algo importante. Además, la palabra traducida «alabar» frecuentemente significa confesar el nombre de Dios. Finalmente, el punto de vista del salmista es su obra activa de servir a Dios entre Su pueblo. Su oración dice, en efecto: «el que muere no puede seguir recordando a la gente de Ti, y el espíritu que se ha ido al Seol no puede seguir alabándote y confesándote delante del pueblo». En otras palabras, no estoy convencido de que en el Salmo 6:5, el Seol signifique el lugar de entierro. Tampoco puedo ver que entregue información verdadera acerca del estado intermedio del alma. El punto de vista del Salmo es el servicio activo a Dios en esta vida. 

La palabra Seol no ocurre realmente en el Salmo 115:17, 18. Debemos entender esta frase: «no alabarán los muertos a JAH», como referencia a apariciones de espíritus, y debemos entender la conclusión, «pero nosotros bendeciremos a JAH desde ahora y para siempre», como una afirmación de la inmortalidad personal. En la oración de Ezequías, notada en el capítulo 38 de Isaías, el punto de vista es claramente su obra y testimonio en esta vida entre su pueblo. Debemos entender que sus comentarios negativos no dicen nada acerca de las almas de los que han muerto. Desde el punto de vista del rey piadoso de Israel y su obra importante, su ida al Seol interrumpiría su alabanza. Su muerte pondría fin a su programa de purificación de la adoración en Israel. Si él va al mundo invisible, se acaba la esperanza de hacer la obra a la cual Dios le había llamado. Pero la restauración de su salud, como respuesta a su oración, significaría continuar sirviendo a Dios entre Su pueblo, como un padre que enseña las verdades de Dios a sus hijos.

4. «Reunido a tu pueblo»

La frase «reunido a tu pueblo», denominando la muerte de un justo en el Antiguo Testamento, no apunta a su entierro físico, porque leemos en Números 27:13 que Dios dijo a Moisés, «tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón». Pero con referencia al entierro de Moisés, se nos dice: «Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet–peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy» (Deuteronomio 34:5, 6). Concluimos entonces, que la frase «reunido a tu pueblo», apunta al estado intermedio del alma en el Seol.

5. Resumen

En resumen, yo diría que me inclino a pensar que el Seol nunca denomina el lugar físico de entierro, aunque no sería dogmático en excluir todas las referencias. Si algunas veces denomina la tumba física, entonces aquellos pasajes tendrán que interpretarse a la luz de ese significado. Pero tal\ interpretación de Seol no puede destruir o socavar la enseñanza clara del Nuevo Testamento acerca del Hades y del estado intermedio de las almas de los que han muerto y que están esperando la resurrección.

VI. EL ESTADO INTERMEDIO ANTES DEL TIEMPO DE CRISTO

A. La tradición

Desde el tiempo de los padres de la iglesia hasta ahora, ha persistido la idea, unida con la mitología griega por un lado y con la doctrina católica del purgatorio por otro lado, que las almas de los santos que murieron antes de Cristo no entraron en la presencia de Dios en el cielo. La idea es que estas almas estaban guardadas en un cierto limbus patrum, un lugar de espera, y que solamente ahora después de Cristo, las almas de los creyentes van inmediatamente a estar con el Señor. Unida con esta idea es la explicación errónea de la frase en el credo apostólico, «descendió al infierno (Hades)», suponiendo que esta frase indica que Cristo fue al limbus patrum, mientras su cuerpo yacía en la tumba. Suponen que, cuando resucitó, levantó a los espíritus de los santos del Antiguo Testamento, y los condujo al cielo. Hay mucha literatura acerca del tema. En Hastings Encyclopedia of Religion and Ethics [La enciclopedia de religión y ética de Hastings] tomo VI, bajo el título «Descenso al Hades (de Cristo)», el lector encontrará nueve páginas de letra pequeña acerca de todos los puntos de vista del tema desde el tiempo del Nuevo Testamento.

B. 1 Pedro 3:18-20

Entre los pasajes que supuestamente hablan del limbus patrum, se encuentra en primer lugar 1 Pedro 3:18–20. En la interpretación de estos versículos, sigo la enseñanza de Charles Hodge, B.B. Warfield, A.T. Robertson, y otros, que opinan que este texto se refiere al tiempo de Noé. Los que Pedro llama los «espíritus encarcelados» serían las personas en aquella época. Cristo fue a predicar a ellos en el Espíritu a través de Noé, quien fue llamado «pregonero de justicia» (2 Pedro 2:5). La siguiente traducción de 1 Pedro 3:18–20 es mía, pero está basada en los mensajes de A.T. Robertson, que escuché en Nueva York hace veinte años. «…Cristo murió una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para acercarnos a Dios. Fue muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu; en quien (el Espíritu) Él fue a predicar, en los días de Noé, mientras la paciencia de Dios esperaba, y mientras se construía el arca, a los espíritus encarcelados (los que ahora están encarcelados), a los que en aquella época eran desobedientes». En los mensajes mencionados arriba, A.T. Robertson habla mucho de la sintaxis de las oraciones de Pedro. Propone, como lingüista (y él fue la autoridad máxima de la gramática del Nuevo Testamento), que una traducción como la mía es totalmente legítima. Es evidente, entonces, que Pedro no enseña que Cristo, mientras Su cuerpo estaba en la tumba, haya ido al limbus patrum. Más bien, Pedro está mostrando que fue el espíritu de Cristo en el tiempo de Noé, que predicaba la justicia a los que rechazaban la gracia de Dios.

C. Efesios 4:8-9

Otro pasaje que supuestamente enseña la doctrina del limbus patrum se encuentra en Efesios 4:8, 9. Esto lo mencionamos arriba. Se supone que las palabras en el versículo 8, «llevó cautiva la cautividad», enseñan que Cristo liberó a los santos del Antiguo Testamento, que habían sido cautivos hasta ese momento. La frase que dice que «descendió primero a las partes más bajas de la tierra», se interpreta como una indicación de que existe un limbus patrum en algún lugar debajo de la tierra. Ya expliqué que no hay justificación para esa interpretación. El genitivo «de la tierra» no debe entenderse como partitivo, sino como apositivo. Cristo ascendió al cielo, pero primero fue a las partes bajas, es decir, a la tierra. Como dije anteriormente, podemos comparar con Isaías 44:23 para ver una expresión semejante: «Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza…»

D. Mateo 27:51-53

Otro pasaje del cual se dice que enseña la doctrina del limbus patrum es Mateo 27:51–53: «Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.» Podemos entender fácilmente que el rompimiento del velo es un acto físico con profundo significado. Podemos comprender el terremoto, y la oscuridad mencionada en Mateo 27:45 y en otros pasajes paralelos. El terremoto y la oscuridad eran cumplimientos de la profecía de Joel, mencionada por Pedro en el día de Pentecostés. Pero es difícil entender el significado de la resurrección de muchos cuerpos de los santos que habían muerto, y su aparición en la ciudad santa después de la resurrección de Cristo. Podemos decir simplemente que lo que se relata verdaderamente sucedió. 

Podemos inferir también que la resurrección de los cuerpos de los santos habría sido una gran confirmación, para la fe de los creyentes en medio del alboroto y la confusión de esos días. Si leemos Romanos 1:4, con el énfasis literal en el genitivo plural, «que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos», no es imposible que Pablo esté hablando aquí del valor que tiene la resurrección de los muertos mencionados en Mateo 27:53 como evidencia de Su propia resurrección. Pero hay algo seguro: Mateo 27:51–53 no enseña ni apoya ninguna doctrina de un limbus patrum.

E. La opinión de Calvino

Calvino, en las Instituciones, Libro II, capítulo CVI, párrafo 8 y siguientes, toma una posición muy fuerte en contra de la doctrina del limbus patrum. En el párrafo 9 dice: «No comprendo, pues, cómo posteriormente se llegó a pensar en la existencia de un cierto lugar subterráneo, al cual llamaron Limbo. Sin embargo, esta fábula, por más que haya contado con el apoyo de grandes autores, y aun hoy en día muchos la tengan por verdad, no pasa de ser una fábula. Porque es cosa pueril querer encerrar en una cárcel las almas de los difuntos.» Calvino interpreta la frase en el credo apostólico, «descendió al infierno», como metáfora para describir los sufrimientos de Cristo en la cruz. Los escritores de la Confesión de Fe de Westminster, sin embargo, no siguieron a Calvino en este punto. La respuesta a la pregunta # 50 del Catecismo Mayor dice: «La humillación de Cristo, después de Su muerte, consiste en que fue sepultado, y continuó en el estado de muerte y bajo el poder de la muerte, hasta el tercer día; que ha sido también expresado por las palabras descendió al infierno». Yo concluyo que, tal como «los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham» (Gálatas 3:9), y son «linaje de Abraham», y «herederos según la promesa» (Gálatas 3:29), así también los que creen en Cristo como su Salvador personal ahora, irán al mismo paraíso donde fue Abraham cuando murió. Van al cielo donde hay compañerismo con el Dios de Abraham, y con el Cristo, el día de quien Abraham se gozó de ver (Juan 8:56).

VII. LA DOCTRINA FALSA DEL PURGATORIO

A. El origen

Desarrollándose del concepto pagano del Hades, y de la noción patrística del limbus patrum, la Iglesia Católica, durante la edad media, formuló la doctrina errónea del purgatorio. Esta doctrina fue enunciada por el Concilio de Florencia, 1439, y por el Concilio de Trento, 1545–1563, y se afirma que está basada en los siguientes pasajes bíblicos y apócrifos.

B. El supuesto fundamento

Hay oraciones por los muertos en el libro apócrifo, 2 Macabeos 12:42. Se relata que Judas Macabeo encontró, en los cuerpos de algunos soldados judíos muertos, objetos de idolatría que eran prohibidos por la ley. «Entonces todos bendijeron el juicio justo del Señor que había descubierto las cosas que estaban escondidas; y así dedicándose a las oraciones, le rogaron que olvidara del pecado que había sido cometido» (Ver el pasaje entero en 2 Macabeos 12:39–45, y el artículo acerca del «purgatorio» en la Enciclopedia Católica.)

Las autoridades católicas sostienen que hay un ejemplo de la costumbre de orar por los muertos en 2 Samuel 1:12; 3:31–35, donde se hace ayuno después de la muerte de Saúl y después de la muerte de Abner. Una referencia al libro apócrifo, Tobías (Tobías 4:18) dice: «Sacad vuestro pan y vuestro vino para el entierro de un hombre justo, pero no coméis y no toméis con el malo». Se piensa que este dicho tiene algo que ver con el purgatorio. En cuanto a la posibilidad de ser rescatado del purgatorio, las autoridades católicas apuntan a las palabras de Cristo en Mateo 12:32: «A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.» En la cita de las Instituciones mencionada arriba, Calvino habla del argumento católico basado en el Salmo 107:16: «quebrantó las puertas de bronce, y desmenuzó los cerrojos de hierro», y del argumento basado en Zacarías 9:11: «yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua». El hecho de que los pasajes canónicos citados arriba no apoyan la doctrina del purgatorio es aparente al que los estudie.

C. Apoyo protestante para una doctrina semejante

La idea del purgatorio después de la muerte surge en las circunstancias más sorprendentes. Hace algunos años en una reunión en Los Ángeles, California, escuché a un evangelista protestante decir que los cristianos son tan pecaminosos que debe haber un período de purificación antes de ir al cielo. Después, escuché a otro pastor protestante decir algo semejante. Tal opinión está basada en una falta de entender el significado de la justificación y la santificación. Los que son salvos, justificados, son santificados por el Espíritu Santo. Por otro lado, los que viven una vida pecaminosa, no han nacido de nuevo, sin importar las profesiones de fe que hayan hecho.

D. La respuesta bíblica

Según las Escrituras, la diferencia entre los salvos y los perdidos es absoluta. El que genuinamente cree en Cristo «no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida» (Juan 5:24). «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él» (Juan 3:36). La pregunta #37 del Catecismo Menor de Westminster expresa precisamente la doctrina bíblica: «Las almas de los creyentes son hechas después de la muerte, perfectas en santidad y pasan inmediatamente a la gloria; y sus cuerpos, estando todavía unidos a Cristo reposan en sus tumbas hasta la resurrección». Al final de esta vida terrenal, el individuo ha pasado completamente por su oportunidad de salvación. No hay ninguna indicación en las Escrituras de otra oportunidad de salvación. Más bien, «si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará» (Eclesiastés 11:3, Apocalipsis 22:11). Algunos dirían: ¿No hay ninguna diferencia entre el creyente descuidado y el creyente más comprometido? La respuesta se encuentra en la doctrina de premios para los que son justificados (1 Corintios 3:11–15). Hay un solo fundamento, Jesucristo. «Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego».

VIII. CONCLUSIÓN

Debemos concluir que el estado intermedio del alma, entre la muerte y la resurrección, es un lugar de castigo en Gehenna para los perdidos, y un lugar de compañerismo gozoso con Cristo para los salvos. Los redimidos que poseen la vida eterna han sido perfeccionados en santidad. Esperan la resurrección y el juicio de premios (Lucas 14:14). En cuanto a los que no han aceptado la gracia de Dios en esta vida, no hay ni un rayo de esperanza para salvación. Tampoco hay esperanza de que ellos, siendo culpables de pecado eterno, se arrepientan (Marcos 3:29). Estas consideraciones nos impulsan más enérgicamente a la actividad evangelizadora y misionera, porque «he aquí ahora el día de salvación» (2 Corintios 6:2).


----------------------------------------

Buswell, J. O., Jr.



1. ¿Elabora un mapa mental acerca del tema del HADES. Considera los

puntos: I. El Mundo Invisible; II. La Condición de los Difuntos; y, III. ¿Dónde

está el mundo invisible?

Requisitos del trabajo:

- Temático, Lógico y Analítico.

- Comprueba bíblicamente, en donde sea necesario, y el autor te de

información.

- Favor de incluir la mayoría de los sub puntos presentados en los temas

arriba señalados.

- Formula una conclusión de tu concepción del HADES.

2. En base a tus conclusiones da respuesta a las siguientes preguntas:

* ¿Qué concepción tradicional acerca del Hades ha provocado una gran

confusión?

* ¿De dónde viene nuestra concepción tradicional del Hades?

* ¿Qué es el HADES?

* ¿Dónde está el HADES?

* ¿Cómo puede ser el lugar de todos los muertas, tanto de los salvos

como de los perdidos?

* ¿Puede coexistir el Paraíso y el Gehenna?

* ¿Qué significa cuando Cristo dice que “las puertas del Hades no

prevalecerán” contra la iglesia; y que tiene “las llaves del Hades y de la

Muerte”? (Compara: Mt 6.18; Apoc 1.18; cf Ro 6.9)

* ¿En qué lugar se encuentran los benditos y los malvados en espera de

la resurrección?

* El Cielo es el Paraíso, en el Paraíso está Dios, el Paraíso es parte del

Hades, ¿Dónde están los malvados?

V. SEOL, EL CONCEPTO VETEROTESTAMENTARIO

3. ¿Qué concepción común se tiene del significado del “Seol”?

4. ¿Qué interpretación dieron del Seol el Señor Jesucristo y los apóstoles?

5. ¿Qué interpretación da el autor de los siguientes pasajes bíblicos: Salmo

6.5; Salmo 115.117,18; Isaías 38.18, 19; Núm 27.13?

VI. EL ESTADO INTERMEDIO ANTES DEL TIEMPO DE CRISTO

6. ¿Qué concepción tiene la tradición acerca del limbus patrum?

7. ¿Qué interpretación da el autor de 1ª Pedro 3.18-20?

8. ¿Qué significa la frase “descendió primero a las partes más bajas de la

tierra” (Ef 4.9)?

9. ¿Qué conclusión da el autor en referencia al destino de los creyentes en

Cristo que mueran hoy? (Agregar citas bíblicas)

VII. LA DOCTRINA FALSA DEL PURGATORIO

10. ¿Cómo se originó está doctrina?

11. ¿Qué concilios y en qué fechas aceptaron esta doctrina?

12. ¿Qué supuesto fundamento apócrifo y bíblico presenta el autor con

respecto a la doctrina del purgatorio?

13. ¿Cuál es la respuesta del Catecismo Menor de Westminster a la

pregunta #37? (Checar el libro de texto)

14. ¿Cuándo es la oportunidad de salvación para el hombre?

15. ¿Existe oportunidad de salvación después de la muerte?

VIII. CONCLUSIÓN

16. ¿Qué conclusión da el autor acerca del estado intermedio del alma?

Subscribe Us

Bienvenidos

Aquí encontrarán todo lo relacionado a la Biblia, la Palabra de Dios. El fin es que el cuerpo de Cristo sea totalmente edificado en ella, y no solo conozca de ella, sino que conozca al Dios verdadero mediante ella. El enfoque es presentar el cáracter de Dios, Su perfecta personalidad y esencia para tener un conocimiento completo y detallado de quién es Él y cual es Su orden establecido para el bienestar del ser humano.

Todo el material de ésta página tiene el propósito de brindar educación bíblica en la mayor cantidad de areas posibles para que el creyente tenga una idea clara, estable, completa, segura y aplicable de la voluntad perfecta de Dios en Su Palabra su vida personal.

Gracia y Paz en Cristo.
Si tiene uso de tarjeta de crédito desde muchos países se puede enviar una ofrenda con PayPal. No es necesario tener cuenta con PayPal para participar. Gracias por su donación.